Manu
Abro la puerta de casa y me adelanto varios pasos por delante de Vicent para intentar persuadir a mis padres para que lo acojan en casa, al menos por unos días. Tomo una actitud más despreocupada de lo que estoy y me dejo caer en el sillón después de saludar con un beso en la mejilla a mis dos progenitores. Y, como yo imaginaba, los dos acceden a mi petición, tan preocupados como yo por la mañana.Y todo comienza a ir mejor. Mamá parece intentarlo todo por complacer a mi novio y él simplemente se conforma con la menor cosa que ella pueda ofrecerle, asegurando repetidas veces que pagará por sus gastos en cuento pueda. ¿Y yo? No pude quitarle la vista de encima en toda la tarde, aún incrédulo con respecto a su provisoria estadía aquí. Podremos estar juntos todo el tiempo que queramos, sin preocuparnos por que nada malo nos pueda ocurrir luego. Podré dormir al lado suyo y tenerlo en mis brazos. ¡Yay! Estoy ansioso de solo hacer las tareas del colegio en su compañía, ¡qué pasará cuando hagamos algo que sí nos guste!
°°°
Hace ya buen rato que acabamos con los deberes. Luego usamos un rato la PS4 y cenamos una sopa de fideos bien temprano, así que pudimos volver a la habitación un rato más. Me acomodo de piernas cruzadas sobre el colchón de mi cama otra vez y mi rubio se sienta a mis pies, volviendo a tomar el mando de la consola. Reanuda el juego y pasamos poco más de unas partidas utilizándolo. Al menos yo sí, porque me atrapa la visión de su rostro todavía más que la de la pantalla. Bajo las piernas a los lados de su cuerpo sin que él se entere del todo y comienzo a mirar en detalle cada perfección e imperfección de su cara fina. Ahora parece incluso un poco sucia, cosa que debe ser fruto aún de su estadía en el parque. ¿En qué estaba pensando?
Continúo observando sus ojos celestes, que con los lentes dan la sensación de ser mucho más grandes, y el buen moretón que tiene debajo de uno de ellos. Su nariz es casi diminuta y algo puntiaguda, y la pequeña boca está coronada por unos labios finos, oscuros y delicados. La palidez de su piel tersa deja notar unas pequitas casi invisibles bajo sus ojos y por encima de la nariz que usualmente sus lentes de marco negro tapan, además de unos pocos lunares por zonas cercanas a su oreja o su mandíbula. Tiene varios granos por la frente pero por alguna razón no se le hacen tan notorios como a la mayoría de los adolescentes, cosa que le envidio y mucho. Lo que más me duele ver son todas las magulladuras que, aunque por poco estén sanadas, siguen haciéndose notar en más de un lugar.
Se acomoda en el suelo y reposa la nuca sobre mi colchón. Está tan concentrado en la partida que no ha notado que yo la abandoné por completo. Sus mechones de cabello rubio oscuro se dispersan por toda su cara al no estar ya peinados hacia atrás como siempre, lo cual claramente lo molesta al momento de mirar a la pantalla. Con los ojos fijos en ella, cada vez que dispara o simplemente ve a un enemigo frunce el ceño con una mueca casi de desagrado, poniéndose completamente en el papel de su personaje en el videojuego, viéndose completamente hermoso.
Pauso la partida y todo el juego parece congelarse. Vins alza la cabeza con una ceja en alto y me mira extrañado, y aún más cuando le quito sus lentes. ¿Cómo son sus ojos sin ellos? Claro que los he visto, pero de costumbre a verlo así ya ni lo recuerdo de otra manera.
Observo el iris celeste y grisáceo de sus ojos, observo sus negras pupilas y también el resaltado que le dan sus pestañas claras, así las vea del revés. El rubio clava también su mirada en la mía y decide preguntar la causa de mi seria y repentina contemplación a sus rasgos. Salgo de mi trance y le sonrío, sin haber prestado mucha atención a su pregunta.
—Me gustan mucho tus ojos.
Sonríe apenas tras mi declaración y entorna algo los ojos al sonrojarse, pero sigue mirándome fijo. Estira el cuello hacia atrás un poco más y pega sus delgados labios a los míos en un inocente beso, tras el cual dejo el mando en el piso y también los anteojos para poder acariciar el suave —y ahora algo sucio— cabello de Vins.
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Tormento [Historia de Vincent y Manu]
Teen FictionSegunda parte de «Te Prometo [Historia de Vincent]». No pasó mucho tiempo desde que Manu vino a vivir a mi ciudad con sus padres. Las clases se reanudaron, nuestra relación perdura y... bueno, los maltratos de papá también lo hacen. Pero pretendo da...