Mi Felicidad || Law & Luffy [E D I T A N D O]

V E I N T E y T R E S

  Todo iba pasando tan lento sobre sus ojos.

El se encontraba acostado sobre una de las cientas de camas del hospital, siendo revisado por uno de los doctores que se encargaban especialmente de Luffy.

Su padre y sus hermanos se encontraban a un lado suyo, esperando impacientes los resultados del doctor.
Cuando, porque y el como volvió a aparecer sus terribles pesadillas.

—La escasez de que el cuerpo este 100% libre de esta enfermedad es a causa de que el muchacho no ha recibido Fisioterapias constantemente para mantener los músculos y las articulaciones saludables.

—¿Me esta diciendo que Luffy tendrá que vivir de por vida en centros de rehabilitación? —Dragón se encontraba mas que furioso, estaba ardiendo en rabia.

—Le estoy diciendo que por causa de sus descuidos y por no tratar con la información correctamente, su hijo tiene una probabilidad menor del 50% que dice que con rehabilitaciones ya no podrá estar a salvo.

Aquel comentario fue un gran golpe en el pecho para los demás y mas por Luffy. Su mundo se estaba cayendo a pedazos, el miedo volvía a nacer y las sonrisas querían desaparecer.

—La enfermedad regreso, si. —Dijo el doctor. —Pero regreso mas fuerte que nunca.

Las lágrimas de sus hermanos estaban al borde de desmoronarse, Dragón por primera vez en mucho tiempo había vuelto a temblar.

La nueva etapa de Luffy había comenzado.
Y este no era ni siquiera la mitad de lo que pasaría.

—Muy buen trabajo. —Comentaba Law a su secretaria, haciendo señal de que ya había terminado su jornada laboral y que por fin podía salir del hospital hacia su casa para dormir un muy buen rato.

Reviso su celular y no tenia mas que mensajes de Luffy, cada uno con una imagen en el. Lo abrió y noto al instante que las imágenes eran del hospital, las reviso y el ultimo mensaje fue algo gracioso para el, pero era de esperarse de aquel chico.

"El Hospital donde trabajas es tan guay. Espero verte otro día."

No podía dejar de ver a Luffy en aquellas fotos; cada foto en la que el salia, resultaba tan brillante. No era por el sol, si no que la sonrisa de Luffy era mas que reluciente. Se veía tan feliz, tan energético, lleno de vida.

O eso quería disfrazar.

Dentro de la Casa Monkey D. se encontraba toda la familia cenando. En la gran mesa, no se escuchaba ningún ruido mas que el de los cubiertos tropezar con los platos.
La atmósfera se encontraba tan temerosa, tan solitaria, tan... triste.

—Tío Shanks, mañana por favor no intente de dar la clase tan dura. —Comentaba Luffy, quien trataba de dar ánimos al lugar. —Ya sabe, su clase es muy...

—Luffy. —Comentó tan secamente Ace. —Por favor, para.

Era tan denigrante pasar por ese momento.
Si, todos estaban tristes por la noticia tan reciente, pero nadie sabia como se sentía Luffy. El era el único que trataba de esforzarse al 100% para que los días pasados no volvieran a repetirse. El era el único que podía implantar una sonrisa aun si no estaba del todo bien.

¿Por qué?
Por que así le enseñaron desde que tenia conciencia.
Le enseñaron que los malos momentos de la vida los tienes que recibir de la mejor manera.

—No todo esta perdido... —Dijo. —¡Yo todavía no estoy muerto! —Gritó.

Entonces estallo.

—¡Yo todavía puedo caminar, puedo correr hasta que me canse, puedo saltar lo mas alto posible... —Llamó la atención de todos, atónitos ante la situación. —¡Yo todavía estoy vivo!

Los ojos de Luffy se encontraban completamente rojos, las lágrimas no dejaban de salir y su voz entre mas hablaba, mas se entre cortaba.
El estaba destruido por dentro, estaba devastado, pero no quería ver de esa forma a sus seres queridos.

El le pidió perdón a su madre. El había fallado en su promesa antes de que ella muriera.
El había vuelto a llorar de esa forma.

Sus hermanos volvieron a llorar, todos estaban tristes, todos estaban desolados.
La familia Monkey D. no estaba estable.
La familia Monkey D. no quería prender las luces de sus corazones el día de hoy.

—Espero y haya sido una coincidencia haberlo encontrado en el hospital... —Dijo Law, tras tumbarse en su cama y cerrar los ojos, pensando en aquel chico.