-¿estas nervioso, Harry?-preguntó Hermione con el semblante preocupado.
-no, Hermione-dijo Ron con tono sarcástico-está que salta de felicidad.
-bueno-ella no hizo caso al comentario-piénsalo así: si superaste la primera prueba… ¿Por qué no ibas a pasar ésta?
-amm no lo sé-acotó el pelirrojo-tal vez porque… ¡cada prueba es más peligrosa que la anterior!
-¡Ron!-lo reprocho Sindy-¡ya deja de acotar! ¿Quieres? ¡Todos estamos muy nerviosos y preocupados; y lo único que me falta es que me alteres con tus comentarios sarcásticos!
-Sindy-la tranquilizó su amiga-está bien, no le hagas caso.
-es que… me saca-le contestó, ignorando la miranda sorprendida de Ron.
Los cuatro amigos estaban en la Sala Común de Gryffindor. En cualquier momento iban a llamar a Harry para que se preparara para la segunda prueba. Ya habían solucionado, gracias a Dobby, lo de aguantar una hora bajo el agua, el problema ahora era… pasar la prueba.
-bueno chicos-dijo Harry levantándose del sillón-ya debo ir a cambiarme. Deséenme suerte.
-ten mucho cuidado-dijo Hermione mientras lo abrazaba angustiada-y no hagas tonterías.
-está bien, está bien-dijo su amigo sonriendo-lo intentaré.
-suerte amigo-Ron lo abrazó.
-gracias-ambos se dieron palmadas en la espalda.
Sindy y Hermione cruzaron miradas; la primera asintió de una manera apenas perceptible y su amiga le devolvió el movimiento de cabeza, entendiendo perfectamente a que se refería. Tomo a Ron por el antebrazo y ambos salieron a través del retrato. Sindy y Harry quedaron a solas.
-¿nervioso?-preguntó después de unos segundos de silencio, como con miedo a oír la respuesta, aunque ya sabía cuál era.
-demasiado.
-tranquilo, todo va a estar bien-intentó, pero no pudo mantenerle la mirada, así que la desvió ligeramente hacia el suelo.
-no te noto muy convencida.
-ay Harry, por favor-dijo con tono de "es obvio"-sabes que estoy más asustada que tú.
-no veo por qué-y aclaró al ver que los ojos de Sindy se abrían como platos-me refiero a que… yo soy el que puede llegar a morir; tú estás a salvo.
-no, Harry. Yo también estoy en peligro…
-¿de qué?-preguntó extrañado y con el ceño ligeramente fruncido.
-…de perderte.
Sin decir nada, conmovido, nervioso y enamorado como estaba, con solo un paso se acercó a la chica, le tomó la cara y la besó. Todo fue tan rápido que Sindy no tuvo tiempo ni de tomar aire para decir algo.
Con las pocas fuerzas que tenía, pues cuando él la besaba a ella se le aflojaban todos los músculos, puso sus manos en el pecho del muchacho e intentó empujarlo para que se separara de ella.
Sabía que sé que habían besado en varias ocasiones, y cada una de ellas había estado mal; no debía estar juntos y punto. Fin de la historia.
Sin embargó, el amor que sentía por ese chico, pudo más, así que siguió besándolo.
Se separaron. Ella lo miró fijamente, no sabía qué decir; pero Harry, con la mirada, parecía suplicarle que no dijera que eso estaba mal, que no podían estar juntos, que su tío le había advertido… nada. Y ella no lo hizo.