Había pasado un tiempo cuando deje de encontrarme con aquel chico; quien me perseguía a cualquier lugar donde fuera y por cualquier circunstancia que fuera. El ya no venia al café como siempre lo hacia, y como lo había prometido. El ya no se encontraba todo el día fuera del lugar; siempre estaba dentro de esa casa a la que siempre pasaba por simple curiosidad.
Algo había cambiado en esa casa.
Fue tan repentino.
Mis días se volvieron otra vez rutinarios; desde aquel abrazo todo cambio desde cero, como si nada hubiera pasado, como si fuese un simple sueño, el desapareció. Pero descaradamente el había dejado un sentimiento que yo creí haber borrado hace tiempo.
Aunque he de admitirlo, el me ayudo a abrir mis ojos tan cegados de mentiras, de falsedades y hermosas desilusiones.《<-Espero se encuentre bien aquel chico.-》
El inicio de semana era igual que cualquier otro día a excepción de sábado y domingo, donde hacia lo mismo, pero menos suprimido y acelerado. Mi llegada a la oficina fue lo rutinario, los mensajes de pacientes desesperados invadían completamente mi mesa de trabajo, las charlas mañaneras con la secretaria eran las mismas; todo se había convertido nuevamente en una reverenda mierda.
—¿Qué tenemos por hoy? — Le dije tras evadir sus preguntas hacia mi persona.
—Una invitación a un evento de médicos en holanda. —Dijo tras revisar su tableta.
—Evade esa. —No estaba de buen humor para atender a personas que sabían de mis mismos conocimientos y hasta mejores; si no eres un paciente, estorbabas. —¿Qué más hay?
—Tiene que revisar algunas fichas de pacientes resientes, Dr. Trafalgar.
No dije nada, a lo que ella pudo entender que esa idea bastaba y sobraba para tener todo el día de hoy ocupado hasta el anochecer, donde mis ojos no aguantasen más.
Antes de irse, dejo la carpeta color azul, sobresaliente ante los demás. Cansado, la agarre y empece a ojearla una por una hasta que mis manos llegaron sobre una que tal vez nunca me espere.
Sentí dura la garganta, inspeccione la hoja de abajo hacia arriba, hasta darme cuenta de quien le pertenecía esta ficha.—No puede ser...
Nombre: Monkey D. Luffy
Enfermedad: Síndrome de Guillan Barre.
Estado de Enfermedad: Activo.No podía creer lo que veían mis propios ojos.
Yo sabia que algún día pasaría, pero no pude impresionarme demasiado al ver tal noticia.
¿Por qué nunca me hablo de esto?, ¿Por qué nunca me contacto? ¿Por qué tuve que darme cuenta de esto sin venir de su propia boca? ¿Acaso ya no quería hablarme? ¿Acaso yo era el inicio de todo esto? ¿Por qué diablos decidió alejarse de mí? Me sentí nervioso, me sentí con la necesidad de poder saber más al respecto.
Me sentía traicionado, me sentía inútil; sentía como si todo el esfuerzo que hice cuando lo conocí en ese café hasta ahora, fuera un desperdicio.Agarre mis cosas y lo único que hice fue largarme de ese hospital.Me subí al carro y acelere a toda velocidad a un único lugar; un lugar donde tal vez lo podría encontrar.
Me baje del carro y entre lo más rápido posible al recinto.
Y ahí estaba el; sentado sobre una de las mesas, mirando hacia la nada; pálido, devastado, vencido. Con una pizca de esperanza.El me vio, no to mi presencia y reacciono de una forma penosa, como si quisiera evitarme, como si no quisiera que lo viera de esa forma.
Me senté frente a el. El trataba de evadir mi mirada, pero yo no podía dejar de verlo, no podía preguntarme o más bien encontrar una respuesta del por que el solo se deja acabar de esa forma.
Yo estaba destrozado por dentro. No podía romperme en pedazos cada vez que veía sus facciones tan mal cuidadas, su inseguridad, sus terribles ganas de ya no querer vivir.El no era el Luffy que conocía.
—¿Cuándo paso? —Me inmute a decirle.El tímidamente, me volvió a mirar.
—¿A que te refieres?
—Vi tu ficha en el hospital, ¿por qué no me dijiste?
El apretó sus rodillos, miro cabizbajo lo que quedaba de piso y duro unos cuantos segundos a responder.
—Trataba de evitarte. —Hizo una pausa. —Por que terminaría de hacerme más daño que tu a lo que sientes por mí.
—Tu no lo entiendes. —Renegué.
—¡Claro que lo entiendo! —Exclamó. —Entiendo que tu ya no deberías de verme.
—¡Estas completamente equivocado...! —Luffy no quería ver las cosas como debían de ser; el se aferraba completamente a sus ideologías, como siempre lo ha hecho.
—¡¿Por qué?! —¡Nuestra amistad se ha acabado!Los gritos tan desesperantes de los dos invadía completamente la pieza donde se encontraban todas aquellas personas humildes que simplemente venían a tomar un café mañanero. Y yo me desespere...
—¡Por que te amo!. —Grite ante los cuatro vientos. —¡Por que me enamore perdidamente de ti, por eso estoy preocupado, maldita sea!
El estrés y caso en mis pensamientos hicieron que desatara todo lo que quería evadir por un buen tiempo, pero ya era demasiado tarde. Reaccione tras gritar aquel secreto, como si todas las miradas se implantaran dentro de mi cuerpo. Mire lentamente la cara de Luffy, y era la misma que tal vez pensaba cada noche antes de dormir.
El me miraba con cierta inconformidad e inseguridad en sus ojos.
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Mi Felicidad || Law & Luffy [E D I T A N D O]
Fanfiction¿Te gustaria sumergirte en mis profundos y egoistas deseos? Hay una probabilidad grande en la que tu y yo no acabemos como empezamos. Quédate conmigo, no te vayas por favor. °Los personajes son del Mangaka y Autor Eiichiro Oda.°