capítulo: 23

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- ¿cómo estás?.- me lo pregunta de una manera tranquila.

- bien.- digo mientras caminamos.- ¿ sientes que todo será lo mismo?.

- a que te refieres.- me pregunta emely.

- no sé,  tal vez no hablemos como antes y todo sea diferente ahora.

- si el es como dices, entonces todo cara igual.

- bien.

-estas hermosa hoy.- sonrió.

- me tengo que ir, pero recuerda contarme que pasa. - asiento.

Me hacía falta hablar con alguien como ella, me ha escuchado durante horas sin descanso, sólo para comer por supuesto, parece una chica tranquila y eso es bastante bueno. Su forma de ser es quieta, no anda de aquí para allá buscando chismes, es más normal de lo que pensé,  aún que yo tengo una mente cruel  a todo el mundo. Mi de reojo la casa de Gabriel y de momento a otro lo veo salir, quiero correr pero no lo hago. Ya es hora de que me comporte como una chica normal, y hable con el normalmente.

- Hola, peppa pig.- ese es mi Gabriel.

- Hola, púlpito. - siento que el piensa lo mismo por que sonríe.

- ¿vamos de compras?.

- no.

-¿por qué?.

- no siento que sea buena idea.

- que no sea gay no significa que no sea diva, cariño.- lo dice fingiendo la voz.

-¿qué pasa si te da cuenta que en realidad si eres homosexualidad?.

- no te puedo decir que estoy seguro de que no lo soy, pero si estoy seguro de que me encantas Julia.

- bien, vamos. - le digo y el muestra su sonrisa.

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Mucha ropa, mucha comida, mucha habladera. Un total de todo, el es la persona más amigable, tranquilo, precioso, amistoso, contagioso del mundo. No creo que hayan más personas como el, es tan diferente que lo hace de un punto irracional, puede que no lo comprendo a veces, puede que sea difícil, pero ¡Dios!.. ¿merezco esto?.  Así como Dios pone pruebas sobre nosotros, así a veces responde nuestras preguntas. Así nos ayuda, aún que sea tarde lo hace. Si he aprendido de algo y es que haya ya tener fe, no importa que sea, lo importante es tener esperanza de algo, de alguien.

No hace mucho me sentía en un infierno sin salida, me estaba quemando yo solita, y no estoy tan segura de haberlo echa sola, por que en ese mismo infierno estaba mi madre, arrepentida de no haberme dado su apoyo, tan sólo por no tener un padre. No hace poco yo vi el fin de la vida, yo toqué fondo. Pero me levanté, lo hice con el más pesar de mi corazón, de mi cuerpo. Pero la fe que tengo de Dios,  de mi misma me ayudado a crecer y a levantarme como una leona,  como una fiera.

Ahora entiendo lo lo imposible, algo que nunca hice y me creí hacer. He echo amigos, no muchos por que mi desconfianza sigue conmigo, no lo puedo negar, sólo quiero aclararle a mi mente, a mi corazón  que ya no más.  No más terror psicólogo,  no más desprecio a mi sobre peso, no más al eteriotipo. No es No, ahora se que es correcto y sé cuando decirlo. Ahora sé defenderme, y mucho mejor.. Ahora tengo a quien me defienda, no es una simple persona, no es cruel, no me hace daño.

El me cuida de la manera en que lo hacen los príncipes. El me descontrola los sentimientos como nunca imaginé,  y para no meterle clichés,  el me hace sentir abejas en el estómago, las mariposas ya la sienten todas.

-¿entonces es o este?.- me pregunta sobre dos vestidos, uno color rosa y el otro color negro.

-ambos.- le digo.

-venga, ¿qué color te gusta?.

- el negro, pero estoy seguro que aunque te diga el negro vas a escoger el rosa.- le aclaró, estoy segura de eso.

-tiene  razón. - dice irónico, para ser sincera me encanta que sea femenino de alguna forma.- ¿qué tipo de ropa interior utilizas?.

- deportiva.- supongo que ya hay más confianza, es difícil no decirle.

- ¿Calvin Klein?.- asiento.

- que maravilla.- me muestra una parte de su ropa íntima donde dice la marca de Calvin Klein.

- que alegría.- digo con sarcasmo, al parecer el se emociona por todo.

-¿compramos ropa iguales?-. No lo puedo creer.

-¿ en serio?. - el asiente emocionado.- ¿qué tipo de ropa, que logo tendría?

-no lo sé, ¿mickey?.

- ¿quieres que nos vistamos de ¿mickey?.- le pregunto incrédula.

-solo serán dos sudadera, una de minnie y otra de mickey. - ya que son sudaderas no le voy a del tantas vueltas al asunto.

Terminamos comprando cosas de peppa pig, según el yo debo tener eso. También compramos más que ropa de mickey mous,  si no que compramos varias ropas de muñecos animados famosos, parecía niño travieso derrochando el dinero. No me negué,  después de todo el fue quien me invitó a toda costa. Yo siquiera quería venir.

Lo veo bajar las cosas del coche. En esa dejo todo en la mesa de su casa, sus padres no están.

-¿comemos algo hecho en casa o pedimos comida hecha?.

- Lo que creas mejor.- digo mientras me quito el abrigo, que me compró y me lo puso de inmediato.

-¿pizza?.- niego.- ¿hamburguesas?.

-no.

-¿burritos?

- no.

-¿sándwich?.

- eso lo como siempre, cada vez que quiero.- el alquea una ceja.

-¿pollo?.- muestro mi mejor sonrisa.- ¿con cervezas?.

- si.- alego. - con postre.

- Yo soy el postre.- dice subiendo y bajando sus cejas de forma pervertida, pero yo sólo suerto una carcajada al cual que el.

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Lo que hay es que hemos terminado comiendo en el piso, mucho pollo, muchas cervezas. Todo una gloria, incluso Lillo terminó comiendo con nosotros. No pienso mucho sólo lavo mis manos mientras intento hacer lo mismo con las patitas de Lillo, lo siento cerca de mi. Me quita a Lillo de la s manos y me abraza por detrás.

-¿ya es hora no crees?.- se a lo que se refiere pero le temo a eso.

-¿de qué hablas?.- me hago la tonta.

-sabes de que te hablo, Julia.- lo dice en mis oídos y es caliente total.

No tengo idea de cómo llegué a su cama, ni mucho menos de como lo hicimos. Solo sé que se sintió increíble y que el fue lo más tierno conmigo y con mi cuerpo.

curvas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora