capítulo: 2

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A pesar que estamos en la parte clásica del avión,  me siento incómoda.  Puras personas ricas. La azafata pasa de aquí para allá,  mi madre está durmiendo.  Ya lleva un tiempo roncando.  Mientras que yo estoy aquí, dándole vueltas a mi juego de cubo. Mi madre se remueve, veo sus ojos mirarme.

-¿no has dormido nada?-. Niego.- intenta hacerlo, puede que no tengas sueño ahora, pero cuando lleguemos querrás tirarte al piso. Te lo digo por que te conozco.

-no tengo sueño. Dormiré cuando llegue, ya esto me está sacando de quicio.

-¿tienes hambre?.- eso sí es una madre.

-si-. Lo digo de la forma más tierna que puedo tener.

Llama la azafata y termino comiendo como siempre. Me dijo que no comiera postre por que sufro mucho del estómago, ya que todo lo que como es son comidas chatarras.

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llevamos una media hora con eso del chequeo, y más esperando a el príncipe que aún no llega. No hace tanto calor, pero aún me siento cansada.   mis mejillas están rosadas y con ellas también mi nariz lo está.  Nunca me ha interesado el color de mi piel, sólo sé que soy blanca. De un momento a otro veo a mi madre hablar con un hombre y de lejos puedo ver que no es el, ese no es su futuro esposo. Se ve más bien, ¿joven?. ¿quién es este engendro?. Me acerco como curiosa que soy y pongo mis ojos en el. No, no me gusta para nada. Se ve ridículo.

-ella es Julia.- me presenta y yo sigo esperando saber quién es.- Julia el es Joaquín.

El muy payaso me posa la mano, me niego rotundamente.  Pero mi madre, la descarada, nos Junta las manos como si no hubiera otra cosa. Siento la atención de varias personas.

-un placer, Juliá. - ¿por qué tiene que exagerar los ojos cuando habla?, ¿acaso es loco?

-muy bien por ti.- digo para ser educada, por que lo soy. - ¿quién es el?

-ya te lo he dicho.

- me dijiste su nombre, sabes a lo queme refiero.

-puedes hablar conmigo directamente, no hay problema.-¿quién lo mando a hablar?

-será tu  hermano. - su rostro es de esperar algo muy grande, por ejemplo un show.

-hablaremos cuando estemos, donde sea que vayamos a estar.- digo con un enorme gesto de enojo y ella asiente.

Al llegar veo lujo,  lujo y más lujo. Es como un espacio urbano, hay una fila de casas. Pero cuando hablo de esto, hablo de casas modernas, de lujo. Entramos a una de ellas y si que es linda. Nuestro anterior hogar no era una casa, era un apartamento. Ya que éramos nosotras solas. Veo a Manuel Antonio,  no se por que pienso en su nombre  pero es que se escucha al revés.  Saluda a mi madre con varios besos babosos. ¡asco!.

-Julia,  ¿cómo estás?.

-muy bien gracias, ¿y usted?.

-muy bien, espero que Joaquín y tu se lleven bien.- asiento.

-¿dónde está la habitaciones?.- no puedo negar que estoy incómoda.

-¡casi se me olvida!, disculpen. Joaquín por favor muéstrale su cuarto.- el asiente.

Me guío con el. Pero estoy atenta a que vaya hacer algo, no me fío de los hombres y mucho, menos cuando no lo conozco. Me presenta mi habitación, es más grande que la que tenía pero sigue siendo simple. Mientras el sube las maletas que al parecer se las encuentra pesadas, lo veo en la forma en la que la levanta. ¡qué se esfuerce! Desde hoy será mi esclavo, para algo debe servir.

Cuando sale, mi tiro a la cama y miro en blanco techo. No sé por qué la gran parte está color rosa. ¿acaso creen que a las chicas sólo le gusta el rosa?, dolor en el alma es lo que siento. Mi ropa está toda sudada así que decido bañarme.  La bañera es algo.. no voy  a hablar de ello. No me agrada tanto, pero ¿qué puedo yo hacer?.

Cuando termino lo único que hago es buscar la pijama más decente que puedo tener. Aún que todas son decentes, sólo que quiero tener al menos tres capas de ropa para que no puedan ver a través de ella. Escucho la puerta, es mi madre. Ahora estoy a punto de ignorarla. ¿por qué no decirme que también iba a tener un "hermano ".

-lo siento, pero es que conozco tu actitud.- traga lento.- si te hubiese dicho que iba haber un chico no ibas a seguirme los pasos. Y te comprendo, por que yo también fui como tú,  a tu edad yo también era así.  Por eso no intento cambiarte por que eres una copia de mi.

-debiste decirme.- en realidad si me duele.- ya no va ser lo mismo.

-¡no!, no digas eso. Todo será igual. Dame tiempo para que veas que si va ser así.  Yo sólo quiero forma una familia, Julia. Sólo quiero que seamos felices, con un esposo, un padre que nos apoye. Que este ahí cuando lo necesitemos.

Me abraza, me da mimos mientras yo acuno mi cabeza entre sus pechos.

-tendrás que operártelas, ya se te hunden.- no hizo más que reír.

-¿sabes que te quiero?-. Asiento como una bebe, es esto los ha amo de estar con ella.

-¿quieres comer?-. Niego, pero no es verdad. Mis ganas de comer son tan grandes.

-en realidad, quiero dormir.- sus ojos muestran tristeza.

-bien. Descansa. -

Aquí vamos de nuevo. Ese sentimiento que me agobia, me saca de quicio el pensar. Es un sentimiento diciéndome lo que hice mal hoy, y lo que hago mal siempre. Mis sentimientos son tan neutros. No puedo parar de pensar en las noches. Cuando logró dormir, es como encontrar a Dios, Es un alivio. Para mi esto de nueva ciudad no es nada. Ni si quiera tenía amigos donde vivía. Y siento que será lo mismo otra vez. Me agobio demasiado como para tener 19 añitos.
Me estoy arrepintiendo  de no haberle dicho que si quería comer.

》¿quién te mandó a estar de mensa?《

¡maldita subconsciente!


curvas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora