4-Rojo

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Surt subió las escaleras de caracol apenas dejó atrás al otro guerrero, ya sin nada encima debía de cumplir con la siguiente parte de su plan.

Desde que había perdido la inocencia en aquella tormenta de nieve a la que se resumía su infancia, el mundo se abreviaba para él como un mapa de estrategia donde colocaba sus piezas para que todo saliera como lo planeaba. Siempre proyectando que todo fuese eficiente. Justo ahora, necesitaba que nadie supiera que Sigmund estaba comiendo, nadie, menos el doctor. Así que apenas visualizo al guardia en la entrada; se olvido de los escrúpulos. Se acercó a él cómo las damas solían hacerlo y paseó sus dedos por su pecho. Unas cuantas palabras, y ya lo tenía comiendo de su mano.

Todos caían, el guardia esta vez no sería una excepción. Treinta minutos podía regalarle al otro, ni más ni menos.

El comienzo [ Sigmund x Surt ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora