Capítulo 47

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Capitulo 47

Di un grito ahogado y tiré de mi mano en reflejo, pero la visión seguía llegando. Vagamente sentí el brazo de Harry rodeándome por detrás. Temblaba cuando vio la visión conmigo. Jen y Bish estaban de pie juntos en un futuro próximo, no ésta noche. Estaba oscuro. No pude ver su entorno pero eran ellos... tocándose, murmurando entre sí al oído y sus mentes en aceptación. Jen se echó a reír e inclinó su cabeza hacia atrás con alegría, Bish aprovechó la oportunidad para besar su cuello. Luego hubo disparos, Bish y Jen ambos miraron a su alrededor y de repente Jen se inclinó con un grito agónico. Bish la siguió, pero cuando tomó su mano, estaba roja con su sangre. Entonces él también fue golpeado en el hombro con un balazo... y en el estómago. Cayeron en un montón en el suelo y permanecieron juntos sacudiéndose hasta que dejaron de hacerlo. Los dos estaban muertos.

Grité mientras veía la vida de modo muy parecido a una escena. Su sangre era tan roja, sus ojos tan abiertos y negros contra la oscuridad, las manos entrelazadas, ya que sabían que la muerte se acercaba. Caí al suelo y Harry me tomó en sus brazos. Nos dejamos caer. Cuando todo terminó, me volví y sollocé en su hombro mientras él trataba de mantener sus emociones bajo control.

—No, no, no, no —me escuché decir.

Entonces me di cuenta que no era la única en repetir esas palabras. Miré a Jen en el suelo también. Tenía sus brazos envueltos alrededor de su estómago y se balanceaba con cánticos, las lágrimas corrían por su rostro. Había visto la visión también. Entonces la voz de Bish resonó por encima de todo lo demás y llamó toda nuestra atención.

—¿Qué demonios fue eso?

—¿Qué... has visto eso? —chillé.

—Sí, lo vi.

—¿Lo viste? —le pregunté a Ecstasy y se limitó a sacudir la cabeza y nos miró.

—¿Qué fue eso? —preguntó y apretó el puño para detener el temblor.

—Una visión, yo... Bish...

—Una visión. ¿Estás diciendo que lo que vimos que va a pasar... a nosotros?

—Sí, supongo. No lo sé.

—¡¿Qué quieres decir con que no lo sabes?! —gritó él y Ecstasy se estremeció.

—¡No sé! —grité de vuelta—. Soy nueva en esto, las visiones sólo llegan y no las puedo controlar.

Bish miró a Jen y ella alzó la vista hacia él. Por una fracción de segundo vi su mirada de anhelo. Iban a imprimarse. Bish tenía la respiración entrecortada cuando se inclinó y comenzó a tocar su mano. Ella se echó hacia atrás y se deslizó en el suelo en un intento desesperado por escapar de él. Él miró sorprendido.

—No me toques —le rogó—. Tengo una hija y tengo que pensar en ella. Por favor, no me toques. —En su mente, estaba triste. Finalmente, tuvo la confirmación de que se iba a imprimar y ahora, todo se fue por la borda. No podía dejar que la tocara porque entonces se imprimaría y la visión se haría realidad. Dejaría a María sin madre. Al contrario, pensaba que la compensación valía la pena. Tener a su pareja, conocer el amor verdadero y ser completamente feliz, aunque sea por poco tiempo, era tan digno de ella. Pero ese sueño se hizo añicos ahora en su mente. Iba a morir... simplemente vieja y sola.

—Jen. —Me tranquilicé y me acerqué, tirando de ella en un abrazo apretado—. Lo siento mucho.

—Espera. —Oí murmurar a Bish detrás de nosotros—. ¿Estás diciendo que Jen y yo... vamos a... imprimarnos?

—En la visión están imprimados —dije en voz baja.

—Bish —dijo Jen suavemente mirándole imperturbable. Las lágrimas corrían por su rostro, en sus ojos estaban escritos sus sentimientos hacia él—. Lo siento. No puedo. Lo quiero, como nada que alguna vez haya querido antes, pero no puedo dejar a mi hija sin madre. Si nunca te toco, entonces no nos imprimaremos y si no lo hacemos, la visión no se hará realidad,

¿cierto, ______?

—No lo sé, Jen. He sido capaz de detenerlas antes, así que supongo que sí.

—¿Cómo las detuviste? —preguntó Bish.

—Bueno... había una chica en el club que fuimos. Le dije que no fuera a su casa porque iban a forzar la entrada de su apartamento. Iban a golpearla hasta la muerte.

—Pero, ¿cómo sabes que no fue a casa? —razonó Jen—. ¿O que no resultó herida de alguna otra manera esa noche? Tal vez ves lo que se supone que suceda y no puede detenerse.

—Bueno, no puedo estar segura. Nunca la volví a ver.

—¿Cómo que ahora no voy a ser secuestrada esta noche? — preguntó Ecstasy—. Tal vez por eso no podías ver mi futuro. Porque no tengo uno. Tal vez se supone que debo morir y a pesar de que me hablaste de ello, algo todavía va a pasar, como esa película Destino Final.

—Esto no es una película —gruñó Bish.

—Sólo estoy diciendo.

—Bueno, no lo hagas. Jenna

—Bish, por favor, no lo hagas. Me voy a la cama.

Harry la ayudó a levantarse y luego a mí. Harry y Jen se abrazaron con fuerza, casi como si estuvieran diciéndose adiós, pero ninguno quería expresarlo en su mente. Ella suspiró y me sonrió con tristeza. Nos pusimos de pie y la vimos alejarse. Bish empezó a seguirla, pero lo detuve.

—Bish no, enloquecerá. Necesita un poco de tiempo para pensar.

—No voy a tocarla. Sólo quiero asegurarme de que está bien.

—Es duro para ella, Bish. Ha querido imprimarse todos los días desde que era una niña. Ha sabido eso toda su vida y pensó que nunca lo haría. Ahora se enteró de que podía, pero morirá. No lo hagas, no ésta noche.

Exhaló y sentí el dolor de él atravesarme.

—Probablemente sea mejor así. Es demasiado buena para mí. —En su mente daba vueltas un montón de cosas que había visto antes, de su infancia, cómo pensó que no valía nada, pero volvió a hablar antes de que pudiera protestar—. ¿Es por eso que me he sentido tan extraño a su alrededor? —Nos miró. Miró la mano de Harry tomando la mía mientras hablaba—. ¿Por qué me sentía tan protector y confuso a su alrededor?

—Uno siente algunas de esas cosas antes de imprimarse —explicó Harry—. Siempre sientes algo por la persona.

Bish asintió y se dejó caer derrotado en la silla que Jen había dejado. Me volví hacia Ecstasy.

—Está bien, vamos a llevarte al sofá.

—No es como si pudiera dormir de todos modos. Sólo voy a permanecer despierta y esperar a ver si se detiene la visión o no. Ver si alguien va a entrar y secuestrarme.

—Vamos a estar pendientes —le aseguró Harry—. Me aseguraré de que la alarma esté activada antes de irnos a la cama.

—Bueno, no me siento muy contenta de ser el conejillo de indias para ver si se puede detener una visión, pero creo que no tenemos otra opción. ¿Tienes algo de alcohol para aligerar el estado de ánimo?

—¿Cuántos años tienes? —preguntó Bish, apoyando los codos en las rodillas.

—Dieciocho.

—Entonces, no, no tenemos ninguna bebida alcohólica.

—Aburrido —murmuró mientras se abría camino a través de la puerta de la cocina.

La seguimos, pero me volví a mirar Bish.

—¿Vas a venir?

—En un minuto.

Asentí y fuimos hacia el sofá de la sala con Ecstasy. Harry le explicó dónde estaba todo y que él y yo nos encontrábamos justo en la habitación de al lado. Asintió y se sentó torpemente en el sofá. Trataba de poner buena cara, pero en su mente, estaba asustada.

—Vas a estar bien —le dije—. Te traeré algo de ropa. —Le traje algunos pijamas y algo de ropa para la mañana—. Muy bien, la puerta estará abierta si necesitas algo.

—Vale. —Harry comenzó a apagar la lámpara, mientras nos íbamos—. Por favor, déjala encendida —suplicó.

—Está bien.

Ni siquiera hablé con Harry. Sólo me metí en una de sus camisetas y me subí en la cama. Él tiró de la cadena de la lámpara y subió conmigo después de cambiarse y me enganché a él, pidiendo que el sueño llegara rápido.

Decisiones (Harry Styles y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora