Capítulo 25

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El portador buscaba a un preso que acababa de escapar de la cárcel, buscaba entre la gente y los callejones, le informaron que la persona que estaba buscando estaba a dos cuadras de donde estaba.

  El preso escapó de la cárcel a penas sintió que le faltaba el aire, corría y apuñalaba a cualquiera que se le atravesara.

  Cuando el portador lo encontró el preso no se había dado cuenta de su presencia, estaba tan ocupado en sus pensamientos que no se percató.

-Aun no puedo morir- susurró el hombre.

  Alzó la mirada, palideció, agarró un palo y se paró casi al instante.

>>No puedo morir. ¡Todavía no! Le prometí a mi esposa y a mis hijas que regresaría a casa, no, no puedo dejarlas solas.

  El portador se enderezó y dijo: "A lo que haz hecho, es lo menos que mereces, no puedo devolverles a las personas que mataste, pero si darles tranquilidad de que el asesino está muerto", el preso agachó la cabeza y el portador se lo llevó.

La hija de la muerte (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora