Después de unos minutos de asimilación e intentar convencer de lo contrario Lucían termino cediendo a la petición de Ryan de bajar y conocer al resto de la manada, o bueno, a los que están en la guarida.
El temor de Lucían de que Ryan bajara estaba justificado, Lucían no quería que la manada ahuyentará a Ryan.
Lucían quería a sus amigos, haría lo que fuera por ellos, era su familia. pero podían ser muy molesto a veces y si llegaban a asustar y ahuyentar a Ryan no se los podría perdonar.
Claramente Lucían acepto la petición de Ryan pero con algunas condiciones, la primera fue que si se sentía incómodo le dijera para volver a la habitación, la segunda, era que si necesitaba algo no dudara en pedirlo y la tercera, que siempre estuviera donde pudiera verlo.
Lo último que quería era que cierto grupito de omegas lo empiecen a hostigar con miles de preguntas.
Pero a Ryan no le importaba las condiciones, apenas le había prestado atención, estaba muy emocionado y nervioso por conocer a todas esas personas.
Les agradaría a los demás?, se llevaran bien?, le gustaran sus suéteres de animalitos?.
Esas y mas dudas tenía Ryan en su cabeza mientras caminaba junto a Lucían por los pasillos tomando la mano y apretándola de vez en cuando.
—Hey tranquilo, todo estará bien, les vas a caer muy bien.—dijo Lucían a pesar de que esta más nervioso que Ryan.—te lo juro.
Cuando habían bajado Ryan vio a muchas personas por toda la sala, el silencio no cabía ahí, el ruido no era muy fuerte, a Ryan le recordó cuando trabaja en el café, las charlas y los murmullos que se escuchaban a entrar, algunos estaban en el sofá enfrente del televisor jugando videojuego soltando gritos de vez en cuándo, otros jugaban al billar, otros haciendo distintas cosas sin prestar atención al alrededor y había uno durmiendo?, eso si sorprendió a Ryan, que alguien este durmiendo con todo ese ruido, el no podría hacer eso.
Nadie había notado la presencia de ambos hasta que Lucían se aclaro la garganta.
Y el silencio que no parecía existir en aquella habitación reino de un momento para otro, las miradas de todos se posaron sobre ellos o más bien en Ryan, y el pobrecito se puso nervioso.
—Chicos el es Ryan, comportasen.—dijo Lucían mientras terminaban de bajar las escaleras.
Cuando Lucían soltó la mano de Ryan todos volvieron a sus actividades, como si no hubiera pasado nada, como si Ryan estuviera ahí desde siempre o que no estaba como pensaba Ryan.
Se estaban poniendo triste cuando un chico joven se le acerco con una gran sonrisa.
El chico parecía tener casi la misma edad de Ryan, tenía el cabello ondulado, de color rubio oscuro, de piel blanca y ojos agradables de color verde, a primera vista parecía alguien muy simpático.
—Hola Ryan, es un gusto conocerte, mi nombre es Jesse pero si quieres solo di me Jess.—se presento sin dejar esa gran sonrisa.
Ryan se había sorprendido por aquella amabilidad no espera que fueran así de amable con alguien que no conoce, a pesar de que aquella voz misteriosa si sabia quien era.
—Un gusto Jesse.—dijo mientras tomaba la mano del rubio pero este lo jalo para abrazarlo haciendo sonrojar levemente a este por la acción.
Cuando se separaron Jesse se preocupo un poco, tal vez se sobrepaso un poco.
—Oh perdón, fue incómodo para ti?.
—N-No, sólo me sorprendí, es todo.—dijo Ryan devolviéndole la sonrisa a Jesse.
ESTÁS LEYENDO
HouseWolf
WerewolfRyan Brooks es un adolescente de dieciséis años, su vida no es la mejor de todas, su padre es un adicto al juego y al alcohol, tienen una gran deuda y le deben dinero a muchas personas, pero a pesar de la vida que lleva siempre esta alegre y optimis...