Me encontraba inmersa en el trabajo, estaba redactando un artículo sobre las revueltas de Birmingham, ya que en las noticias no se hablaba de ello. Miré la hora en la parte inferior de la pantalla y me sorprendí al ver que eran las dos de la mañana, me giré y me encontré con que Alex estaba dormido.
Me quedé durante unos segundos mirando su cara, sus facciones relajadas y su pelo esparcido por la almohada, parecía un niño pequeño.
Mi cabeza se debatía entre quedarme a dormir ahí o irme a mí habitación.
Quería dormir ahí, pues estaba la estufa, pero me daba vergüenza por si Alex se pensaba algo raro, pero, hacía muchísimo frío en el resto de la central. Decidí dormir allí, dejé el portátil sobre la mesita de noche y me tumbé junto a Alex, cogí la manta y me arropé. Miré su cara una vez más antes de cerrar los ojos y descubrí cómo ese chico me estaba cautivando poco a poco. Me parecía perfecta hasta la manera en la que respiraba, tan pausada y rítmica, tan relajante.
Desperté, tenía la sensación de un sueño satisfactorio, profundo y bueno, me estiré lentamente y me percaté de que estaba en la habitación de Alex, miré hacia los lados pero ahí no había nadie, se habría levantado.
Me levanté de la cama, sintiendo el gélido suelo bajo mis pies, cogí mi portátil y me deslicé por el pasillo hasta mi cuarto. Allí solté el portátil sobre la cama y cambié mi ropa.
Me coloqué unos vaqueros negros, junto con una camiseta de manga corta negra y una sudadera negra con capucha y cremallera, viva el color.
Salí hacia el baño y me miré al espejo, mi pelo estaba más rizado que de costumbre. Solía ser ondulado, casi encrespado, y, de no usar planchas durante un tiempo había vuelto a su estado ondulado y sano. Mi piel estaba cada vez más pálida, y yo más delgada. Los surcos de mis mejillas se notaban más, la mandíbula era mucho más pronunciada y las clavículas marcadas. Me coloqué un poco el pelo y lavé mi cara, para luego salir camino a la cocina. Según entré me percaté de que había una pequeña reunión. Todos, menos Tommy, que no se encontraba allí me miraron.-¿Buenos días?-Dije algo extrañada, Alex me tendió una taza de café y se colocó a mi lado.
-¿Has pasado mucho frío?-Preguntó y negué.
-Siento haberme quedado dormida-Susurré mirándolo, me dedicó una bonita sonrisa y pellizcó mi mejilla, lo que hizo que me sonrojara. Sentía la atenta mirada de Bruno y Marco.
-No importa Indra-Dijo y rió bajito.
-Tenemos un plan-Dijo Marco dando una palmada-Tenemos un jodido plan-Sonreí ante esas palabras y me recalqué en mi sitio lista para oírlo.
-Vamos a atracar la base militar del PNB-Dijo Bruno-Y nos vamos a llevar hasta las bombillas-Dijo con esa sonrisa tan blanca y pícara.
-¿Cómo?-Dije y noté cómo todas las miradas se posaban en mi.
-Oh Indra vas a ser la coprotagonista-Dijo Marco riendo, lo miré extrañada.
-Tommy ha ido en busca de Rómulo-Rómulo, ese nombre retumbó en todo mi líquido craneoencefálico. Rómulo era el cofundador de RRH, junto con Bruno, cuyo alias era Remo.
Rómulo y Remo según la mitología romana fueron dos hermanos, que, tras ser abandonados por su madre y criados por una loba fundaron la ciudad que vería nacer al mayor imperio de la historia. Roma.
En RRH todos teníamos un pseudónimo, nada de nombres, nada de identidades, así asegurábamos nuestra seguridad. Marco, era Thor, un danés, llamándose Thor. Tommy era Ares, dios de la guerra, y le pegaba tanto que daba miedo, Alex era Guy, de Guy Fawkes, revolución y polvora y bueno servidora, podría haberse quedado con su propio y extraño nombre, pero decidí hacer honor a mi padre, a todo en lo que él creía, todo por lo que fue capturado y decidí llamarme Palestina.
La mayor causa por la que mi padre fue detenido por las fuerzas de seguridad fue por su relación con la sublevación del pueblo palestino en contra de Israel. Mi padre daba voz a los palestinos, contaba sus historias y las barbaridades que el ejército israelí hacía contra ellos. ¿Qué tiene que ver el conflicto de Palestina e Israel en todo esto? Bien, adivinen qué país les suministra armas y soldados a los israelíes. Bingo, Inglaterra señores. Mi padre trató de destapar cómo nuestra querida patria financiaba gustosamente un genocidio casi equiparable al que cometieron los nazis e Inglaterra lo silenció como solo el fascismo sabe hacer, a golpe de ejército. Mi padre desapareció hace dos años y no sabía nada de él, sólo sabía que no iba a quedar así la cosa.
-Vamos a hacerlo por las buenas-Dijo Alex.
-Tú y Romulo vais a despistar a toda la seguridad nacional y nosotros vamos a sacarlo todo.
-¿Cómo?-Dije tratando de entender cómo podía ayudar yo a eso.
-Para eso viene Romulo-Susurró Bruno.
La trampilla se escuchó y todos miramos en la dirección del ruido, de esta salió Tommy y detrás de él, un chaval, me detuve en su presencia. Era delgado, iba completamente vestido de negro, su cara llamaba la atención. Era moreno, tenía unos enormes y llamativos ojos azules, unos labios gruesos y una expresión neutra, su pelo era negro y muy corto, examiné sus rasgos una vez más y sonreí, esa chaval era sirio por lo menos. Tommy se acercó rápidamente a nosotros, concretamente a mí, Romulo lo seguía.
-Romulo, Indra-Dijo diciendo mi nombre y su pseudónimo-Palestina, Rami-Dijo al revés y reí, Tommy era increíble, noté como el chico me escrutó con la mirada.
-Soy Rami-Dijo con una sonrisa tímida, tendí mi mano y este la estrechó.
-Indra-Miré hacia Alex y Marco-Ellos son Alex y Marco-Ambos chicos saludaron y dirigí mi mirada a Bruno-Supongo que conocerás a Remo-Rami le miró con los ojos como platos y una sonrisa se cruzó en su neutra expresión-Buah no os conocíais-Dije casi riendo.
Ambos chicos se abrazaron, como si fueran dos hermano, una escena que me hizo sonreír, era algo realmente emotivo como personas que no nos conocíamos de nada estábamos luchando por un mismo objetivo. Noté cómo le brazo de Alex rodeaba mi hombro y me pegaba a él, lo miré, me miraba con una sonrisa.
-Así me sentí yo cuando te conocí-Soltó el castaño y mi corazón se congeló. Traté de guardar mi impresión y le sonreí. Su cabeza se apoyó en la mía y noté como Marco nos abrazaba a los dos, lo que me hizo reír.
-Quiero sentirme parte de algo-Dijo dramático, reí levemente y negué con la cabeza.
-Este momento es precioso-Dijo Tommy-Pero no hay tiempo que perder.
-Rami e Indra, prestad atención-Dijo Bruno sacando unos planos.
-Rami, tienes que hackear todo el sistema de seguridad-Dijo Bruno, el chico asintió y la mirada del moreno se dirigió a mí-Tu tienes que entretener a los guardias.
-Tienes que tenerlos pegados a las cámaras-Dijo Tommy-Entretenidos como sea.
-Mientras, nosotros romperemos la puerta de carga trasera, por dónde entraremos-Dijo Marco-Allí están las municiones y armas menores.
-Luego tenemos que entrar dentro y sacar el tanque-Dijo Tommy señalando en el plano el garage subterráneo dónde se encontraba el vehículo-Bombas de anestésico y tenemos media hora para llevarnos todo lo que podamos.
-¿Desde dónde hackeamos Indra y yo?-Dijo Rami mirándome.
-Desde el furgón, tendréis todo lo necesario-Dijo Bruno.
-¿Dónde estará el furgón?-Pregunté.
-En la parte de atrás del almacén de defensa-Dijo Tommy.
-Tenemos que salir pitando para Birmingham-Susurré-Tenemos pocas horas hasta que se den cuenta.
-¿Cuando daríamos el golpe?-Preguntó Marco.
-Esta noche-Sentenció Tommy y mi corazón se desbocó.
En unas horas estaría robando el arsenal del ministerio de defensa.
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The Right Red Hand
Hayran KurguOn a gathering storm comes a tall handsome man In a dusty black coat with a red right hand.