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-No.

Hoseok soltó una carcajada mientras se quitaba la chaqueta y comenzaba a hacer ejercicios de estiramientos.

-¿Por qué no? Sera divertido y no voy a burlarme, si eso piensas.

Seguí sentada en una de las sillas de plástico con las piernas cruzadas sin moverme con la mirada puesta en él. Vestía unos pantalones deportivos, una camisa blanca de algodón y unos tenis; todo lo contrario a mí que usaba tacones, pantalones ajustados y una blusa.

-No estoy vestida para bailar y no me gusta, ya lo sabes.

Se encogió de hombros. Le dio play a la música hip hop y comenzó a bailar.

Siempre me hacia la misma pregunta: ¿él tiene huesos? Me era imposible creerlo cuando lo veía moverse de formas que nunca había visto a mi hermano hacer o algún otro bailarín. Demasiado ágil y flexible con su cuerpo.

Bailaba mirando hacia el espejo, pero en uno de sus giros quedo frente a mí y comenzó a acercarse poco a poco con unos ligeros movimientos de cadera.

Me tense como una cuerda, él sabía que me ponía nerviosa, lo notaba en su mirada y sonrisa pícara. Instintivamente mire sus labios y me mordí los mío.

Hoseok me tomo de una mis muñecas y me jalo hacia a él, poniéndome de pie. Gracias a los zapatos altos ambos quedábamos a la misma altura.

Tomo mi cintura entre sus manos e intento que me moviera con él, que bailara con él, pero no lo logro. Por ello solo me acerco aún más a su cuerpo, quedando nuestros labios a milímetros de distancia.

Su respiración era entrecortada mientras yo la contenía, no quería que supiera lo mucho que su cercanía me afecta.

-Estoy loco por volver a besarte.- inmediatamente en mi cabeza se reprodujo la escena de hace un par de semanas atrás. Hobi se quedo a hablar conmigo mientras esperaba a mi hermano fuera de la sala de ensayo, como siempre hacia, hablamos como si nada y de repente solo me beso. Fue un beso lento al principio, pero no cuando comencé a corresponderle, el beso aumento de intensidad, tanto así que termine prácticamente encima de el con mi vestido algo subido.

Aun me avergüenzo por ese comportamiento, jamás lo había hecho y de solo imaginar lo que dirían mis padres o cualquier otra persona me ponía con los pelos de punta. Por ello quería cortar cualquier contacto con Hoseok, pero él no parecía entenderlo.

Negué con la cabeza colocando mi mano sobre su pecho, pero no se alejó, se quedó quieto.

-Recuerdo como gemiste en mis labios cuando acaricie tu muslo o cuando toque tus pechos. Te volviste loca con solo tocarte por encima de la ropa.-metió su cabeza en mi cuello, haciéndome cosquillas con su respiración y el roce de sus labios.- cuando te sentaste sobre mí, no te importo que tomara tu trasero entre mis manos para acercarte más a mí.

Mis piernas se sentían como gelatina. Mi cuerpo temblaba por todo los recuerdos, en parte por bochorno y en parte por lo sexy que había sido.

Sentí como comenzaba a humedecer mi ropa interior y no pude evitar pensar que se sentiría tener los dedos de Hoseok allí.

-Sé que también quieres repetirlo, aunque me lo niegues, lo sé, tu cuerpo me lo dice.- paso su lengua por mi cuello y solté un gemido por la sorpresa.- Te voy a volver a besar un día de estos y créeme esta vez serás tu quien no quiera parar.

Negué rápidamente con la cabeza y me aparte de él.

-Ya te dije que no quiero estar contigo, de ninguna manera Hoseok.- dije con la voz más cortante que pude poner y los brazos cruzados.- Ese día fue un error y no quiero, ni pienso volver a reperti...

Hoseok me tomo de las mejillas y me dio un corto beso en los labios, para al final soltar una de sus sonrisas baja bragas.

-Me pones cuando te enojas preciosa.

Rodee los ojos.

-Pues anda y hazte una paja, porque de mí no vas a obtener más nada.- tome mis cosas y me dirigí a la salida enojada.- dile a mi hermano que se vaya caminando, no pienso esperarlo un segundo más aquí.

Al cerrar la puerta me avergoncé. Había dicho la palabra paja como si nada. Es exactamente por eso que debo mantenerme alejada de Jung Hoseok, él me hacía comportarme como una chica liberal y no era algo que podía hacer, mis padres me matarían.

Cuando me monte en mi auto recibí un mensaje del susodicho que me puso peor de lo que ya estaba, porque si, él me aterraba, pero me excitaba a la vez.

"-¿Quieres un video mientras me hago la paja?"



¿Qué tal el primer capítulo? 

A tu ritmo (Saga Pure Love #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora