—Vamos cariño, debes darte prisa o perderemos la cita en el dentista —apura YoonGi, terminando de ponerse sus zapatos mientras observa como Jimin aún camina en boxers por la habitación.
—Hyung no quiero ir —pucherea, subiéndose al regazo del mayor.
—¿Por que no, bebé? —pregunta con ternura, sus manos moviéndose instintivamente hasta la pequeña cintura de su chico. —, prometo llevarte por algodón de azúcar cuando salgamos.
—No quiero hyungie~, no me hagas ir, por favor —lloriquea Jimin, escondiendo su cabecita en el tibio pecho de YoonGi.
El mas pálido suelta un suspiro cargado de angustia, no suele ver este tipo de comportamientos en Jimin muy seguido.
—¿Acaso le tienes miedo al dentista, bebé? —pregunta, aguantando las ganas de reír cuando el moreno asiente con su cabecita lentamente. —, precioso no hay nada que temer, solo es un chequeo rápido, luego nos iremos de ese lugar y no tendrás que ir por un buen tiempo —asegura, dejando cortos besos en el aniñado rostro.
—¿Lo prometes Yoonie? —pregunta, alzando un poco su cabecita para poder observar bien a su hyung.
—Lo prometo, cariño.
Jimin salta del regazo de YoonGi para comenzar a vestirse lo más rápido que puede, quiere llegar pronto a ese horroroso lugar llamando dentista para luego disfrutar de una tarde de juegos y muchos dulces junto a su novio.
—¿Puedes comprarme un algodón de azúcar de esos con forma de Mickey Mouse, Yoonie? —pregunta mientras sube al auto.
YoonGi ríe, observando al chico junto a él con ojos rebosantes de amor.
—Pensé que el de Kukamon te gustaba más —bromea. Jimin odia a ese feo oso negro, dice que le roba la atención de su novio, al ser su personaje favorito.
—¡Ño! —pucherea.
YoonGi ríe, tomando los cachetes del menor para dejar un corto beso en sus labios, esos dulces y abultados labios que lo vuelven loco.
—Tendrás todo lo que quieras, bebé, pero ahora debes ir al dentista —asegura, poniendo el auto en marcha mientras de fondo tiene las quejas de su precioso novio.
Una vez llegan al lugar causante de pesadillas en el mas joven ambos chicos proceden a anunciar su llegada a la recepcionista para luego sentarse en el área de espera. Jimin juega con sus manitos en señal de nerviosismo, siempre le ha temido a los dentistas y sus implementos de tortura; cuando era pequeño fue al dentista con su madre, debían hacerle una operación para retirarle las muelas de juicio, el pequeño Jimin de ocho años observo todo, sentando justo al lado de la camilla donde se encontraba su madre anestesiada y desde entonces quedo traumado.
—Yoonie, en serio quiero irme —susurra, observando con miedo la puerta blanca que los separa del consultorio.
YoonGi suspira con pesar, no le gusta obligar a Jimin pero el menor realmente necesita realizarse el chequeo mensual, suele comer muchos dulces por las noches y eso podría causarle algún tipo de infección bucal. No quiere que su niño sufra, aunque lo este haciendo justo ahora.
—Bebé, no hay nada que temer, yo estaré en todo momento a tu lado, no soltare tu mano y estaré apoyándote para que nada malo te ocurra allí dentro, ¿estas bien con eso? —pregunta, pegando sus caras tanto que sus alientos se mezclan.
Jimin asiente, perdiéndose en las suaves caricias que el pálido le brinda a sus mejillas.
—Ahora, acércate y dame un besito ¿quieres? —estira sus labios un poco, intentando alcanzar los del contrario, importándole muy poco que estén acompañados por otras personas.
El menor termina por acortar la distancia que los separa, uniendo así sus labios en un corto y tierno beso.
—¿Park Jimin? —la voz chillona de la recepcionista los saca de su pequeña burbuja, trayendo nuevamente a la realidad a Jimin, quien en seguida se levanta, siendo tomado fuertemente de la mano por YoonGi.
—Es él —responde el pálido, acercándose al mostrador para que su novio llene el formulario médico antes de entrar al consultorio —, cariño, no te sucederá nada malo —susurra en el oído de Jimin para que solo el pueda escucharlo, luego suelta su mano, dejándolo libre para escribir.
El moreno termina de escribir sus datos en la plantilla médica y se la pasa nuevamente a la chica en recepción, sus manitos temblando notoriamente.
—Puede pasar —le informa con una sonrisa hipócrita.
El menor voltea su rostro tanto como puede a penas escucha tales palabras, él no quiere adentrarse a ese lugar solo.
No puede.
Necesita a su Yoonie hyung con el o probablemente sufriría otro ataque de pánico; el no puede estar solo allí dentro.
YoonGi siente el miedo de su novio casi al instante, por lo que se apresura a tomar su cintura y brindarle suaves caricias en el lugar mientras le pregunta a la odiosa chica que los atiende si pueden pasar juntos.
—No deberían, puesto que Jimin esta grandesito para entrar por si solo, sin embargo, pueden hacerlo, nada se los impide —responde con indiferencia.
Ambos chicos caminan ignorándola por completo, hasta adentrarse al pequeño y frío consultorio del dentista.
Jimin ahoga un chillido a medida que se acuesta en la fría y tiesa camilla, YoonGi esta a su lado, tomando su mano y haciéndolo distraerse.
YoonGi siempre hará lo posible para que su bebé no sufra.
•••
Ambos chicos caminan tomados de la mano, un Jimin más sonriente de lo normal mientras embarra sus manitos en azúcar, debido al dulce que su novio ha comprado para él.
—No te comprare nada mas, Jiminnie bonito —asegura el pálido, observando de reojo como su novio engulle el quinto algodón de azúcar.
Escucha una pequeña queja del menor, a quien se le dificulta hablar debido a que tiene su boquita pegostosa y llena del esponjoso dulce.
—No bebé, no acepto quejas —ríe, tomando a Jimin entre sus brazos —, no querrás ser llevado nuevamente al médico pero esta vez porque tu barriguita duele ¿o sí? —pregunta serio, intentando con fuerzas no reírse cuando menciona la palabra médico y el rostro de su pequeño se deforma en señal de miedo.
—No Yoonie, por favor, al médico nuevamente no —ruega el moreno, con evidente pánico en sus palabras.
—Entonces no mas dulces para ti en toda la semana —demanda, besando suavemente la naricita del contrario. —Vayamos a casa, bebé.
Jimin asiente, apegándose aún mas al cuerpo contrario. Sonríe abiertamente, estar con su hyung es lo que mas le gusta hacer y se acurrucado por sus brazos, besado por sus labios, debería ser considerada la octava maravilla del mundo.
La única maravilla que solo el puede disfrutar.
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With love, YoonGi • Yoonmin
Hayran Kurgu«¿Puedes venir por mí? un condon acaba de perderse en mi trasero» Donde YoonGi y Jimin son mejores amigos, o tal vez más que eso. ➳Humor ➳Original. ➳Capítulos cortos. #320...