[Dieciséis]

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El cielo estaba cubierto por diversas nubes, haciendo que la luz de la luna fuera algo opaca, sin embargo una gran hoguera iluminaba los rostros de aquellos que estaban a su alrededor; el único sonido en el ambiente era las brasas del fuego y la madera que se iba consumiendo poco a poco, en ocasiones unos leves sollozos que eran amortiguados por aquellos que los tenían.
Guillermo miraba el fuego danzar sin prestar atención a su alrededor, metido totalmente en el único pensamiento que tendría durante mucho tiempo; Anne, aquella mujer que había sido su madre desde el primer día que se conocieron, había muerto frente a él, y ahora su cuerpo estaba siendo consumido por aquel fuego en la hoguera.
La idea simplemente le comía el cerebro por la culpa que sentía al saber que él provocó aquello, pero también estaban las palabras que tanto Anne como Samuel le dijeron haciendolo razonar en aquella gran culpa que sentía. Y no fueron sólo ellos dos, pues al Anne sucumbir ante el efecto de las pastillas corrieron en busca de los demás; aquello causó mucho daño en los demás, pequeños remordimientos en algunos como Margie o John al no poder ayudarles a ambos y dejar que ellos cargarán con esa culpa, otros más como Jeff y Nadia se sentían angustiados con sólo pensar en todo lo que pasaron mientras Anne estaba el sus últimos momentos, pero todos concordaban en que debían de darle una despedida. 

-Guille...es hora de irnos -Samuel tomó al chico de los hombros, haciendolo reaccionar. 

-¿A dónde iremos ahora? -su voz sonaba algo apagada, pero intentaba que nadie lo notará.

-Hable con Héctor, él y su padre piensan que es mejor buscar en la ciudad continua algún buen refugio, luego quizás volver al bosque.

-¿Tú piensas que es lo mejor? -Guillermo lo observó.

-Ahora parece ser la mejor opción -Samuel le sonrió apenas, él también lidiaba con aparentar estar bien- no creo que debamos de preocuparnos por eso ahora.

Guillermo asintió y dejó que Samuel lo guiará hacía los autos, ahora que observaba su alrededor se daba cuenta de que eran los únicos ahí, siendo que todos en algún momento decidieron empezar a ver su ida, aun si les partía el corazón lo que acababa de ocurrir. Observo por última vez la hoguera y subió al camper.

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El clima era distinto siempre, aunque nunca fue un problema si lo comparaban con el gran problema que la humanidad tenía desde hace mucho tiempo. Había pasado hace mucho pero las cosas no se solucionaban, por lo menos no en donde se encontraban, pero la situación nunca se les hizo complicada, no si estaban juntos como en un principio.
Pero ahora se sentían perdidos, incompletos por la falta de uno del grupo; ninguno había hablado sobre eso luego de partir, sólo subieron a los autos y emprendieron su camino. El ambiente era denso, en especial por los sentimientos que se tenían en resguardados, Samuel lo sabía y es por eso que fue él único que se acercó al joven que no despegaba su vista del cristal, observando las gotas resbalar por el.

-Hola Guille -Samuel tomó asiento alado de él. Guillermo le dio una vista rápida y volvió su atención a la lluvia- hace tiempo que no teníamos una lluvia como esta ¿No te parece?

-No lo recuerdo -dijo encogiendose de hombros, aun sin verlo- pero parece ser una tormenta.

-Creo que la última vez que vi una tormenta así fue cuando estuvimos en la casa con la piscina enorme ¿La recuerdas? -Guillermo asintió- recuerdo también que alguien tenía mucho miedo una noche.

-Yo no recuerdo eso.

-¿No? -Samuel frunció el ceño, Guillermo río por lo bajo al ver su expresión de concentración- estoy seguro de que había alguien, un bebé llorón que no quería si quiera acercarse a las ventanas.

-No soy un bebé llorón -Guillermo observó a Samuel bastante molesto- e-era una tormenta muy horrible, sabes que incluso Margie le tenía miedo a los rayos.

-Eso es verdad, pero Margie no se escondió debajo de la cama todo un día -Guillermo se ruborizó, si recordaba eso- todos tan preocupados, creyendo que un zombie lo había devorado, pero no, el pequeño estaba debajo de la cama - Guillermo quito su vista- pero, hoy ese pequeño bebé llorón demostró ser el mejor del grupo -Guillermo lo vio unos segundos- fuiste muy valiente he inteligente, hiciste lo correcto.

-Ojala nunca hubiera pasado.

-Lo se, yo tampoco quería que esto pasará -Samuel hizo una mueca- pero fue una decision que Anne estaba segura de...

-Fue mi culpa, tu lo sabes -Guillermo volvió su vista a él, con los ojos algo llorosos- s-si no hubiéramos peleado, si yo no hubiera insistido con esa tonta escalera, Anne no me hubiera ayudado, y ahora ella estaría viva.

-No Guille, no fue tu culpa -Samuel se acercó a él- Anne sabía que no era culpa tuya, no tienes que echarte la culpa...porque sino, ambos tuvimos la culpa, quizás más yo.

-Tu no eres culpable -Guillermo talló sus ojos.

-Si vamos buscar culpables yo seré él primero...

-No, tu no -Samuel lo observó- ni yo...ninguno tuvo la culpa.

Samuel le sonrió abrazandolo, sabía que Guillermo no estaría a gusto con su conciencia por un largo tiempo pero él estaría ahí para ayudarle con su pesar. Habían tenido un día duro, pero, justo ahora, no tenía tiempo de descansar o despejar su mente, su prioridad era Guillermo, porque su corazón se lo decía, seguía lo que sentía, y justo ahora su único deseo era cuidar de Guillermo, el chico al que más ama en el mundo.

Reglas en Zombielandia || Wigetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora