6-Hermano

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—Ese silencio, es como música para mis oídos, me gusta que me des la razón—Insistió el pelirrojo, en que éste tomara bocado— Basta de chácharas,  come pan y toma agua, podría negociar algo de jamón ¿Hmmm? —.

Una respiración honda y pesada le responden, seguida de un tosco — ¿Quién está pensando en ti? Solo quería saber cómo estaba mi hermano—. Que le habían dicho, que pensaba, ¿Qué estaría haciendo? Quería saber más sobre él. —Tomaré agua —.

No se hizo de rogar, y le deslizó todo a su alcance. Tomó el envoltorio del pan, y lo destapó con cuidado, cortando apenas un cachito de este y llevándolo lento hasta su boca. Tal vez, debería de ser más agradecido con él.

—Tal vez algunas damas, algunos guardias y uno que otro guerrero estén pensando en mí, pero yo siempre pienso en mi  — Recostaba ahora la cabeza cerca de las barras, mientras se deleitaba  con la imagen, este comía como un animalito acorralado. No muy lejos de su propia situación. —Tal vez si eres “cooperativo” logre que tu hermano baje hasta aquí, siempre veo que intenta, pero de algún modo le impiden el paso —Sería fácil meterlo a los calabozos, con el plan indicado, la estrategia más eficaz, el menor de los Du Alpha estaría ahí en cuanto menos lo pensase.

—No, no quiero causarle problemas—. Sigfried Estaba mejor donde estaba. — Solo quiero saber que está bien—.

—Hmmmm —. El murmullo nació aterciopelado mientras llegaba a la solución más fácil, jugando con sus dedos contra los barrotes, hasta dar con la opción— ¿Tal vez una carta suya logre calmarte? —. Necesitaba al otro sano, de mente y cuerpo. No iba a ayudar a nadie que se hallase moribundo y de paso deprimido. —Puedo traer el papel y pluma apenas le envié tu mensaje, pero recuerda, tienes que ser co-pe-ra-ti-vo —.

Eso sonaba bien para Sigmund. Realmente bien. Así podía saber directamente de su hermano. Saber que pasaba y sin que se arriesgue a visitarle— Suena bien —. Admite tras un rato.

— tú dices quererme como tu arma, un compañero, no tengo porque complacerte  —. Aun así, le responde— Comeré lo que me traigas. Solo lo tuyo. —

—Tienes que —. Dice seguro—Solo te pido confianza...te creo, creo todo lo que me dices—.

Surt suspiro un poco, tal vez hasta podría ¿considerarlo un amigo?, mejor no ponerse cursi. No dijo nada mas, solo lo necesario.

Se mantuvo unos minutos más, sin perderle de vista, hasta que decidió que quizás si podía confiar en él. Por ahora lo haría por su hermano. Confiaría en el pelirrojo para ello.

—Como quieras —responde picando otro poco del pan y metiéndolo a su boca.

El comienzo [ Sigmund x Surt ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora