11.- Apuesta

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Vincent
—Dime que no dije nada estúpido ayer, por favor...

Manu, que estaba tomando agua, deja el vaso sobre la mesa de golpe y escupe toda la que tenía en la boca, riendo a carcajadas de repente. Oh, rayos, ¿tan terrible fue? No recuerdo absolutamente nada luego de que «discutí» con la odiosa chica pelirroja que intentó ligarse a mi novio.

—Dijiste tantas estupideces que me harás reír toda la semana, créeme. Incluso te grabé un par de veces.

—¿¡Por qué!?

Vuelve a soltar una sonora carcajada mientras saca el teléfono del bolsillo y busca algo en él.

—Tú solo mira.

¿Un video? Oh, mierda, ¿qué hice ahora? ¡Maldito alcohol!

La grabación comienza bastante bien. Nos vemos Manu y yo, sentados juntos alrededor de una mesa del bar, charlando. No entiendo de qué hablamos, mitad por la música y mitad porque mi voz no resulta comprensible ahí. ¿Cuánto tomé? ¿Quién pagó eso? Porque yo no lo hice, creo. ¡¿O sí?!

Oye, oye, oye, Vincent —llama quien graba. Por su voz, la distingo como Samantha, una amiga de la escuela—. Hay que hacer una apuesta.

¡Okay! ¿Qué apostamos?

El que acierte más pelotitas de papel en un vaso, gana. Si yo gano, la próxima vez que tengas sexo con Manu usarás un disfraz de animadora y nos enviarás un video bailando con él.

¡¿¡EEEEEEEEH!?!

Manu me mira de reojo en el video, mientras que el real se dedica a secar el suelo tras un regaño de su madre.

Si yo gano, me harás los deberes durante todo lo que queda del año.

Se oye una risa por su parte y extiende el brazo hacia mí, tras lo que nos estrechamos las manos en señal de que cerramos el trato.

¿Qué. Mierda. Hice? Al menos sé que tengo una puntería brillante, la cual es casi mi única cualidad, así que no puedo haber perdido por ebrio que estuviera.

—¡Sam! ¡Sam, pásame el teléfono, yo grabo!

No sé quién es el que toma el aparato para seguir con la filmación, pero de todas formas debía estar sobrio ya que, en comparación a los temblequeos de Sam, él mantiene la cámara estable en el lugar con completa tranquilidad.

Mientras tanto, el castaño acerca su silla a la mía y me abraza por la espalda, sosteniendo el codo con el que estoy por lanzar una bolita de papel. Mi brazo se mueve tanto que me asusta seguir viendo el video.

¡Eso es trampa! ¡Suéltalo!

¡Okeey, okeey!

No, no, no, no, no, no. ¡Ayúdame!

Los dos nos ponemos alrededor de un metro de distancia de un vaso grande de plástico, al cual le empezamos a tirar los papeles. Al cabo de un minuto, si emboqué tres es mucho decir, lo que deja a Sam como vencedora por amplia diferencia. Se oyen risas de fondo, y luego alguien que creo que es Iván. Debe ser quien estaba grabando.

¡Pues esperaremos por ese video! ¿Eh, Vincent?

Oh... parece que perdí...

La grabación acaba justo después de ese comentario, y yo quedo completamente en blanco.

—¿Qué hice? Dios, ¿¡qué hice!?

—Ahora que ya lo sabes, voy a decir que la idea fue mía. Muero de ganas de verte en uno de esos disfraces, bebé, estarías tan... tan... ¡adoraable!

Tormento [Historia de Vincent y Manu]Where stories live. Discover now