capítulo: 16

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Su rostro demuestran miles de expresiones, yo tengo idea de que piensan. Lo que sé es que está curioso de saber que pasó,  para ser sincera no me emociona ni me decepciona. Simplemente fue una velada con un chico extraño intentando captar mi intención, ni espera mucho para decir verdad, pero si quería comodidad y relajación, no tener que parar de respirar por algunas segundos para que mi lindo estómago no se saliera de la blusa, y mucho menos que el se pasará la noche hablando de su vida, no me lo encontré mal, ¿pero por que no callarte por unos segundos?, no me dio tiempo a hablar.

-¿entonces?-. El púlpito lleva unos largos minutos intentando sacarme lo que pasó,  pero sería decepción para el saber que no hubo nada fuera debió común.

- el es raro, más raro que yo.- es lo único que puedo decir, la verdad el chico no me dejó hablar nada, siento que fue mejor así.

-¿de qué hablaron?-. El fue el único que hábil.

- no de mucho, me contó su vida entera.- su cara normal vuelve. - Me contó con lujos y detalles su forma de cuidarse la piel.

-¿en serio?-. Parece no creerlo.

- estoy traumada. - Soy una maldita dramática,  pero el se pasó de Queen.

-pensé que te divertirías. - niego, para mi eso fueron las horas más aburridas del mundo.

- no fue así, estaba en un punto de querer partirle la boca a ver si se callaba.- le sacó una sonrisa.

Nos encontramos sentados en forma de Buda, y por supuesto estamos en mi habitación, se ha vuelto nuestro refugio para charlar,  sin contar que me siento bien estando a solas con el, es más cómodo para mi decirle la cosas.

- me tengo que ir.- asiento.-¿te veo en la tarde?.

- si, también tengo que ir a hacer la compra de la casa ya que maña no está.

-¿vamos juntos?.

-¿no ibas salir?.

- si, pero vuelvo en una hora, sólo voy a buscar a mi hermano ya que estaba en un campamento.

- ok, te espero.- no dice más y se va.

Bus con en el refrigerio y no hay nada que me pueda alimentar en la forma que quiero, veo a Joaquín entrar sin decir nada, aún sigo sin soportarlo. Lo veo mi mirarme de reojo y yo lo ignoro, ese es mi arte.

-¿tienes hambre?.- me niego.- podemos salir a comer algo, si gustas por supuestos.

- no, gracias.- el suelta un suspiro de indignación, al parecer no puede creer que aún éste enojada.

No lo estoy como antes pero si me sigue doliendo. Soy el tipo de persona que no olvida, soy rencorosa, demasiado y eso me hace daño o es eso lo que dice mi madre. Se supone que tal vez hoy llegue, así que quiero esperarla con la compra echa y quiero guardarle hamburguesa rellenas de triple queso, así como nos gusta a nosotras. Luego recuerdo que también viene Manuel y no voy a poder hacer sólo tres, ya que yo me como dos y ella una, serían cuatro hamburguesas ya que en mi ideal no está Joaquín, a el no pretendo deleitarlo con mis hamburguesas.

Pero ahora que recuerdo, también el púlpito. Serían cinco hamburguesas con extra queso y carne de res, se me hace la boca agua. Ya quiero que pase la hora para irme a hacer la compra, no puedo negar que las patatas fritas me están llamando, yo amo lo picante, esa es mi puta vida, quiero unos hot cheetos y echarle limón por encima, ¡Dios que hambre!.

- te busca Gabriel.- me dice Joaquín, esperen, el maldito indígena no tocó la puerta.

Salgo corriendo a la calle, siento que estoy en una escena de película.

-¿nos vamos?-. Me pregunta entre risas.

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Esto si que es vida. El echo de sentir mis manos agarrar las carnes y las patatas, es perfecto. Amo salir de compras y mi madre lo sabe, por eso siempre salimos juntas a hacerla, el tener la tarjetita mágica me hace querer abusar y comprarme la tienda.. debo ser madura.

》que madura ni ochos cuartos《

A veces me toca ignorarla para no parecer una loca, aparte el púlpito está a mi lado y es quien lleva el carrito de la compra. Se ve sexi así,  no lo puedo negar, es un gay muy sexi. Mientras que yo cojo lo que se me antoja el sólo se limita a mirar sin decir nada, bueno chico.

-¿estas consciente de que el carrito ya está lleno verdad?.- lo miro,  no me había percatado de haber echado tantas cosas,  ¡madre mía!.

-este..- lo pienso.

-vámonos antes que quiebres a tu padrastro, apenas se mudaron con el como para que lo dejes sin dinero al pobre.

-¿qué quiere?, ¿qué no me alimente?. - ahí estoy de nuevo con mi dramatismo, no lo puedo dejar.

-ajá,  espera aquí que iré a buscar más cosa para está noche.- ¿está noche?

Me quedo pasando todo lo que he comprado en la cajera, la mujer me mira extrañada como si la compra fuera extrema.

》llevas más de vente tipos de patatas, ¿cómo no estarlo?《

Tiene razón, no lo puedo negar. Pero es que me quita el hambre por la tarde, y amo comer patatas cuando leo. Escojo unos cinco chocolates que al parecer lo dejaron personas por que no les daba el dinero y lo pongo en la máquina de pasar. Ella mira sorprendida el echo de que coja más cosas. Deberían poner personas con ética, yo compro lo que se da la gana, mientras tenga dinero por supuesto, incluso si es un dildo.

》¿really nigga?《

Ok.. eso no, mientras paso la tarjeta veo a quien no esperaba ver, Luis. Su sonrisa se ve de lejos.

-¡Hola!-. Me saluda dándole un beso a mi mejilla que ahora está roja como una manzana.

-hola-. No le voy a preguntar que hace aquí por que voy a parecer una retrasada mentar, o sea estamos en el súper.

-¿cómo estas? -. Asiento en forma de decir que estoy bien, cosa de loca.- bueno, te veo luego ¿vale?

- Ok.

- te hablo por chat.- dice antes de irse.

Veo aparecer a Gabriel, tiene chucherías en las manos, así como le llama mi madre. Mi corazón palpita al ver que también hay cheetos picantes. El sonríe como si supiera en que estoy pensando. Se acerca a mi oído.

-¿noche de chicas?.- se me ponen los pelos de punta.

》¿qué pensabas que te iba a decir?: ¿vamos a coger?《

curvas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora