Decidí no usar elevador, en el punto ciego de un pasillo, agitado por subir las escaleras, tomé un receso.
Sin aire, pensé fue una alucinación me tomaba el cuerpo y alma.
Años que no sabía de ti, mi memoria se había llevado tú recuerdo.
Tus piernas inconfundibles, registraban la música, se me removió hasta el estomago, sublime sensación al ver quien el olvido te obliga a olvidar.
Falda roja, camino apurado, pelo al viento, olor a crema.
Se que eras tú, lo comprobé un par de días después, al volver al mismo punto ciego del tercer piso.
Ya no llevabas falda, pero no importa, tengo otro par de años para recordarte.