Decisiones (Harry Styles y Tu)

Capítulo 64

Capitulo 64

Di un grito ahogado de vuelta a la realidad, con una cálida mano calmada en la parte trasera de mi cuello y mi cara presionada contra un cuello que olía como mi mundo entero.

Sollocé en voz alta y me aferré a él mientras me levantaba, haciendo lo único que podía hacer.

¿Cómo pudo? ¿Cómo? ¿Por qué?

¿Cómo había pretendido ser feliz y amarnos todos esos años cuando no me quiso en absoluto? No quería a papá, nuestra vida o nuestra casa. Ella odiaba todo, nos toleraba. ¿Cómo pudo hacerle eso a papá? No sabía que decir.

Gah, ______. Lo siento.

No se puede enterar, le supliqué y lo miré a la cara. No se puede enterar. Esto lo mataría. No puede

Harry asintió, y luego escuché un exagerado suspiro del mismo diablo.

—Creo que estás siendo un poco dramática. Sólo fue una graduación, estoy segura de que tu padre tomó un montón de fotos y las voy a ver. —El vidrio en la puerta junto a ella empezó a traquetear, pero ni siquiera lo notó—. Incluso te conseguiré un regalo si quieres uno. —La miré con la mirada vacía, impresionada por su completa desfachatez. Vi unas cuantas cintas azules detrás de su cabeza, y traté de respirar y aceptar la calma de Harry mientras discretamente besaba la parte de atrás de mi cuello, tratando desesperadamente de evitar que le mostrara a mi madre lo que era—. De esto es de lo que se trata este espectáculo, ¿no es cierto?

¿Estás molesta porque no vine a tu graduación?

Miré a papá para ver cómo lucía su cara, porque su mente estaba en blanco. Se veía arrepentido, molesto y triste, todo al mismo tiempo, pero esperaba para que yo dijera o hiciera algo. Él había perdido el habla.

Bish había estado terriblemente tranquilo durante toda esta cosa, y ella nunca le dijo ni una palabra. También lo miré y estaba igual; simplemente sin poder comprenderla en absoluto.

La miré de nuevo y la miré en disputa. Sus ojos se dirigieron a Harry y sonrió.

—Lo siento, mi hija está siendo grosera. Soy Sarah, la madre de ______. —Elevó su mano para él—. ¿Y tú eres?

—Harry —respondió pero no hizo ningún movimiento para sacudir su mano—. El prometido de ______.

Ella se burló. —¿Qué? —siseó y me miró—. ¿Te vas a casar con él?

—Sí, señora, así es —dijo Harry con rigidez.

—Esta —empezó de nuevo con voz dulce para Harry—, juvenil pelea entre mi hija y yo no tiene nada que ver contigo. No tienes que odiarme por asociación.

—Vete —dije, sorprendiendo a todo el mundo.

—¿Qué dijiste? —susurró como si le doliera, pero su cara era asesina.

—Dije que te fueras —le dije, mi voz finalmente calmada y me sentí en control de mí misma—. Hemos estado bien aquí sin ti.

—La mitad de esta casa es mía, sabes. Hice de esta casa un hogar.

Me hice cargo de ustedes y nunca me dieron nada a cambio.

—¿Darte algo como qué? ¿Un nuevo color de cabello, una nueva dieta?

—______, soy tu madre. Ahora ya hablé con Jim y él

—Nunca dije que podías regresar —dijo suavemente—. Dije que antes que nada, necesitabas resolver tus problemas con ______, pero nunca dije que podías regresar.

—Bueno, estoy intentándolo.

—Demasiado tarde, creo.

—Jim —chilló como si estuviera herida y dio un paso, como si fuera a tocarlo.

Puse mi mano.

—No lo toques. ¡Vete!

—Sigo siendo tu madre y no puedes hablarme de esa manera.

Me moví hacia adelante, lo más cerca que pude estando de pie, para susurrarle sin que nadie oyera. Su perfume excesivamente costoso me atragantó.

—Sé lo que hiciste. Sé acerca de mi padre y el mostrador de la cocina.

—Tu papá y yo

—No, no él, mi padre —enuncié la palabra para que entendiera el significado.

Lo hizo.

Palideció y jugueteó con su pendiente.

Imposible.