Cuneta, vereda, bordecalle o simplemente calle.
Otra noche de exceso, ojos rojos no solo por el humo del cigarrillo de una tercera cajetilla nocturna, las lágrimas no derramadas también hinchan los ojos.
Ya no puedo beber una copa más, nunca he vomitado trago más malo que la pena de no verte.
Me duele ya no amarte, me apena no extrañarte, sufro por que ya no me dueles tan profundo.
He vuelto a la galería a pintar y he vuelto a tomar café.
Me regale la licencia de caminar esta noche hasta el amanecer para hablar de ti en los bares y recibir consejos de los taxistas de la ciudad.
Estuvo bien hablarte, tú indiferencia me ayuda sin duda a sanarme.
-Hola
-Hola, qué tal, tanto tiempo
- bien y tú
- genial de viaje
- que way, pasaba solo a saludarte
- genial, pasé por tu galería el otro día, pero te vi ocupado. Me alegra saber de ti. Adiós, tengo que dejarte.