capítulo: 5

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Tengo hambre y tengo sueño.  Pero no puedo dormir por que me encuentro comprando ropa con mi madre, ella parece muy feliz mientras se prueba un vestido.  Pero yo, yo tengo hambre y nadie entiende eso. Por primera vez mis ojos captan una ropa que me gusta pero me da vergüenza escogerla y que mi madre empiece a hacer un show toda feliz. Me quedo con las ganas.

-¿cómo me queda?-. Se ajusta muy bien.

-perfecto.

-busca algo que te guste.

No sé por qué le hago caso, pero me encuentro buscando entre tanta ropa. Hay una vestido, pero es estúpido por que nunca me lo pondré.escojo una sudadera y un pantalón algo holgado. Ella mira mi ropa y es como ver lo mismo de siempre. Mi típica ropa.  Hoy no fue mi mejor día. Recibí nombres creados por personas sin cerebros. Entre ellas está, gordita,  masita, pollito.  Pero para que darle más vueltas al asunto. Lo peor, el estuvo allí, escucho como el chico anterior que me dijo "gorda " el primer día de clase me lo repitió.

-¿nos podemos ir ya?. Ella asiente.

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Mi cara de amargada es se espanto. Mientras, veo como mi madre cocina la cena y Manuel revisa unos papeles, según yo son del trabajo. El me mira y deja los papeles sobre la mesa. ¿acaso piensa hablarme?

-¿cómo te fue en la universidad?.- esta intentando ganarme, se le nota hasta por los poros.

-bien, todo bien.- noto que va a seguir hablando pero entra Joaquín.

-hola, ¿todo bien?-. Ambos asentimos.

-ven que vamos a cenar. - el toma asiento y yo me quedo ahí como boba, esperando la cena.

Mi madre pone mi hermoso y maravilloso plato sobre la mesa, yo intento no comerlo con los ojos. Empezamos a comer y yo no me siento incómoda. Como ya he dicho, no me gusta comer delante de personas que no conozco perfectamente bien. Remuevo la comida intentando hacer creer que si estoy comiendo, también me da vergüenza llevarmela a mi cuarto. Eso sería recibir la atención de los que están en la mesa.

- voy a tomar aire. - digo y recibo la atención de mi madre, los demás están centrados en comer.  Ella asiente.

No hace calor, tan poco frío.  Odio tener que ser así,  pero esa es mi forma. Parezco un robot,  tengo que hacer lo mismo todos los días. Veo como llega el audi a la casa del lado, ignoró todo eso y sigo caminando. 

-¡hola vecina!-. No entiendo como puede tener tanta energía, levanto mi mano en forma de saludo y sigo caminando.

La fuerte brisa me arropa, el viene hacia mi. ¿no se da cuenta que lo ignoro?. Este tipo no tiene dignidad, ¡caramba!. Camino más rápido cuando lo siento cerca, también siento como acelera para llegar a mi.

-¿ por que eres así, peppa?.-¡¿como me dijo?!

-¿qué dices que dijiste?.- pregunto estupefacta.

- no seas cruel,  mira que intento ser un buen chico. 

-¿disculpa?.

-solo quiero una amistad.

-bien, así será.- digo para devolverme a mi casa.- hasta luego amigo no amigo.

-que fría.

Dice y sigo caminando. El me sigue, está vez se posa en mi lado. No quiero hacerlo pero lo hago, veo su perfil y es totalmente elegante. Nariz típica de español y blanquito, todo un muñeco de oro. El me mira de reojo con una media sonrisa, se está dando cuenta de mi mirada de loca. Deja dejo de mirarlo y el suelta una gran risa. No sé por que mierda, pero me dan ganas de reirme pero me niego a hacerlo.

-te veo luego. - yo asiento.- peppa pig.

- adiós.- busco algún nombre para decirle.- púlpito.

El se va riendo. El echo de que sea tan simpático me desagrada y me agrada al mismo tiempo, por primera vez en mi miserable vida, uno chico se me acerca sin intención de molestarme. Entro a casa y veo una enorme sonrisa, de la cara de mi madre por su puesto. Parece una muñeca diabólica así.  ¿qué cojones le pasa?.

-¿y?.-no entiendo que espera que le diga.

-¿que?.- su cara se convierte en decepción.

-andabas con el vecino, ¿qué tal?.- si espera que me meta Connell vecino si está pendeja.

- me lo encontré en el camino, sólo eso.- aclaro.- no te hagas ilusiones y vete a dormir.

Se va indignada con cara de amargura. ¿qué espera? ¿qué llegara recién cogida?.. dame Palencia señor. Entro a mi habitación, tengo una mala maña de mirar la ventana, ea entonces cuando lo veo. Su ventana no está muy lejos de la mía, puedo ver perfectamente bien lo que sucede de allí y el puede ver desde allá, hasta aquí.  Tiene las cortinas separadas, por eso logró ver. Lo veo pasar y cuando lo hace se va quitando la camiseta.. ¡carajo!. Veo que mira hasta aquí. Mi mente se pone alerta.

》peligro, peligro, peligro. Nos están viendo,  peligro《

Me tiro al piso como puedo y siento mis mejillas arder. ¿por qué me sonrojo?

》tal vez por que nunca habías visto un abdomen como ese, espera. Nunca habías visto uno《

¿hablan con su mente?. Por que yo si lo hago, y es un completo caos, en estos momentos es cuando me da hambre, mucha hambre. Bajo y reviso la nevera, lo voy a lamentar por mi madre. Pero recojo todo lo que puedo de la nevera y me lo traigo a mi cuarto. No cené por estar de boba, no me pueden culpar.  Enciendo mi portátil y empiezo a buscar películas en Netflix. ¿hay algo mejor que ver pelis, en nervios por la noche?. No, no lo hay. Empiezo viendo una serie coreana, son mis favoritas. Esta vez veo, descendientes del sol. Es muy lindo y los protagonistas son bellos.  Su pieles se ven tan perfectas, esos cuerpos delgados. ¡una una maravilla!

Me enfoco en lo mío mientras meto comida en mi boca como cosa loca. Suspiro,  esto si que es vida. Me dan ganas de mirar de nuevo la ventana,  pero no me pienso arriesgar otra vez.

curvas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora