—Saldré un rato con la banda, amor, en unas horas vuelvo. —Mintió Brendon, despidiéndose de Sarah y después saliendo de su casa.

Se subió al auto, Ryan le había dicho que fuera a su casa, que verían una película o algo ahí y comerían palomitas dulces y cosas así. Encendió el auto y comenzó a conducir hasta dicha casa. Se fijó en la hora, eran las 7 PM, no tan tarde, a lo que podría quedarse allá unas tres o cuatro horas.

Alrededor de 15 minutos, llegó a aquella casa. Se bajó del auto y le puso seguro, así caminando hacia la puerta y tocando ésta un par de veces. Segundos después, abrió un Ryan sin maquillaje y sonriente. Brendon igual sonrió y Ryan se apartó, así dejando pasar al menor. Brendon entró y miró el lugar, era decente, algo tenía ese lugar que le agradaba. El mayor le dijo que se sentara sobre el sofá y que lo esperara, ya que iba a traer todo. Brendon, como todo el buen chico que es, negó y fue a ayudarle, algo que no molestó a Ryan del todo, a lo que él solo le agradeció.

Dejaron todo sobre la mesa frente al sofá y después ellos se sentaron lado a lado. Ryan tomó el control y comenzó a buscar una película.

—¿Te gustan las cómicas? —Preguntó un poco nervioso, ya que había una que había visto en Netflix que era cómica y quería verla, pero no había tenido tiempo.

—Sí, claro. —Rió el frentón, agarrando el plato hondo donde se encontraban las palomitas y comenzaba a comer de éstas. Ryan solo susurró un “Bien” y comenzó a buscar la película.

Era una llamada “Game Over, Man!”, Brendon la había visto antes, ya que cuando Sarah usaba Netflix de vez en cuando pasaba por esa película, pero nunca la vieron. Ryan la puso y se acercó más a Brendon, para así poder comer él también de las palomitas. Rieron, comieron, tomaron de los refrescos, una y otra vez hasta que la película acabó. Tuvo un final feliz, no el que ellos tenían esperado, pero sin duda les agradó.

Brendon, entre risas, dejó el plato sobre la mesa frente a ellos y agarró unos dulces, así comenzando a comerlos. Ryan le pidió unos pocos y Brendon, de broma, se los daba a la boca, haciendo reír a ambos. Cuando le daba el último, en vez de reír, se miraron, sin decir alguna palabra. Ryan comenzó a acercarse un poco, a lo que Brendon notó aquello y comenzó a acercarse igual. Se detuvieron cuando sus respiraciones se mezclaban, haciendo sonreír un poco al menor.

Ryan acabó con el poco espacio que había entre ellos, pegando sus labios junto con los de Brendon. El último mencionado abrió los ojos como platos, pero después de unos segundos, los cerró lentamente, correspondiendo al beso. Era un beso tierno y dulce —y no, no porque recién habían comido dulces los dos—. El menor colocó una mano sobre la mejilla del mayor, así acariciando éste con su pulgar. Se separaron después de unos segundos y pegaron sus frentes, Brendon aún con los ojos cerrados. Al abrirlos, notó que Ryan lo estaba viendo, a lo que solo rió un poco.

—Perdón, no debí hacerlo. —Dijo entre risas Ryan y luego se acomodó en su asiento, un poco apenado. Brendon solo se sintió mal y se mordió el labio inferior, acomodándose igual en su lugar. Se quedaron un buen rato en silencio, Ryan perdiéndose en sus pensamientos y Brendon solo mirando directamente al suelo. Después de unos segundos, Ryan miró a Brendon por un buen rato, a lo que éste sintió la mirada y lo miró igual.— Brendon, yo... —Habló, pero se detuvo. Brendon solo lo miró confundido, ladeando un poco la cabeza.— Mierda, perdón por salirme de la banda. Solo que... Me sentía incómodo. No sabía cómo sentirme, cada vez que nos besábamos en aquellos tiempos me hacía dudar muchas cosas. —Rió nerviosamente, a lo que Brendon se mordió el labio inferior, recordando aquellos momentos.— Bien, sé que ya has seguido con tu vida, digo, ya hasta estás casado —rió un poco, rascándose la nuca.—, y sé que tal vez suene un poco egoísta de mi parte, pero la verdad yo nunca dejé de pensar en ti, a pesar de todos los años que han pasado.

One More Time [Ryden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora