Los años

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-¿Cuánto tiempo ha pasado?- Kradness preguntaba tirado en el suelo de mi habitación.- ¿Tres años?

-No lo sé, no es como si importara de hecho.- contesté fríamente en la misma posición.- ¿Por qué lo preguntas?

-Yo sé que...no, nada...- de pronto cerró la boca y omitió lo que estaba por decir.- hace calor...- se sentó en el mismo lugar y comenzó a abanicarse con su mano.

-Sí...

En realidad sí han pasado tres años, Eve se había ido de viaje, pero aún no regresaba.
Tenía la esperanza de que él volvería lo antes posible, pero ¿Qué tanto es lo que tienen que hacer allí?

Durante estos años, Kradness y yo trabajamos en varios covers juntos, como lo esperábamos. Estamos esperando tener la oportunidad de sacar un álbum, e Isubokuro quiere participar, no es molesto, es más, es agradable tener más personas alrededor.

Respecto a Isubokuro, actualmente estoy saliendo con él. Fue algo...algo que me salvó de continuar cayendo en un pozo depresivo, se podría decir.
Trataré de narrar toda la situación...

Había pasado un año y medio desde que Eve se había ido, Isubokuro me invitó a salir a caminar un poco, ya que, dijo que me veía horriblemente decaído, y era cierto, me afectó mucho...realmente lo extrañaba...

-¡Sou, llegó tu amigo!- mi madre estaba escaleras abajo gritando para que baje.- ¡Abrígate primero!

Sin ganas me levanté de la cama, no era como si no quisiera salir con él, es sólo que no tengo suficientes ánimos.

-Sou...¿Puedo pasar?- Isubokuro estaba al otro lado de la puerta.- pasaré...- lentamente ésta se abría dejando entrar luz desde fuera.- ¿Estás listo?

-Sí...- me senté en la cama y luego, mirando hacia la derecha, vi mi reflejo en el espejo, pensé que me desmayaría. Estaba totalmente arruinado. ¿Qué tanto me pudo afectar? Sólo estoy arruinando mi vida si veo todo de esta manera.- no, lo siento...- me disculpé haciendo una pequeña reverencia.-...me cambiaré ahora mism--

-Oye...basta.- la mano de Isubokuro estaba en mi hombro.- vamos, no hagas eso y siéntate.- me vi obligado a sentarme en la cama, parecería que me sermonearía.- sabes que te invité a salir para que olvides el resto, ¿Verdad? Te quiero ver bien, como antes, Sou.- sonrió.

-Lo siento...sé que no tienes tiempo, y por eso aprecio que me hayas invitado.- traté de sonreír.- vamos, espera que me cambie de ropa.- Isubokuro asintió y se fue cerrando la puerta lentamente.

Quiero estar bien...

Tomé una remera blanca mangas cortas, luego un saco algo marrón, que quedaba bien con pantalones negros, pienso yo. También zapatos estilo Converse bordó y por último una bufanda ligera de tela también bordó. Dentro de casa hace calor, pero la calle es distinta.
Ahora siento que me veo mejor que hace un momento.

Bajé las escaleras e Isubokuro estaba charlando con mi madre, no he podido escuchar nada, pero no debe ser algo que me incumba.

-¿Vamos?- pregunté algo animado mientras tocaba los mechones de mi cabello.- ¡Adiós mamá!- me acerqué a ella y la saludé como debe ser.

-¡Adiós y gracias!- agradeció mi acompañante. Mi madre sólo rió y tomó su celular para trabajar.

Mientras caminábamos por la cuadra del vecindario, me percaté de que hacia más frío del esperado, todo mi cuerpo estaba muy abrigado, excepto por mis manos y rostro.

-Hace frío hoy...- agregué frotando mis manos entre sí mientras soplaba en ellas.- ¿No crees? Debí traer guantes...

-Vamos, Sou, no hace tanto frío~.- contestó.- si tanto tienes, haz esto.- sacó sus manos de los bolsillos y juntó las mías.-¿Y ahora?- un leve rubor se asomó en mis mejillas y miré sorprendido.

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