D.I.E.Z (1/2)

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JungKook conduce hasta el sector dos, ha salido pronto de trabajar y aún faltan bastantes horas para que llegue la noche, hace ya un par de semanas que no se acerca para ayudarla por lo que le parece una buena oportunidad para estar con ella y, además, aprovechar y visitar a su madre, comprobar cómo se encuentra y ayudarla con lo que necesite.

Aparca frente al local y sale del coche, se queda mirando el local que mantiene su hermana, por fuera parece bastante pequeño pero, de alguna forma, su hermana a conseguido que el interior sea muy espacioso, está realmente orgulloso de ella.

Abre la puerta y suena una pequeña campanita que no le suena en absoluto, mira y la ve sobre el marco de la puerta, su hermana la ha puesto para avisar la entrada de los clientes, supone. Camina hacia el mostrador y se encuentra a su hermana, le molesta no poder verla el rostro pero, por el momento, no puede hacer nada.

—Hyung, ¿qué haces aquí?— pregunta la menor y JungKook sonríe bajo la máscara, pasa hacia la parte trasera del mostrador, se sitúa junto a ella y después de darla un abrazo la responde.

—Hoy he salido pronto del trabajo y hace mucho que no os ayudo a mamá y a ti.— la chica niega con la cabeza y se pone a atender a algunos clientes, JungKook no puede ver la sonrisa triste que tiene su hermana, y ella lo agradece.

So Yeon no quiere que su hermano trabaje tanto, él es joven, tiene veinticinco años y no le parece justo que tenga tres trabajos, no le parece justo que su hermano dejase los estudios para ayudar económicamente en casa, nada de lo que pasa le parece justo.

JungKook no quiere discutir más con ella por sus empleos, él no quiere trabajar tanto, pero es su familia y le necesitan, es cierto que el negocio da sus beneficios pero no los suficientes como para mantenerse con tan solo eso. Está claro que él podría decirle a su hermana que buscase otro trabajo además de ese, pero ella tiene veinte años y ya le molesta lo suficiente que no pueda comportarse y hacer las cosas que normalmente hacen las personas de su edad.

La puerta vuelve a sonar, pero JungKook no trabaja de cara al público con su hermana, él ayuda en la trastienda, colocando, limpiando y transportando las máscaras para que su hermana pueda cogerlas sin tener que moverse demasiado.

So Yeon ve la máscara gris con retoques que le dió hace unos días al amigo de su hermano, Jimin, le llamó hace ya dos horas y le sorprende que no tenga esa energía que le ha mostrado hasta el momento.

  —Hola Jimin.—  saluda.

—Hola So Yeon.—  el castaño alza una de sus manos a modo de saludo.—Siento la tardanza, salí hace una hora del trabajo y el autobús tarda bastante en llegar hasta aquí.— la chica asiente comprensiva.

 —Espera un momento, voy a por tus dos máscaras.—  Jimin asiente y la chica entra corriendo en la trastienda, sorprende a su hermano, que se encuentra metiendo algunas máscaras en una de las cajas que lleva ordenando casi dos horas.—Hyung, ¿has visto las máscaras de Jimin-Hyung?— al escuchar ese nombre JungKook tiene la intención de subir la cabeza y buscarle con la mirada pero hay un problema.

Cada vez que le ve es capaz de ver su rostro, aunque lleve puesta esa dichosa máscara. Cada vez que sus ojos se conectan su corazón late demasiado rápido. Cada vez que le ve, desea saborear no solo sus labios, también su cuerpo.

—Creo que las he dejado por aquí.— el peli-negro deja lo que estaba haciendo y se acerca a uno de los estantes, busca durante unos minutos hasta que las encuentra, ambas máscaras son hermosas, la primera es blanca, con líneas en plata y negro que se unen formando pequeños pero hermosos dibujos, la segunda de color dorado con detalles negros, le causa un poco de gracia ya que esta máscara tiene la forma de un gato, incluso orejas.—Te has inspirado en mi máscara, ¿eh?— bromea JungKook entregándola ambas máscaras.

Máscaras.  //KookMin\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora