Decisiones (Harry Styles y Tu)

Capítulo 56

Capitulo 56

Desafortunadamente, no tuvimos mucho tiempo con María porque en ese momento, era después de la medianoche. Así que Jen la acarreó hasta la cama pero sabía que iba a ver un

montón de ella toda la semana que venía porque iba a estar con nosotros en la reunificación.

Fue duro, me di cuenta, para los padres de Liam alejarse de la nueva pareja. Era como si dejaran de mirarlos, se irían y serían un sueño. Finalmente, Liam los convenció lo suficiente como para decirles que llevaba a su pareja a su habitación. Se encontraban cansados y listos para dormir.

Era algo divertido ver a Liam con Lynne subir las escaleras. Todo el mundo pensaba que estaban drogados.

—Que duerman bien, ustedes dos —llamó Gran.

—Eso no es todo lo que van a hacer —murmuró Harry detrás de mí y se rió cuando le di un codazo a su estómago.

—¡Harry Edward Jacobson! —reprendió ella—. ¡Qué vergüenza!

—¿Edward? —pregunté—. ¿Cómo no conozco tu nombre?

—Todavía hay algunas cosas que no conoces de mí —murmuró bajo mi cuello—. Pero realmente tomo el tiempo para buscar esas cosas, ______ Camille Masters.

Jadeé.

—Eso no es justo —murmuré.

—Está bien ustedes dos, ya basta de eso. —Pero luego nos miró de cerca—. ¿Han estado siendo cuidadosos? Recuerdan lo que dije antes sobre Aces embarazando

—Gran —protestó Harry y alzó una mano—. Hablamos sobre esto.

—Sólo estoy diciendo.

—Adiós, Gran.

Me recogió al estilo bombero y me llevó por las escaleras con Peter y Rachel riendo y Gran escupiendo escandalizada, una vez más.

Cuando pasamos la puerta de Liam, podíamos oír los murmullos y Harry se rió por tener la razón.

—Eres lindo cuando eres presumido —dije, una vez que me puso en la cama.

—Entonces soy lindo todo el tiempo.

Me reí y cubrí mi boca, luego gemí cuando él puso su peso encima de mí con suavidad y comenzó a besarme el cuello.

—¿No estás cansado? —pregunté.

—No después de todo eso, no ¿tú?

—Un poco.

Su boca se moví a mi oreja y dejé salir todo mi aliento.

—No suenas muy cansada para mí —dijo en un tono que me dijo exactamente lo que tenía debajo de la manga.

—Harry, estamos en la casa de tu tío —lo regañé.

—Sí, en nuestra habitación, nadie va a entrar. Y estoy listo para esto, ______.

—Yo también. —Me di cuenta. Estaba listo para Mutualizar con mi pareja. Me mordí el labio—. ¿Sabes exactamente qué hacer?

Sonrió genuinamente y me acarició el hueso de la mejilla con el pulgar.

—Oh, sí —susurró.

Entonces besó mi boca y dejó que sus manos agarraran mis brazos. Los empujó por encima de mi cabeza y los sostuvo con suavidad mientras seguía besándome apasionadamente.

Luego oímos un golpe en la puerta.

—Tienes que estar bromeando —murmuró Harry en mis labios—.

¿Qué? —dijo y se echó hacia atrás, tirando de mi para que me sentara junto a él.

La puerta se abrió para revelar a la pequeña María.

—Lo siento. Estoy asustada.

Él se ablandó y se palmeó el regazo. Ella lentamente se acercó y le permitió que la sentara.

—¿Cuál es el problema, M? ¿Dónde está tu mamá?

—Está hablando con Nana —explicó. Nana era Rachel—. Está llorando por algo. Pero escuché al tío Max hablando de ti recibiendo un disparo con una pistola. Y que alguien también disparó a ______.

—Pero estamos bien. ¿Ves?

—Estoy asustada. ¿Puedo dormir contigo?

¿Cómo podría rechazar una cara como esa?

—Está bien —suspiró Harry y la tiró en la cama haciéndola reír—.

Salta debajo de las sábanas.

—¡Sí! —gritó.

Se dio vuelta hacia mí, y me acercó a él.

—Vamos a terminar esto aunque sea la última cosa que haga — gruñó y solté una risita.

—De acuerdo.

—Muy bien, María. Puedes dormir al lado de ______, ¿está bien?

—Bien.

Harry hizo cuchara detrás de mí y me dormí bastante rápido para alguien que había afirmado no estar cansada. María acurrucó su pecho frente a mí. Sonreí a la sensación de estar completamente rodeada, literalmente, por la gente que amaba.