Capítulo 63

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Capitulo 63

Harry vino corriendo detrás de mí, sintiendo a mi corazón agitado y envolvió una mano alrededor de mi muñeca. Ya sea para tranquilizarme o detenerme, no estaba segura y no estaba segura de si él lo estaba, tampoco.

—¿Sarah? —Oí decir a papá con incredulidad detrás de mí.

—Hola, Jim —dijo, y había pasado tanto tiempo desde que había escuchado su voz, que apenas la reconocí.

Estaba delgada, tan delgada, no de una manera enfermiza, pero como que la hacía parecer de esa manera. Su cabello estaba teñido de un negro intenso, su oscuro bronceado y su maquillaje excesivo. Nos miramos la una a la otra. Sus ojos me examinaban con alivio evidente, pero también sorpresa.

Finalmente está cuidando de sí misma. Ha perdido peso y se cortó ese horrible cabello. Y quién es este

Miró a mi pareja con un brillo de interés en sus ojos y supe en ese momento, no habría reconciliación para nosotras. No había cambiado. No tenía ningún interés en volver a ser nuestra familia de nuevo.

—¿Qué estás haciendo aquí? —le preguntó papá con dureza.

—Jim, hablamos por teléfono, sabes por qué estoy aquí. Estoy lista para volver a casa —dijo, con tono impaciente y avergonzado. Como dudando de por qué nos atrevemos a interrogarla cuando se encontraba en nuestra puerta.

—No puedo hacer eso, me temo. —Papá se movió a mi lado—. Simplemente no tenemos ningún espacio para nadie más en este momento.

—¿Estás saliendo con alguien? —dijo, y se rió como si fuera imposible.

—No, no estoy saliendo con nadie. He estado un poco ocupado cuidando a mi hija.

Mamá se puso roja, y sus cejas se levantaron en cólera.

—Nuestra hija.

—Suficiente —grité, y la araña encima de nosotros empezó a sacudirse en respuesta a mi enojo, pero sentí a Harry apretar mi mano y tomé una profunda respiración—. Basta, mamá, ¿qué estás haciendo aquí, de verdad?

Ya había visto en su mente que su novio la dejó. Había estado viviendo en su casa y no tenía adónde ir. Se negó a ser una camarera y había sido el único trabajo que pudo encontrar, así que imaginó que podía decir que quería asegurarse que yo estaba bien después de mi "calvario", y que quería volver a casa.

Rompe hogares.

—Te dije

—La verdad —dije.

Suspiró e hizo una dramática demostración de suavizar su cabello, antes de pegar una enorme sonrisa falsa para mí.

—Cariño —se quejó y dio un paso hacia mí—, te extrañe.

Cuando tocó mi mano antes de que pudiera tirarla lejos, lo vi. Su pequeño secreto. Su sucia indiscreción que habría destruido todo lo que sabía hasta ese momento, y podría también a partir de ahora. Realmente era una rompe hogares.

En una visión, la vi riendo. Era joven y el hombre con el que estaba era joven, también. Al principio, pensé que se trataba de la universidad o algo, pero me di cuenta que la casa en la que se encontraba, esta casa. Estaban en la cocina y hacían cosas repugnantes en nuestro mostrador de la cocina. Echó un vistazo al reloj y terminó efectivamente su escrutinio de ella.

mí.

—Mi marido estará en casa pronto —le dijo.

—Mañana, ¿a la misma hora? —preguntó, con la espalda aún hacia

—Lo sé.

Lo besó largo y duro, y luego la visión voló a otra.

Lloraba en el baño, un delgado palo blanco en la mano que

sostenía su destino. Al parecer, no estaba contenta con lo que le dijo. Un hombre llamó suavemente a la puerta, y ella resopló con rabia y rodó los

ojos, pero la voz que usó fue dulce e inocente, se limpió la cara y puso una sonrisa.

—Adelante.

Papá era tan joven y guapo en ese entonces, la miraba con una cara llena de preocupación.

—¿Estás bien? ¿Qué dijo?

—Estoy embarazada —susurró.

Papá la miró sorprendido, pero no en el mal sentido.

—Pero fuimos cuidadosos utilizamos protección.

—No siempre funciona un ciento por ciento, Jim.

Sonrió enormemente y la atrajo del lado de la bañera riendo.

—¡Vamos a tener un bebé! —Se echó a reír—. Sé que dijiste que querías esperar un tiempo, pero guau. Vamos a tener un bebé.

—Sí —dijo alegremente, pero sus ojos lucían muertos a sus espaldas—

. Así es.

Entonces la visión cambió a mi madre arrugando una hoja de papel a la basura. Era un resultado, de algún análisis de sangre que tenía cuando era una niña, cuando pensaban que podría tener meningitis. Lo tiró a la basura como si no le importara el mundo. Cuando miré más cerca, vi la frase que lo arruinaría todo. La única frase que cambiaría mi vida, incluso más de lo que lo había hecho ya.

Papá no era mi padre biológico.

Decisiones (Harry Styles y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora