-¡no puedo creer que hoy sea la selección y yo no haya podido meter mi nombre en el Cáliz!
-Sindy, es mejor-la tranquilizaba su hermana-piénsalo así:… no vas a morir.
-Mandy tiene razón-dijo Roxy-es un torneo muy peligroso… y además no tenemos la edad.
-es cierto-agregó la menor-la verdad… si hubieses puesto tu nombre en el Cáliz y te hubiesen elegido yo me pondría muy triste.
-¿por qué?-preguntó Sindy extrañada.
-porque no quiero que te pase nada malo.
-pienso igual, hermanita-acotó Roxy.
-¡ay las quiero tanto chicas!-y como estaba en el medio, Sindy rodeó con un brazo a cada una y ellas la abrazaron igual.
-¡nosotras también!-dijeron al unísono.
Les faltaba poco para llegar al Gran Salón, cuando de repente se cruzaron con Harry y Ron.
-¡Sindy!-dijo Harry.
-¡ah! hola chicos-contestó ella-¿todo bien?
-si… bueno la verdad, te estaba buscando.
-¿a mí? ¿Para qué?
-es que… quería preguntarte algo-y Harry miró a Ron para que se fuera.
-bien, en ese caso…-Roxy Y Mandy rieron y le dieron un codazo a Sindy-los dejamos a solas.
-¡vamos Ron!-dijeron las hermanas.
-ah… p-pero yo…
-ay solo cállate y camina-ninguna de las dos paraba de reír. Le dieron unos pequeños empujones en la espalda al pelirrojo para que se diera la vuelta y avanzara.
-nos vemos allá, chicos-les dijo Ron a Harry y Sindy.
-claro-contesto el ojiverde.
Se quedaron solos, parados en el pasillo.
-y bien… ¿Qué querías decirme, Harry?
-tu… dime que no pusiste tu nombre en el Cáliz de Fuego.
-no-dijo frustrada-no pude.
-ay-suspiró el muchacho-¡qué suerte!
-¿por qué lo dices?
-es que tal vez te elegía… y eso sería terrible.
-¿por qué todo el mundo se pone feliz de que el Cáliz no pueda elegirme?-se molestó un poco.
-porque nadie quiere que te pase nada malo… incluyéndome-ella lo miró a los ojos esperando que dijera algo más.
-no sé qué haría si te pasara algo, Sindy.
-que tierno-sonrió.
-no pensaste lo mismo cuando te quise besar después de… ah no se-pensó sarcásticamente-¡haberte salvado la vida!
-te lo agradecí.
-para serte sincero… yo esperaba más que un simple "gracias".
-¿ah sí?-sonrió divertida-claro, que tonta… seguro creíste que al salvarme la vida me olvidaría de lo que te dije el año pasado y quedaría perdidamente enamorada de ti ¿no?
-mmm… más o menos-admitió.
-¡ay!-dijo fingiendo arrepentimiento y preocupación-lamento haberte decepcionado.
-bueno… nada te impide remediar el error ahora.
-o sea… ¿esperas que te bese aquí?
-sí.