VII
Todo empezó cuando una desconocida, con toda la fachada de ser una rebelde sin causa, se plantó frente a ella con las manos sobre las caderas, mientras (...) comía katsudon en la mesa más esquinera del sencillo establecimiento de tazones de arroz que había sido construido en Kabuki recientemente. Resultó ser que ese día inició la dieta, pero a falta de resultados en el transcurso de dos horas, lo dejó todo atrás. A la mierda la figura fitness de los comerciales, ella necesitaba sus calorías.
—Oe, tú, la que está comiendo el tazón de cerdo —(...) detuvo el trayecto del trozo de carne crujiente que había acariciado la comisura de su boca y levantó la barbilla para prestar atención a la chica. Tenía una desordenada cabellera púrpura enmarcando su rostro y gafas obscuras, mientras masticaba goma de mascar con actitud altanera.
—¿Necesitas algo de mí?
—Sí, estoy aquí para pisotear tu moral y lanzarla al subterráneo, para agregar un poco de drama emocional a toda esta trama insípida y quedarme con tu chico, mientras se teje toda una red intrincada de desamores, lágrimas y un triángulo amoroso que terminará con la obvia ganadora descansando en el regazo desnudo de su amado, no sin antes resaltar tu desestabilidad emocional y dependencia para con el adonis que por alguna extraña razón del destino terminó fijándose en ti —(...) había dejado de prestar atención en la tercera palabra, más apasionada estaba degustando el sabor de su plato alto en carbohidratos—. ¡Oe, al menos muéstrate preocupada! —La chica se atarantó, quejándose a gritos, de paso provocando que las gotas de saliva que desprendían de su rabieta cayeran en el katsudon a medio terminar. (...) miró por un instante el espeso transparente fusionarse con el arroz, después parpadeó y arrugó las cejas, comenzando a mostrar signos de irritación.
—Escucha, ciertamente te equivocas de persona, no tengo tiempo para dedicarme a un drama adolescente de quinta —Dejó el tazón y los palillos aparte.
—¡Eres un personaje femenino, pensado para ser protagonista, obviamente debes saber de qué trata todo esto! ¡El romance es el eje en el que giran las chicas de cualquier serie! —Arqueó una ceja incrédula.
—En primer lugar el protagonista es el aparente adonis que mencionaste hace unos minutos —Era un milagro que la vena palpitando en su frente no hubiese estallado—, y ahora está arreglando sus diferencias como el perfecto borracho que es, con otro perfecto borracho que se cuela en las noches a dormir bajo el sofá porque no tiene ni una caja de cartón para caer muerto y al parecer ya desarrolló una inmunidad al veneno para cucarachas. Como deducirás, los únicos dramas amorosos que existen en mi vida son los de la novela de las tres que Gintoki siempre ve —La cabello de berenjena radioactiva dio una ojeada a través del escaparate para ver a un Madao cruzando puños con un samurai con un nido de ratas plateado coronando su cabeza, ambos apenas manteniendo el equilibrio y con el alcohol subiendo hasta sus mejillas hirviendo.
—...
—¿Lo ves? ¿Estarías dispuesta a pelear por eso? Como sea, cómprame un nuevo katsudon, el anterior ya tiene tus bacterias proliferando en la salsa.
—Yo... —Ella apretó los puños temblorosa—. ¡No voy a descansar hasta quebrar tus sentimientos! —Exclamó tomando la taza con arroz ensalivado y lanzándolo directo a la cabeza de (...). Fue una suerte que no se hubiese quebrado, pero el semblante estupefacto de la agredida, con trozos de carne y aderezo bajando a través de sus cabellos fue suficiente para dejar escapar un bufido extasiado—. Hmp, a partir de ahora eso es lo que vivirás hasta que ya no puedas más y tengas que- —El sonoro puñetazo que impactó certero en el centro de su rostro no se lo hubiera quitado ni Goku. La chica voló hasta chocar contra una de las mesas y derrumbarse junto a las sillas, provocando un desastre de astillas y que el resto de los clientes se detuvieran a presenciar los acontecimientos.
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La vida con un cabeza permanente |Gintoki Sakata|Lectora|
FanfictionLos Yorozuya se habían convertido en su amado y acogedor hogar, a pesar de las situaciones fuera de los márgenes de la lógica y eventuales escenarios de tragicomedia, estaba feliz de pertenecer a ellos; por eso, incluso si debía lidiar con el peso d...