C.U.A.T.R.O

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Jimin despierta gracias a su alarma, a penas a dormido unas horas y su cuerpo es capaz de sentirlo, debe ir a trabajar y sabe que si llega tarde su jefe se enfurecerá y no sabe que podría pasarle.

Se levanta y se da una ducha templada, el agua roza con las heridas en sus rodillas y siente un pequeño ardor en la zona, baja la mirada y comprueba que no es nada grave, continúa con su aseo, rememorando la noche anterior e intentando explicarse a sí mismo porqué desea tanto saber más de ese policía.

Sale de vuelta a su habitación y comienza a vestirse con su uniforme, el minino se enrosca en su pierna ya vestida y maúlla por algo de comida, Jimin asiente en dirección al felino y camina hasta la cocina, donde prepara un café y coge unas galletas, después, llena el cuenco del gato bélico de comida.

Pasa el tiempo y debe salir de casa, se encamina hacia la puerta y se calza.

  —Hasta la noche Gukie.— se despide y cierra la puerta.

Camina con prisa hasta la parada de autobuses más cercana y espera a que llegue el autobús que debe coger pera llegar al sector nueve, por suerte, unos minutos después se encuentra sentado en la última fila, junto a la ventana, le espera un trayecto de media hora si tiene suerte y no hay tráfico.

Antes de llegar al sector nueve el autobús pasa, como de costumbre, por el sector cinco, que está a mitad de camino entre el sector ocho y el nueve, una mujer de cabello corto y castaño sube y alza la mirada, ambas máscaras se encuentran y Jimin entiende en seguida porqué esa chica le suena, es Jeon So Yeon, en sus manos lleva una bolsa y no es capaz de saber que es lo que contiene.

Jimin le hace un gesto a la chica para que se siente junto a él y la chica se acerca rápidamente hasta quedar a su lado, la chica no dice ni una sola palabra cuando llegan pero a Jimin  no le hace falta que diga nada para saber que ha pasado algo, en primer lugar porque ella vive en el sector dos, porque sus manos están tensas y sus nudillos completamente blancos.

  —Hey, So Yeon-ah, ¿estás bien?—  pregunta intentando entender su actitud, la chica se debate mentalmente en si debe decir la verdad o no, acaba negando con la cabeza.

— Esos bestias...—  susurra cerca de Jimin.— deberías ver como han dejado a Hyung después de haber cumplido con su deber como corresponde. — Jimin se tensa, no entiende qué es lo que la chica quiere decir, pero lo primero que piensa es que han herido a JungKook y eso no le agrada.

—¿Pero qué?—  pregunta incrédulo.

—Su jefe siempre le castiga, haga lo que haga y él... joder, él siempre finge que todo está bien con él. — Jimin parece masticar su labio inferior como si fuese un chicle, aunque nadie puede ver ese pequeño tic.

—¿Y por qué no lo deja?—  pregunta mientras sujeta el hombro de la chica con delicadeza, intenta reconfortarla pero solo recibe una mirada vacía y la molesta máscara ocultando el rostro de la joven.

—Es algo demasiado... no puedo explicarlo, pero no puede dejar ese trabajo. —  Jimin está dispuesto a ahondar más en la conversación, pero su parada es la siguiente y debe bajar del autobús, acabando con la charla.

—Lo siento mucho, espero que todo mejore. —  Jimin presiona un poco más fuerte el hombro de la chica y ésta asiente en señal.

Máscaras.  //KookMin\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora