Todo estaba tranquilo y bajo control en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería: los de primer año estaban entrando en el Gran Salón mientras el resto de los cursos los esperaban sentados en sus respectivas mesas. Como era obvio Harry, Ron y Hermione (que habían pasado a segundo año) estaban sentados en la mesa de Gryffindor junto a Neville y con Ginny, Lee Jordan y los gemelos Weasley sentados en frente. Se quedaron mirando a los de primero que iban hacia la butaca en la que estaba el Sombrero Seleccionador, junto a la Profesora McGonagall, para que pusiera a cada nuevo alumno en la casa correspondiente; pero no sin antes cantar una nueva canción contando la historia de cómo y quienes fundaron las cuatro casas del colegio, como hacía cada año.
Pero mientras Harry, al igual que los demás, miraba y escuchaba al sombrero, se le dio por mirar la mesa de los profesores, que estaba un poco más atrás de la Profesora McGonagall, para ver si todos los profesores estaban presentes y quien iba a ser el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, ya que había uno nuevo cada año porque siempre se iban por una u otra razón, y era muy difícil conseguir uno puesto ya que nadie quería el trabajo porque creían que traía mala suerte. Empezó por la punta izquierda y siguió con la mirada hasta llegar a donde estaba Dumbledore, en el centro de la alargada mesa, pero cuando siguió observando, con la esperanza de ver la silla vacía donde estaría McGonagall, en su lugar vio a una chica, que parecía tener su edad, de pelo lacio y marrón, largo hasta los hombros que miraba al sombrero con expresión cansada y aburrida.
-¡eh Ron!- dijo Harry susurrando y dándole un codazo a su amigo.
-¡ay! ¿Qué pasa?- dijo este algo sobresaltado por el repentino golpe.
-¿Quién es ella?- pregunto Harry sin voltearse para mirar a Ron.
-eh… es la Profesora McGonagall, ¿Qué no te acuerdas?-pregunto Ron como con miedo a que su amigo tuviera amnesia.
-no tonto, ella no, la chica sentada a la izquierda de Dumbledore.
-oh, no lo sé… de hecho…jamás la había visto antes- dijo su amigo, recién dándose cuenta de la presencia de la chica, con el ceño fruncido como si estuviese extrañado.
Cuando el sombrero termino de cantar, todos empezaron a aplaudir, y Harry los imito pero sin quitarle los ojos de encima a la muchacha, que al igual que los demás profesores se levantó y aplaudió. Pero en ese instante Harry noto que, al menos a esa distancia, no se distinguía ninguna marca en su túnica negra que indicara a que casa pertenecía.
-Oye Hermione, ¿tu alguna vez habías visto a esa chica?- le pregunto Harry a su amiga mientras los tres salían del Gran Salón junto con los de primero para ir a la torre Gryffindor.
-¿Cuál? ¿La que estaba sentada junto a Dumbledore en la mesa de los profesores? Si, la note cuando entramos al Salón, pero no, que yo recuerde jamás la he visto.
-y sí que podemos confiar en tu memoria, Hermione-dijo Ron en tono algo burlón- con todos los libros y hechizos que has leído y te acuerdas…
-por lo menos yo si se leer-dijo ella poniéndose a la defensiva.
Ella y Ron siguieron discutiendo, pero Harry no les prestó atención, porque, por alguna razón, no podía sacarse a esa extraña chica de la cabeza: ¿quién era? ¿Por qué nunca antes la había visto? ¿y por qué su túnica no indicaba a que casa pertenecía?
Ron y Hermione no pararon de discutir hasta que llegaron junto con el resto del grupo al cuadro de la Dama Gorda, la cual cuidaba la entrada a la torre Gryffindor. En eso el prefecto a cargo dijo la contraseña-"poción multijugos"- y el retrato se corrió para que pudieran entrar a la sala común.