D.I.E.C.I.N.U.E.V.E.

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El taxi se para frente a su antiguo edificio a tan solo diez minutos de la hora de toque, el castaño sale corriendo del taxi tras pedirle que le espere, frente a él ve a su hermano menor, que ahora es algo más alto que él, aunque no tiene demasiado tiempo para centrarse en ello, coge a su hermano del brazo mientras que con su otra mano sujeta la maleta del menor.

No le dice nada, tan solo le arrastra hasta el taxi que, por un momento, ha estado a punto de irse, Jimin guarda la maleta de su hermano menor en el maletero del taxi y después se sube, el taxi pone rumbo al edificio del castaño, que observa desesperado la hora, están a veinte minutos y el toque de hora es en cinco, está desesperado y reza por no encontrarse con ningún coche policial, no quiere tener problemas, deja de mirar la hora en el coche y mira a su hermano, que parece algo asustado.

Le mira con reproche y con enojo, ¿¡cómo se le ocurre escaparse de casa!?, el menor siente la mirada de su hermano mayor sobre él, sin embargo lo único que encuentra cuando le observa es una máscara nueva cubriendo su rostro, muy diferente a la que usó la última vez que se vieron.

  —Hyung... lo siento.— se disculpa el menor, sin poder demostrarle a su hermano lo arrepentido que se encuentra por culpa de la dichosa máscara.  

  —Hablaremos de todo en casa, ahora reza porque no nos crucemos con ningún...— sus palabras se ven interrumpidas por la sirena de un coche policial, ambos empalidecen, mientras el taxi frena a un lado de la carretera, para así poder atender al policía que se acerca hacia su ventanilla.

  Ambos jóvenes se quedan paralizados, completamente asustados, no quieren acabar en comisaría por ningún motivo del mundo.

—Buenas noches agente.— la voz del taxista suena bastante lejos de lo que ambos hermanos se esperan.

—Buenas noches, ¿conoce usted la ley?— el taxista asiente con la cabeza, se acaba de meter en un gran lío por un veinteañero desesperado.—Entonces sabrá que no es legal que usted trabaje a partir de la hora de queda, ¿no es así?

—Sí, lo lamento señor agente.— Jimin, que ha vuelto a la realidad, se da cuenta de que el policía le mira tanto a él como a su hermano y no puede evitar tensarse en su asiento.

—Valla a su casa, de esos dos me encargo yo.— el hombre asiente, dejando escapar un suspiro antes de despedirse de ambos jóvenes, que se quedan con una maleta y con el agente.—Subid al coche.

El tono de voz del policía se ha vuelto más amargo y duro, cosa que provoca un fuerte temblor en el menor de los Park, Jimin sujeta a su hermano de la muñeca y le obliga a subir al coche mientras sube a su lado con la maleta en sus manos.

Pasan más de veinte minutos en los que los tres se mantienen en completo silencio y, aunque Jimin tiene la tentación de mandarle un mensaje a JungKook suplicando por algo de ayuda no cree que sea lo mejor pues eso significaría meterle en otro problema y ya sabe cómo pagan los policías sus errores.    

Llegan al sector seis, donde se encuentra la central principal del país, ambos jóvenes son obligados a bajar y a ser esposados por el antipático policía, que acaba por llevar la maleta del menor al no poder llevarla ninguno de los hermanos por culpa de las incómodas y dolorosas esposas, el mayor de los Park quiere pegarle un buen golpe a su menor por su estupidez, que ha acabado por meterles en un buen lío.

Máscaras.  //KookMin\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora