Un pequeño especial

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Lo sentí desperezarse y abrazarme por detrás con fuerza, sonreí pegando mi espalda a su pecho.

–Hola...

Pegó su nariz a mi cuello como era su costumbre en la mañanas y suspiró, hoy debía salir de Tokio de nuevo, tenía un partido que atender en Rusia.

–Hola cariño

Llevábamos año y medio viviendo juntos y esa era la rutina de todas las mañanas que pasábamos juntos. Me giré en medio de la pereza y lo abracé con fuerza para oír los latidos de su corazón.

–Odio cuando tienes que irte...
–No te quejes tanto, estoy seguro de que te vas a vengar apenas firmes el contrato con esa disquera.
–Me tomo mucho tiempo conseguir un contrato ahora que lo pienso...
–Lo sé, pero valdrá la pena, ya verás.

Le sonreí avergonzada.

–¿De verdad quieres sexo tan temprano?
–¿Qué? ¿Por qué? ¿Ahora que hice?

Me abracé escandalizada cuando sentí su erección en mi vientre.

–Esa sonrisa... sabes de lo que estoy hablando. Ven aquí.

Me jaló y entre risas me puso sobre él.
Si las personas se preguntan como mantengo mi figura por sobre todo lo que como a diario esta es la respuesta: tengo un gimnasio personal, uno con mucha experiencia y resistencia.

A donde tú voz me lleveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora