"Y en las ultimas noticias: la explosión que hubo anoche dejo dos víctimas... Así es, no se halla al culpable, al parecer fue un descuido o un intento de suicidio, pues se encontró un encendedor en el lugar..."
Esas eran las noticias, el gato tuvo razón, otra vez murió alguien por mi culpa. No, nuestra culpa.
Las víctimas mortales de la explosión fueron los habitantes de aquella tienda. Me lancé y aparté a Diane antes de que nos alcanzara también, y caímos tras un montículo de basura. Igual quedamos atontados y al ver el incendio luego, salimos huyendo.
Héroe.
Me recriminaba constantemente, debí haber intentado apagarlo, ver si no había alguien viviendo ahí sin suponer que estaría vacío solo por ser tienda. Estaba por volverme loco con el cargo de conciencia.
Y sobre todo, la que consideraba "amiga" me debía una explicación, ella y el pajarraco con el que estaba.
A eso de la madrugada, desperté a causa del grito terrorífico de una mujer en mi sueño, mi madre biológica. Ya no era novedad despertarme a esta hora y ver al bulto negro en una esquina de mi habitación oscura.
En ese momento noté algo con el rabillo del ojo. Había una sombra de pie al lado de mi cama, empezó a caminar rodeándola. Parecía tener un enorme sombrero y un costal a cuestas. No pude evitar cubrirme con mi sabana cuando volvió a estar casi cara a cara conmigo, del otro lado de mi cama.
Al destaparme ya no estaba, pero el bulto seguía donde siempre. ¿Qué querrían todas estas apariciones? Nunca habían sido tan frecuentes.
A la mañana siguiente fui derecho a la escuela, quería salir rápido al receso para buscar a la loca de Diane. Me dolía el cuerpo por el golpe de la explosión pero debía aguantar. Mientras estaba en clase y aprovechando que no estaba el gato cerca, me puse a buscar en mi celular sobre los tipos de demonios que habían, quizá hallaba la forma de librarme de este.
Encontré varios enlaces que decían cosas como: "me persigue un demonio – caso real", "creo que me persigue un demonio – yahoo respuestas". Entré sin duda ahí.
Hablaba que había soñado que mataba a Dios y demás cosas horribles. Bueno, se me escarapeló el cuerpo y pasé al siguiente, eso no me iba a decir como deshacerme de un gato endemoniado.
El otro enlace hablaba que si pasaba algo así como parálisis de cuerpo o visiones, debía pedirle ayuda a dios. ¡Pf! Nah. Cerré y continué buscando...
—Alexander, continúe la lectura —dijo el profesor.
Genial, ¿estaban leyendo? Perdedores. Busqué en el libro pero estaba demás, no había seguido la lectura para nada.
—Salga del aula —ordenó al final el viejo lesbiano.
Suspiré y salí. Igual podría ir a la sala de maestros cuando esté solo y clavarle un lapicero en esa calva... ¿Qué?
Sacudí la cabeza. Ese pensamiento se me había salido así de repente. Corrí hacia el patio y fui hacia los juegos de primaria, a pensar con tranquilidad y poder seguir buscando información en mi celular. Unos niños estaban en su clase de física y algunos de ellos correteaban por los juegos. Excepto una que estaba sentada junto a un arbusto.
Me senté en un columpio y seguí buscando con el celular. No pude avanzar mucho pues escuché un sollozo. Suspiré con pesadez y alcé la vista. Era la niña.
—¿Qué ocurre? —pregunté sin gracia.
No hubo respuesta. Estaba abrazando sus piernas. Me acerqué y volví a preguntarle pero no respondía. La toqué con la punta del dedo, pues los niños me dan "cosas" y esta levantó el rostro. Mierda, otra vez. Tenía los ojos en blanco y botaba espuma, di un salto y en ese segundo desapareció.
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Y líbranos del mal
ParanormalDespierta, los ángeles y demonios no son hombres sexys sedientos de amor. No vas a querer toparte con ellos. Sí, me refiero a ambos. "Quizá fue un sueño... Pero desde que sucedió, aquel gato negro no deja de seguirme..." El bien y el mal, presentes...