17

191 33 38
                                    

Brendon sonreía, mientras le daba uvas a su esposa. Metió una en la boca de Sarah, ella sonriendo después. Brendon la vio masticarla para después tragarla, dispuesto a darle otro, pero ella niega empujando su brazo de lado levemente.

—Bren. —Habló, teniendo la completa atención de él.— Te amo mucho, y no quiero que me abandones. Nunca. —Enfatizó la última palabra. Brendon sonrió y asintió levemente.— Promételo.

Brendon ahora ladeó la cabeza, frunciendo el ceño.

—¿Acaso crees que te voy a dejar? —Sarah frunció el ceño. Se levantó y salió de la habitación. ¿Qué acababa de pasar?

Brendon suspiró, se levantó de la cama dispuesto a ir detrás de ella, pero se detuvo al escuchar su celular sonar. Lo agarró, era una llamada de Ryan. Sonrió de oreja a oreja y respondió casi al instante.

—¿Hola?

—¡Brendon! ¿Qué tal todo? —Habló rápidamente.— Bueno, ignora eso. Quería preguntarte si gustabas salir a cenar hoy conmigo. —Por el tono de su voz, se notaba que estaba sonriendo.

—Claro, ¿quién más irá?

—Solo tú y yo.

—¿Como una cita? —Preguntó. Se encontraba emocionado, pero intentaba no hacerlo notar.

—Sí. Bueno, es todo, paso por ti a las 8, quiero que te veas más guapo de lo normal. —Rió levemente. Brendon se sonrojó.

—Claro, aquí te espero. —Sonrió. Por el tono que usó, parecía como si fuese una niña de preparatoria enamorada.

Colgó la llamada, poniendo su celular sobre su pecho, sonriendo con los ojos cerrados.

—¿Con quién saldrás? —Escuchó esa voz chillona detrás de él.

Abrió los ojos como platos y aventó su celular hacia la cama.

—Oh, Ryan solo me invitó a salir esta noche. —Dio media vuelta, así mirándola.

—¿A una cita? —Preguntó, aunque fue más una afirmación. Brendon solo se quedó callado. Sarah rió levemente.— Bren, hace poco acabamos de regresar y ya sales nuevamente con Ryan, y no solo como amigos, sino a una cita. —Suspiró.— Brenny, te amo muchísimo, pero sales mucho con Ryan y a mí me dejas de lado. Haces mal en nuestra relación. —Solo negó la cabeza y volvió a salir de la habitación.

Se escuchaban un poco sus pasos, después la puerta principal dando un portazo.

Brendon suspiró, era verdad. Siempre salía con Ryan y dejaba de lado a Sarah. Ella lo amaba mucho, y lo único que él hacia era dejarla de lado. ¿Qué clase de esposo era? Un infiel, pensó.

Se sentó en el borde de la cama, poniendo sus codos sobre sus rodillas, después poniendo sus manos sobre su rostro.























—Pensé que estaría Sarah. —Habló el mayor.

—Hoy tuvimos algo así como una pelea, se fue y desde entonces no la veo. —Se encogió de hombros. Se notaba un poco triste, algo que entristecía a Ryan.

—Hey, no te pongas triste. Yo intentaré subir tus ánimos. —Sonrió y besó la mejilla de Brendon. Esa única acción hizo que el menor sonriera.— ¿Nos vamos ya? —Preguntó, Brendon solo asintió.

El frentón cerró la puerta con seguro y ambos caminaron hacia el carro de Ryan, Brendon en el asiento del copiloto.

Ryan encendió el motor, después poniendo su mano derecha sobre la mano izquierda de Brendon, agarrándolo un poco.

Brendon solo sonrió, sin pensarlo tanto.

En el camino iban en silencio, pero no uno incómodo, sino uno que les gustaba.

Un silencio relajado, con la persona que amas.

Llegaron al restaurante, Brendon lo miró y frunció el ceño.

—¿Mcdonald's? —Preguntó mientras Ryan apagaba el motor.

—Hey, en mi defensa, yo nunca te dije que iba a ser elegante ni nada. —Rió, Brendon solo negó con una pequeña sonrisa.

—Tan guapo que me vestí como para estar aquí. —Bromeó ahora él. Ryan le sonrió.

—Siempre estás muy guapo como para estar en cualquier parte. —Seguía con su sonrisa.

Y dicho eso, ambos se acercaron y se dieron un pequeño beso. Pasaban segundos y seguían sin separarse, incluso el beso se volvía más intenso.

Ryan finalmente se separó, mordiendo el labio inferior del contrario.

—¿Qué tal postre en mi casa? —Rió, juntando su frente con la de Brendon.

—Me encantaría.

Se quedaron así unos segundos, hasta que Brendon se separó.

—¿Y si ya vamos a comer? —Rió levemente.

Ryan asintió, a lo que ambos se bajaron del carro, Ryan poniéndole seguro después.

Comenzaron a caminar hacia la entrada, pero como siempre, fueron detenidos. Por fans.

Enloquecieron, pero no por quiénes eran, sino porque estaban juntos los dos.

Estuvieron ahí por unos cinco minutos, hasta que los fans finalmente se fueron.

Entraron e hicieron fila para pedir. Mientras hacían fila, solo hablaban de qué pedirían o qué les llamaba la atención.

Al final Brendon pidió una hamburguesa doble con papas y Ryan pidió tres hamburguesas pequeñas.

Se fueron a sentar mientras esperaban su comida. Brendon frente a Ryan.

—Eres tan guapo. —Habló Ryan, haciendo sonrojar a Brendon.

—Y ni hablar de ti. —Le siguió.

—Oh, ya sé. Yo a lado de ti me veo feo. —Bromeó, haciendo que Brendon frunciera el ceño.

—No, claro que no. Eres guapísimo. Obvio no tanto como yo, pero casi. —Dijo y comenzó a acomosar su cabello.

—Me encanta tu ego. Eres guapo y no lo desperdicias, incluso se lo haces notar a todo el mundo. Me encantas. —Puso sus codos sobre la mesa, poniendo su mentón sobre sus manos y así mirando a Brendon.

—Pareces niña de preparatoria enamorada. —Bromeó.

Ahí acabó la conversación cuando llamaron a su número, a lo que Brendon fue por la comida.

Regresó a la mesa y comenzaron a agarrar su comida, ahora hablando de otras cosas mientras bromeaban.

Alrededor de media hora, finalmente habían terminado de comer.

—Espero que hayas dejado espacio para el postre. —Habló y guiñó un ojo Ryan, levantándose mientras agarraba su basura.

—Oh, siempre tendré espacio cuando es contigo. —Guiñó igual.

Limpiaron su mesa, para después salir del local y caminar hacia el carro de Ryan.

Se sentaron en los mismos asientos que hace rato. Ryan encendió el motor, mientras que la mano de Brendon viajaba por el cuerpo de Ryan hasta llegar a su entrepierna.

—Bren, espera a que lleguemos a casa. —Bromeó, comenzando a manejar.

—Pero no quiero. —Hizo un puchero.

Ryan negó mientras reía. A veces Brendon era tan desesperado. Ryan solo lo dejó ser en todo el camino, aunque gracias al menor tenía una erección.

Llegaron a casa de Ryan, y en cuanto entraron ya se estaban comiendo entre ellos.

Y bueno, no entremos en detalle ahora. Incluso los vecinos podían escuchar lo que hacían ellos dos en su casa.

One More Time [Ryden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora