16.Sabado que confusión.

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Sábado
[Narra Joel]

Luego de haber entregado un pedido, llegué a las oficinas en donde casi siempre estaba mi jefe y le entregué el paquete de dinero.

—Buen trabajo Pimentel —comenzo a contar el dinero.

—Gracias —sonrei forzosamente, yo ya no quería estar en ese trabajo, pero si me salia, me iban a matar.

—La próxima semana tienes un pedido muy importante, y vas a necesitar esto —me entrego una pistola.

—¿Por qué? —lo miré confundido— nunca e necesitado una.

—La vas a necesitar —mi piel se puso de gallina al escuchar esas palabras.

—Crei que nunca me mandaría a misiones tan peligrosas —mire hacia el suelo.

—Pues te mentí —me miró con una sonrisa burlona— y también pienso que necesitas sentirte bien hoy para que tengas suficiente energía la próxima semana.

—¿A qué se refiere? —lo miré confundido.

—Mi amor, puedes pasar —grito y entro por la puerta una rubia con un cuerpo perfecto y un labial rojo, tenía el aspecto de una prostituta.

—No gracias, ya lo hice antier, no lo necesito ahora —conteste apenado.

—No seas mariquita Pimentel —solto una carcajada— Vamos, tienes permiso de comertela.

—No, yo tengo a alguien.

—Ese alguien es.. ¿Tu novia?

—No, pero...

—Entonces, ¿Por qué jodidos te detienes? —grito— se un hombre.

[Narra Natalia]

—¿Vas a regresar con Joel? —pregunto Erick.

Estábamos sentados en la banqueta de una tienda de helados, yo con un cono de vainilla y el con un cono de chocolate.

—No sé —mire hacia el suelo— ¿Debería?

—Hay más razones para dejarlo que para quedarte con él.

—Lo sé, pero lo amo

—Yo estoy enamorado de tí, ¿Por qué mejor no me das esa oportunidad a mí?

—Porque no puedo —mi vista estaba perdida en el helado.

—¿En serio estás enamorada de él?

—Si —dije con mucha dificultad y me solté en un mar de lágrimas.

—Tranquila —me abrazo y me recargo en su pecho haciéndome sentir segura.

—No me siento muy bien —dije limpiandome las lágrimas.

—¿Quieres que hagamos locuras?

—No

—Mira, nuestros amigos están ocupados, tenemos que hacer algo tú y yo —se paró de la banqueta y me dió la mano para que me levantara—  tu solo sígueme.

—De acuerdo

Erick le hizo la parada a un taxi y me subí aunque no tenía ni idea de a donde íbamos.

—¿A dónde los llevo?

—Siga a ese auto —dijo Erick con voz de villano de película apuntando a un auto cualquiera.

—¿Por qué? —solte una carcajada.

—Siempre quise vivir esta escena —se encogió de hombros

—Abrochense los cinturones —el taxista arrancó a toda velocidad, y estuvimos persiguiendo al carro durante 15 minutos hasta que lo perdimos de vista.

—Parece que ya lo perdimos, mejor déjenos en... en esa boda —Erick señaló un gran salón donde se veía que estaban entrando los invitados.

El taxista se paró justo enfrente del salón y Erick le pago para luego bajarnos.

—¿Qué piensas hacer? —mire a Erick asustada.

—Colarme —respondio burlón.

Entramos y todos voltearon a vernos ya que estaba la ceremonia y Erick hizo mucho ruido al abrir las puertas.

—¡Yo me opongo! —grito Erick y yo me puse roja como un tomate.

—¿Por qué? —pregunto el padre que los estaba casando, quién los miró asombrado al igual que todos los invitados.

—Porque el amor no existe —cuando dije eso, Erick y yo nos fuimos corriendo a un centro comercial que estaba muy cerca de ahí, caminamos el primer piso y entramos a un elevador lleno de gente.

—Apuesto a que se preguntan por qué los reuní aquí —dijo Erick cuando se cerraron las puertas del ascensor.

—Ustedes han sido los elegidos —añadi

La gente nos miraba confundidos, apenas se abrieron las puertas del ascensor y salieron lo más rápido que pudieron dejándonos solos a Erick y a mí.

Luego de un rato nos regresamos a mi casa.

—Erick —Christopher bajo de su cuarto al notar que ya habíamos llegado.

—¿Qué pasa?

—Amigo, ¿Podemos hablar?

—Si es sobre Paola, no estoy enojado contigo, tú sabes que no la quería.

—Aun así quiero hablarlo —insistio Christopher.

—Natalia, ¿Puedo dejarte sola un momento? —pregunto Erick y en cuanto asentí se fueron al cuarto de Chris.

Apenas me senté en el sofá y mi celular comenzó a sonar, era Joel.

*Inicio de llamada*
Natalia: ¿Hola?

Joel: Nat, necesito decirte algo muy importante (su voz sonaba triste)

Natalia: ¿Qué pasa?, ¿Estás bien?

Joel: me está hablando mi jefe, pero te llamo mañana sin falta

Natalia: ¿Me vas a dejar con la duda? (Joel colgó el teléfono.)

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Yo sé que en estos días e publicado mucho pero estoy aprovechando ahora que tengo un poco de inspiración.

Y no me gusta hacer esto pero como tengo muchos lectores fantasmas, voy a pedir 20 votos y 4 comentarios para seguir.

Ya por último gracias por el apoyo, ya casi llegamos a 2K. (Se acerca el final)

Eres tú | Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora