J A Q U E

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Me despertó la pequeña alarma que sonaba desde el rudimentario teléfono que tenía, abrí los ojos lentamente, me encontré con la cara de Alex, estaba profundamente dormido, recordé lo que había pasado la noche anterior y sonreí.
Aún no podía creerme lo que había pasado, no podía creer que alguien me hiciera tan feliz.
Con cuidado acaricié su mejilla con la yema de mis dedos, a penas tenía barba, tracé la línea de su mandíbula y la forma de sus labios mullidos, era precioso.
Traté de moverme, pero, cuando lo intenté, sus brazos me apretaron con fuerza contra él, sus ojos se abrieron y me miraron, una sonrisa se dibujó en sus labios.
-Buenos días Indra-Dijo sonriendo, se acercó un poco más a mí y dejó un suave beso sobre mis labios, se me cortó la respiración, no estaba acostumbrada. Sonreí como una tonta  y acaricié su brazo.
-Buenos días-Susurré-Tengo que irme-Dije y negó con la cabeza, escondió su rostro en mi cuello y dejó allí unos pocos besos que me hicieron sentir vértigo.
-Quédate-Su respiración chocaba contra mi cuello.
-Ojalá-Dije sincera, ojalá pudiera olvidarme de las barbaridades que estaban ocurriendo ahí fuera y simplemente estar con él, en la cama o donde fuera.
Escuchamos la puerta abrirse y cuando nos giramos nos encontramos con Marco, su cara era un poema.
-Creo que he interrumpido algo-Dijo comenzando a reír, noté cómo mis mejillas se calentaban.
-Pues sí-Dijo Alex, lo miré sorprendida, me miró y me guiñó un ojo.
-No sabéis lo que me alegra haber interrumpido algo-Dijo tirándose sobre la cama, reí al recordar la conversación que tuve el día anterior con él.
-Cállate-Dije riendo y golpeando su hombro, me incorporé en la cama, sentándome como un indio.
-He venido para deciroslo-Dijo Marco poniéndose serio-Nos volvemos a Londres.
-¿QUÉ?-Exclamé-¿Por qué?
-Anoche logramos pillar la onda de radio de el PNB, van a tirar bombas en estos días-Dijo, contuve el aire.
-¿Vamos a dejar a toda esta gente aquí?-Solté alarmada, no podíamos irnos y ya está.
-Van a ser realojados en otras ciudades-Dijo Marco, respiré más tranquila.
-¿Y mi padre?-Los ojos verdes de Marco me miraron tristes, la mano de Alex acarició la mía.
-Tendrás que despedirte de él-Susurró Marco pesadamente-Por un tiempo.
Asentí, traté de parecer fuerte, pero todo dentro de mí se vino abajo, noté cómo mis ojos comenzaban a aguarse, pero contuve las lágrimas.
-Vamos a recoger las cosas, salimos en una hora-Dijo el rubio y frotó mi hombro. Se levantó y salió de la habitación, miré a Alex, me estaba mirando triste, sabía cómo me sentía, acarició mi mejilla y mi brazo.
-Lo verás pronto -Susurró besando mi sien, mi labio inferior tembló, no me podía creer que volvía a perder a mi padre.
Miré a Alex fugazmente, y volví mi vista a la nada, aún sentía sus caricias suaves en mi pelo y sus delicadas palabras de ánimo.
-Voy a hablar con él-Solté.
Tenía que hablar con mi padre, hacerle saber dónde y con quién iba a estar, asegurarme de que sabría cómo encontrarme.
Me levanté de un salto y me coloqué las pesadas botas, miré a Alex unos segundos, tratando de que me diera fuerza y seguridad.
-Ahora vengo-Dije lentamente.
-Te esperamos en la salida ¿Vale?-Susurró Alex tratando de conectar nuestras miradas.

Lo miré fijamente y suspiré, cogió mi mano y la besó.

-Vale-Susurré pesadamente y me levanté.

Caminé hasta la puerta, salí y bajé a la calle. A unos pocos pasos divisé a mi padre, me acerqué a él y lo miré a punto de llorar.

-Papá-Sus ojos también mostraban una tristeza enorme, sabía qué estaba pasando.

-Indra cielo-Dijo cogiendo mis manos y apretándolas, algo dentro de mí se estrujó y me quitó el aire.

-Papá nos tenemos que ir-Dije sin aire, las palabras salían de mi boca como cuchillas-El PNB va a tirar bombas sobre esta zona.

-Ya lo sé-Susurró-Estamos evacuando a toda la gente que podamos-Miró a los lados-Tú tienes que irte, tú y los de RRH sois la única esperanza que queda-Dijo, la barriga se me llenó de algo entre mariposas y veneno.

-Prométeme que estarás a salvo-Dije.

-Eso no está bajo mi control hija-Suspiré pesadamente, escuché pasos detrás de mi, me giré, encontrándome a Alex, me miraba muy serio.

-Indra tenemos que irnos-Dijo, desvió la mirada hacia mi padre-Los bombarderos están a diez minutos, hay que irse-Miré a mi padre, mi sangre hervía de mala manera y mis manos comenzaron a temblar, abracé a mi padre con todas mis fuerzas, incapaz de articular palabra.

-Indra vete-Dijo mi padre besando mi mejilla y alejándose de mí-Nos volveremos a ver.

Alex cogió mi brazo y tiró de mi en su dirección, puedo jurar que me sentí como un muñeco de trapo, al que podías manejar como quisieras, era tal la angustia y tristeza que en ese momento no me quedaban ganas de vivir.

-Cuídala muchacho-Escuché decir a mi padre, el brazo de Alex rodeó mi hombro con fuerza.

-Con mi vida-Susurró, y volví a ver cómo mi padre desaparecía sin saber si volvería a verle.

Mi mirada se dirigió a Alex, me miraba apenado, apretando su marcada mandíbula.

-Vámonos Indra-Dijo empezando a caminar, seguí su paso como un zombie, como si realmente no fuera consciente de que en pocos minutos el PNB iba a reducir ese lugar a cenizas. El furgón se impuso ante mí, Alex abrió la enorme puerta corredera y me dejó entrar primero, para después subirse él y cerrar con violencia.

Marco arrancó y pisó el acelerador, tanto que el furgón derrapó en el barro del suelo, me coloqué el cinturón y dejé caer la cabeza sobre el hombro de Alex.

El PNB había vuelto a quitarme a mi familia, había vuelto a reducir a nada mis expectativas de libertad. Volvía a perder a mi padre, volvía a estar sola en el mundo. Quizá decir que estaba sola era algo egoísta por mi parte. Tenía a los chicos y tenía a Alex, el cual sentía cómo acariciaba mi pelo con parsimonia. Él era realmente mi único apoyo, si algo le pasaba yo no podría seguir adelante, el PNB ganaría mi guerra.

Podía ver cómo Marco miraba de vez en cuando por el espejo retrovisor en nuestra dirección, asustado, plenamente consciente de que podríamos no salir de ahí con vida.

The Right Red HandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora