Yendo rápidamente sobre su motocicleta, Lady hizo una parada temporal en un pequeño hotel rústico y viejo a las afueras de Tokyo, para recuperar energías, saludó al casero y pidió su habitación predilecta.
—Número cuarenta y seis —saludó el hombre canoso y gordo, extendiéndole la llave—, como siempre.
—Gracias, ¿alguna novedad?
—Claro que no —se rio viéndola salir—. Desde que te encargaste de aquellos moteros no ha vuelto a pasar nada fuera de lo ordinario.
Asintiendo con la cabeza, Lady fue hasta la habitación rentada. Una vez ahí cerró la puerta con el seguro, dejó las llaves en la cama quitándose la ropa y se metió a la ducha, llevándose su brassier y sus bragas consigo. Tomó la llave de la regadera y de pie comenzó a recibir el agua fría sin moverse un centímetro para evitarla. No tembló ni se mostró impaciente por terminar con su sesión de limpieza.
Durante la ducha se limpió la cabeza y el cuerpo tomándose su tiempo, pasó el jabón nuevo por cada rincón de su persona luego de sacarlo del empaque. No paró de tallar hasta asegurarse de quitarse todo el sudor de su piel. Al final, con el mismo jabón talló su ropa interior, lavándola también para dejarla secando toda la noche.
Afuera podría haber una temperatura de 10 °C o menos, pero ella hace mucho tiempo que dejó de usar el agua caliente para bañarse, la calidez la relajaría lo suficiente para hacerla dormir profundamente y desde que sus pesadillas se habían vuelto más problemáticas, Lady procuraba mantenerse lo más fría posible.
Lista para cualquier ataque sorpresa de sus enemigos.
Exprimió con fuerza el agua de su ropa, la sacudió y la puso sobre el tubo de plástico que sostenía la cortina vieja.
Cerró el grifo del agua y rodeó su cuerpo con la toalla blanca. Apagó todas las luces y abrió una pequeña ventana a lo alto del escusado, que permitiría al viento entrar y secar sus prendas.
Sacudió su cabello saliendo del baño, cerrando la puerta tras ella.
En medio de la oscuridad, Lady encendió la televisión en el canal noticiero donde usualmente veía notas extrañas de avistamientos demoniacos y extraños que llamaban su atención. Hoy todo parecía reducirse a temas políticos y noticias mundiales, nada que pudiese interesarle. Nada para qué llamar a Trish y notificarla de un peligro.
Tomó el resto de su ropa y la sacudió, la acomodó sobre una silla de madera a un lado de la puerta y se sentó en la cama luego de quitarse la toalla y secar su cabello con ella. Luego de eso tomó las sábanas de la cama y se las puso alrededor para cubrirse.
Sin dejar de ver la televisión, y sin prestar realmente atención, se puso a meditar sobre lo que haría.
Tenía mucho por realizar.
Hace un par de semanas Lady había recibido la llamada urgente de un niñato rico en Kagoshima. Éste temía que su mansión estuviese siendo asechada por un fuerte demonio o algún otro tipo de espíritu maligno.
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Purificando Demonios | 🔞
Storie d'amore『Vergil x Lady/Mary』"Ten cuidado, Mary. Los demonios son embusteros y traicioneros. Harán lo que sea por matarte, incluso intentarán hacerte amarlos. Pero no caigas en su trampa o lo pagarás con sangre". Sabiendo todo eso bien, Lady se pregunta: ¿Có...