El pequeño estudio, de un momento a otro, comenzó a llenarse de personas, conocidas, otras menos cercanas y gente que nunca había visto, de pronto, tras una mampara de vidrio estabas tu, deslavada, sin pintura, pelo aún húmedo, con tu manos perfectas para mi, panty medias plomas con pequeñas figuritas blancas. Perfecta
Fue inevitable respirar el olor de tu cuello, palpar tu cintura bajo la ducha después de nuestros encuentros fugaces, tu lengua en mi, mis manos en ti. Me tomé esa licencia antes de comenzar a hablar en mi exposición.
Presupuestos, fechas, organización, compromisos y otros fueron el trámite de una reunión sin sentido, vacía sin ti.
En la mitad de la reunión, me paré, fui al fondo de la sala y frente a ti extendí mi mano, te alzaste con tu ojos hermosos, miradas atónitas, no podían creer que nos besamos frente a todos; un pintor intentando reflotar su arte, con una joven y hermosa chica, escenario perfecto para arruinarlo todo, pero que más daba a esa altura, te saqué de esa reunión y nos fuimos a nuestro puente, para sentir el aire de la ciudad, ver los autos, el metro, la iglesia de siempre, pero nada fue cierto. Acabó la reunión y ya no estabas.
Si te vuelvo a ver, tienes mi palabra de hombre, prometo no raptarte así.....
.....en mis sueños diurnos.