[Veintitrés]

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Podía oír voces lejanas hablar, aunque no sabía si era porque estaba despertando y apenas distinguía lo que pasaba su alrededor, sus ojos pesaban, pero quería abrirlos y asegurarse de que estaban a salvo, de que él lo estaba. Con bastante esfuerzo logró abrirlos, distinguiendo al momento el camper, estaba en las camas este, estaba fuera del bunker.

-Sam...-fue un susurro, uno tan simple que podía haber pasado desapercibido, pero no para él. Volteó hacía un costado y ahí estaba él, la única persona por la que se preocupó de sobremanera desde el primer día en el que lo conoció.

-Guille -intentó levantarse, pero tanto Guillermo como un horrible dolor en su hombro lo hicieron regresar a su posición actual, le sonrió, algo cansado, Guillermo se la devolvió- ¿Cómo estás? ¿Te hizo daño?

-Eres un tonto -Guillermo río un poco- me preocupe por ti, a mi no me paso nada.

-Bueno, esto es lo que gane por amar al un adorable chico de mejillas rojas -Guillermo desvió la mirada unos segundos- ¿Qué ocurrió?

-Luego de que te desmayaras Fred y Héctor te llevaron hasta la enfermería, por suerte sólo te dio en el hombro -Guillermo apenas tocó la venda en su hombro- Jeff se encargó de mi luego de eso, entre en pánico total...

-Lo siento -Guillermo frunció el ceño.

-Tu no tienes la culpa de nada, fue por lo de la señora Bernice -aclaró- luego de que dejara que te llevarán vi lo que había hecho, no lo podía creer.

-¿Te arrepientes?

-No -dijo sinsero- lo hice para salvarte, y creo que ayude en algo.

-Hiciste más que suficiente -Guillermo le sonrió, dándole un corto beso en la frente- ¿Qué paso con los demás, con la gente del bunker?

-Bueno, Héctor y John sospechaban de la trampa de Wallace, así que lo detuvieron pronto, cuando Héctor regreso de dejarte él, John, Jena, Nadia y Margie se aseguraron de ver que todos estaban bien -comenzó a explicar, con Samuel atento a cada palabra- muchos estaban completamente agradecidos, varios escondían sus relaciones o simplemente no las tenían, pero ahora será diferente, Jena y Margie lo harán diferente.

-¿A qué te refieres? -Samuel estaba confundido.

-Jena creía que lo mejor era que se asegurará de que todos vivirían sin problemas y la mejor solución era que ella se quedará, no para ser como la señora Bernice pero si para ayudar a todos aquellos que habían sufrido -Samuel sonrió, aunque extrañaría tenerlas cerca- Margie se ofreció a quedarse para ayudar, los demás están aquí o en el otro camper que tenían.

-¿Hace cuanto que estoy inconciente?

-Bueno estuviste inconciente por cinco horas, luego de ello despertaste pero por un corto tiempo, desde entonces apenas y despertabas -le explicó- aunque si contamos todo llevas tres días aquí.

-Y, tú ¿Estuviste aquí conmigo? -Samuel había notado las ojeras bajo los ojos de Guillermo.

-Claro, no podía dejarte.

Samuel sonrió enternecido, le importaba poco lo que esa mujer había pensado de ellos, el se sentía bien, estar con Guillermo estaba bien.
Con algo de dificultad se encargó en su brazo sano y se acercó a Guillermo para tomarlo por la barbilla y darle un beso en los labios, Guillermo tardó unos segundos en reaccionar antes de tomar con una mano la mejilla de Samuel y con la otra sostenerlo para que no hiciera tanto esfuerzo. Era un beso tierno, pero con varios sentimientos acumulados, luego de descubrir lo bien que se sentía tener los labios de Samuel sobre los suyos quería estar así por siempre, pero los acontecimientos pasados no se lo permitieron, hasta ahora. Sin querer sobrepasarse Samuel tomó a Guillermo por la cintura para acercarlo lo más que pudiera, no quería tener ninguna distancia entre ellos, y Guillermo parecía tener la misma necesidad de permanecer cerca, con su única mano libre acarició la nuca del contrario, luego su brazo y por último su cintura.

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