Capítulo 8

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The Rests Of Her Soul

Capítulo 8

Connor's POV

Aún recuerdo vívidamente el día en que llegué a casa y ella se había marchado. Aún recuerdo el dolor que sentí en el pecho. No era un vacío, era un pozo lleno de soledad y tristeza. Sí, he dicho soledad. Lo sé, tenía a Aquiles, pero él... Era distinto. Con él, obviamente, no me sentía como me sentía junto a ella.

La busqué por todo Boston, desde bares hasta barcos. Pregunté a cada uno de los habitantes de la ciudad, incluidos los casacas. Mas nadie la había visto. Paradero desconocido.

Tenía miedo. Ella estaba sola ahí fuera, viviendo quién sabe cómo y dónde. Hacía frío, y mi mayor miedo era que alguien la encontrara muerta por hipotermia. Por otro lado, mi mayor sueño y deseo era verla entrar por la puerta de la Hacienda. Todas las noches, cuando llegaba a las tantas, me sentaba en las escaleras a esperarla, esperando por su vuelta. Mas la puerta no se abrió nunca.

Fueron numerosas las veces que desperté sentado en el escalón con una manta por encima. Era obvio que Aquiles se levantaba por las noches a vigilarme y también a taparme cuando tiritaba.

¿Odiaba a Nayeli? No, jamás podría odiarla, por mucho que quisiera. Ella siempre sería mi consentida. Porque sí, porque Nayeli era mi consentida, y reconozco que fui un completo idiota comportándome de esa manera con ella.

Ahora estaba pagando las consecuencias de mis actos. Estaba pagando por mi frialdad y mi impasibilidad. Estaba pagándolo estando en un completo sinvivir. La buscaba de día y la esperaba de noche, tanto a ella como a Spirit.

Barajaba la idea de que ella pudiera haber ido a Nueva York, y eso me aterraba, me aterraba pensar en que ella se hubiera adentrado sola e indefensa en el bosque. Me aterraba muchísimo que los lobos la pudieran haber atacado. Me aterraba su muerte.

Sentía que la vida se regocijaba de mi desdicha. A veces me parecía verla, mas, cuando iba hacia donde pensaba que ella estaba, era como si hubiera visto un fantasma. ¿Me estaba volviendo loco? ¿Qué me pasaba? Acaso era... ¿Amor? ¿De nuevo?

Ya no sabía qué pensar ni tampoco qué hacer. Me sentía hundido y perdido, como si me hubiera adentrado en el mar y no supiera salir ni dirigirme a la superficie. No me quedaban opciones, sólo la de visitar Nueva York. Y para hacerlo tenía que ir convencido de dos cosas :

La primera, que Nayeli no iba a estar allí.

Y la segunda, que, en el caso de encontrarla, no quisiera saber nada de mí o que hiciera como que no me conociera.

No sabía cuál de las dos dolía más, si la primera, o la segunda... La indiferencia a veces es peor que la decepción. Pero había una cosa que ganaba a esas dos : el rechazo.

Tenía pavor a esa reacción. Tenía un miedo de mil demonios a que Nayeli me rechazara. Finalmente y muy decidido, me armé de valor para averiguar cuál de las dos opciones pasaría y enfrentarme a ella. La verdad es que deseaba con toda mi alma que ninguna de las dos se diera, que Nayeli, al verme, simplemente corriera a mis brazos y me dijera que me había echado de menos, que no volviera a separarme de ella...

Definitivamente, mi cabeza estaba perdiendo el norte por esa... Chica. Ella me había cambiado por completo noche tras noche. Pero esta noche iría a verla para no tener que imaginármela nunca más.

Cogí mi caballo, no sin antes alimentarlo y darle de beber, y cogí provisiones y también todas mis armas.

-Aquiles, no sé cuándo volveré... Pero prometo que cuando lo haga, no lo haré solo ya que Nayeli vendrá a mi lado y todo volverá a ser como antes. No la volveré a tratar como hice...-Dije subiendo al caballo en el portal de la hacienda, agarrando las riendas con rabia.-No pienso perder a nadie más...-Dije decidido y serio.

Escuché una risa por parte del viejo.

-Connor... Que sepas que ha sufrido mucho... Y, que la persona que quiere la haya tratado mal le ha dejado una herida en el corazón.-Espera... ¿"Quiere"? ¿Aquiles acababa de decir que ella me quería?

-¿Perdón? ¿Cómo que "quiere"?-Pregunté confuso haciendo que Aquiles suspirara.

-Tan ciego... Ves a las presas más difíciles de ver, pero sin embargo, has sido incapaz de ver algo tan simple como es la atracción y el amor... Connor, lo tenías delante de tí todo este tiempo y no hacías más que evitarlo y hacerte el ciego. Hijo, ella te quiere, sus mismo labios me lo dijeron el día en que le regalaste a Spirit... Y tu, no has hecho más que rechazarla con tu comportamiento.-Me dijo él, haciéndome sentir algo mal.-Te esperaré todo el tiempo que haga falta Connor, pero que sepas que te va a costar mucho traer a Nayeli de vuelta...-Sin esperar respuesta, Aquiles se giró, yendo hacia la puerta.-Buena suerte.-Deseó por encima del hombro.

-¡Qué sepas que conseguiré traerla ya que yo también la quiero, me importa y no pienso volver a perder a alguien que amo!-Dije seguro para luego gritar a mi caballo que emprendiera la marcha al galope.

La noche pasó mucho antes de que yo me pudiera dar cuenta. El bosque estaba tranquilo, y sólo se escuchaba a los lobos aullar en la lejanía y los búhos ulular al compás de los cánidos. No tenía miedo, el bosque era mi aliado, los lobos mis fieles hermanos y los búhos mis sabios consejeros. Cada ser vivo de ese entorno era mi amigo, no le temía a ellos. En su lugar, temía al ser humano y los extremos a los que éste podía llegar.

Lo que más me aterraba en el mundo, aparte de perder a Nayeli o que ella me rechazara, era que los bosques desaparecieran. Sentía que eran mi segunda casa, mi refugio natural. Y tenía miedo de que me lo arrebataran también. Por suerte, sabía que aquello no podía pasar, que sólo eran miedos tontos inducidos por los avances de la época.

Un día y medio después de mi partida, llegué a Nueva York. La verdad es que se veía bastante diferente a Boston, pero me resultaba bonito igualmente a pesar de no ser muy fan del aire urbano. Una vez allí comencé a buscarla, mas, después de estar todo el día intentando dar con ella, no la encontré. Me sentía decepcionado y a la vez desanimado.

Cogí mi caballo y volví al bosque, pasaría la noche allí y al día siguiente volvería a mi tarea de buscarla. No iba a volver a Boston sin Nayeli, ya lo había dicho y lo tenía muy asimilado. Incluso si me me la tenía que llevar al hombro cual saco de patatas, iba a volver a la hacienda con ella. Me daba igual cómo volver, sólo me importaba volver con ella a mi lado.

The Rests Of Her Soul ~Connor Kenway X Oc~Where stories live. Discover now