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Solo me faltaba pasar por el pasillo que daba a la cocina, llegar a la sala y salir. Apreté mi bolso con fuerza contra mi pecho para calmar mis manos temblorosas. Era ilógico, tenía 23 años y me estaba escapando de mi casa como si fuera una adolescente problemática.

Suspire y llegue a la puerta, la cual se abrió de golpe. No sé quien estuvo más sorprendido si Daniel, quien estaba llegando todo desarreglado y con olor a cigarro; o yo, quien vestía una chaqueta y gorra negra como si fuera una ladrona.

-¿Qué carajo haces?- susurro Daniel aun con la puerta abierta.- ¿Sabes lo que dirán nuestros padres? Vuelve a tu cuarto.

A pesar que él era mayor, siempre era yo quien se comportaba como la primogénita ejemplar, por eso yo tenía auto y él no, mis padres tenían más confianza en mí.

-No me trates como bebe.- susurré molesta.- además no puedes reclamarme nada, tú lo haces todo el tiempo. También tengo mis derechos.

Rodó los ojos y se llevó la mano al puente de la nariz.

-Mierda Amanda, no te pongas en plan de abogada, siempre pierdo.- le sonreí con suficiencia.- ¿A dónde vas y con quién? No me digas que con otro de los nerds de tu facultad.

Bueno en ese momento no podía soltarle un "saldré con un chico con el que llevo besuqueándome mas o menos tres meses." estaría muerta antes de llegar al final de esa oración.

-Quédate tranquilo. Solo iré con unas amigas a bailar y beber algo.

Daniel parecía escandalizado.

-Tú odias bailar y solo has bebido un par tragos en toda tu vida por cortesía.- dijo mientras hacía movimientos exagerados con sus brazos.

Me encogí de hombros, quitándole interés al asunto.

-No me creerías si digo que voy a estudiar a las 12:00am o ¿sí?-dije apartándolo para salir.- quiero probar, solo una vez.

Ambos nos miramos por un segundo. Vi cierta preocupación en sus ojos, pero esta desapareció al segundo.

-¿Te iras en tu auto?-negué y él suspiro.- Si alguno de nuestros padres despierta y no te ven son capaces de llamar a la policía. ¿Lo sabias?-removió su cabello con nerviosismo.- les inventare algo para que no vayan a tu habitación.

Sonreí y le di un abrazo que él me devolvió con gusto. Definitivamente amaba a mi hermano.




El local estaba lleno de gente y humo que eran iluminados por las luces de neón multicolores. Hoseok me sujeta de la mano por debajo de la mesa, acariciándome el dorso con su pulgar.

Vestía ropa holgada y un gorro, mientras que yo me había quitado la chaqueta dejando a la vista un vestido sencillo color turquesa. Resaltaba a la perfección el color de mi piel.

-¿Entonces qué te parece si bebes algo suave al principio? Como un coctel o algo así.

Mire la lista de las bebidas que nos había traído el mesero y negué con la cabeza.

-Me gustaría tomar una cerveza.

Hoseok sonrió y pidió dos. Se recostó en el largo asiento acolchado en donde estábamos sentados y me miró fijamente.

No me gustaba cuando alguien me miraba tan detenidamente, me causaba incomodidad.

-¿Qué?-inquirí de forma automática y él solo sonrió.

A tu ritmo (Saga Pure Love #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora