capítulo: 22

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me dolió ¿sabes? Pero tuve que fingir que no me importaba.- le declaró mientras estamos sentados sobre la enorme piedra del patio trasero.

- lo lamento. - dice,  se le ve la frustración en el rostro.- nunca te imaginé a sí.

- Yo también lo lamento.- me interrumpe.

- no, tu no tienes la culpa, yo fui quien te ilusionó. - juro que tengo ganas de llorar, pero no lo haré.- Julia,  yo te amo.

- lo estás haciendo, de nuevo.- el me ilusiona.

-Julia,..- trata de decirlo pero no sale.

-¿qué?. - le pregunto en susurro.

- yo no soy gay.- mi corazón se detiene, ¿todo el tiempo fingió serlo? ¿con qué razón?.

-¿por qué?, ¿por qué fingir que lo eres?, ¿por qué mentirme?, ¿por qué hacerlo?.- ahí están todas la preguntas, lo he soltado.

- yo,.. simplemente no estoy seguro de mi mismo, no sé lo que me gusta ahora mismo, ¿sabes por que?. - bajo la cabeza.- por que llegaste tu a quitarme todas esas fantasías, esos sentimientos extraños.

No lo dice enojado, simplemente lo dice sin emoción, sin ganas de ser el. Ve perdido, perdido de no entender quien es el ahora, y quien ha sido todo este tiempo, eso es lo que veo en sus ojos.

- se supone que me sentía atraído por los hombre, nunca en la vida sentí atracción por una mujer, nunca. - respira.- pero entonces llegaste tú con tu jodido temperamento y cara de ángel que.. No sé qué mierda hiciste.

- eso no justifica nada.- no quiero ser cruel, pero mi capa protectora me dice que lo sea, que no me deje hacer daño.

-¿sabes que fue lo peor?-. No lo quiero seguir escuchando.- Que cuando te fuiste con Luis, fue donde me di cuenta de mis verdaderos sentimientos, de que me vuelves loco de alguna forma que haces que deje todo.

No planeo hablar, pero el sigue dando puño tras puño.

-¿sabes por qué decidí presentarte a Luis?. - niego. - por que esa era la única forma de ver si en realidad siento algo por ti, te juro que me arrepentí de a verte dejado ir con esa maldito idiota, ¿pero cómo decirte que no?.. se supone que soy gay y que si te hubiese dicho eso desde el principio todo se hubiese ido al maldito carajo,  ibas a pensar que te mentí todo el tiempo, y yo te juro que no es así.

-¿ cómo pues cambiar tu vida sexual de la noche a al mañana, es posible?.- lo digo con sarcasmo.

- al parecer si, por que supone que no deben gustarme las mujeres, Julia. - miro a los lados intentando no mirarlo a los ojos.- pero es que, maldita peppa, me tienes loco.

-¿qué tal si estás equivocado?.- el toma mi rostro entre sus manos, me hace mirarlo a los rojos.

-créeme que no lo estoy.- esta vez rosa nuestros labios.

No sé por qué,  pero lo dejo hacer de mi lo que se le antoje. Toma mi labio entres sus dientes y lo muerde, lo hace lento y tortuoso, posa sus delicadas manos sobre mis mejillas mientras lo hace. Me separo de el ya que veo intenciones de seguir, se supone que estábamos hablado. No comiendonos la boca uno con el otro. De a lejos se le pueden ver los labios hinchados, tan apetecible.

- No, basta. - digo.

-¡demonios!.- esta haciendo berrinche como niño pequeño cuando le quitan el juguete.

- que maduro.- digo mientras camino para irme a casa.

-¿a dónde vas?-. Sigo cambiando. -¡Julia!.

-¡¿que?!.- el viene hacia mí.

- si que eres bipolar.- lo dice como si nada y camina conmigo.

- no soy bipolar, el único bipolar eres tú que un día eres homosexual y al otro eres heterosexual, ¡que cojones!.

-peppa.- ahí va de nuevo.

- te veo mañana.

-¿vamos de compras mañana?.

-¿me estas jodiendo?.

-que no sea gay no significa que no tenga el espíritu femenino.- ruedo los ojos.

-dame paciencia señor.- digo para mi misma.

-¿entonces te veo mañana?.- asiento.- ¿estas enojada?.

- no.- en verdad no lo estoy, sólo estoy en shock.

Paramos ya enfrente de mi casa, trato de despedirme como siempre, diciendo adiós con las manos. Pero el me besa, desesperadamente y se larga. Parece un fugitivo acabado de salir de la cárcel, se va mirando a todos lados medio sospechoso. No sé por qué sonrío pero parezco boba viéndolo entrar a su casa.

Al entrar veo la cara de mi madre, pura pervertida subiendo las cejas de arriba a bajo. Intento subir las escaleras pero ella me para.

-¿cómo te fue?.

-bien.

-venga, dime.- hasta chismosa se ha vuelto.

-Nada, me ha dicho que no es gay.- suelta un grito de fanática emocionada.

-¿cómo así?, ¿nunca lo fue?, ¿es heterosexual?.- le hago señas con las manos para que pare de hablar tan rápido y preguntar tanto.

-resulta que nunca sintió atracción por una mujer.- ella espera que siga.- entonces dice que le gustó, o sea que soy la primera.

-vaya maravilla.- dice sorprendida. -¿ son novios?.

¿Lo somos?

- no lo sé. - ella me mira.

-¿Como que no?.. Si los vi besarse allí a fuera.

-creo que estaba alucinado.

-sabes que no, Julia. - Me dice.- ahora me quieres hacer ver cómo loca.

-¿ yo?. - ella asiente.

- no es así,  te lo digo de verdad.- lo digo para molestarle.- estas alucinado hace mucho y por eso te dejo tranquilo todo el tiempo, no te vayas a poner más loca de lo que estás.

-¡Julia!.- grita y me tira su zapato.

Gracias a Dios que no me dio, suele ser muy espontánea. Una vez me dio con el palo de una escoba por el simple echo  que le dije que estaba igual de gorda que yo. O sea, yo no tengo culpa de ser tan bombón para tan poco cuerpo.  Y luego dice que la loca soy yo, como si yo le hubiese parido a ella. Tremenda loca es lo que es.

No puedo negar que me muero por ver su forma mañana de actuar. Espero que nada de esto haya cambiado nuestra linda amistad, por que de eso estoy seguro,  amigos como nosotros hay pocos.

curvas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora