Encantado de conocerte, aunque haya tenido que perseguirte por todo el jardín para saber como te llamas-dice Álvaro, y los dos nos echamos a reír. Me quedo mirándolo un momento. Es muy guapo: alto, con el pelo castaño, algo de barba, los ojos verdes y una sonrisa perfecta. Cada vez me suena más su cara pero no consigo recordar de que. Él también me esta observando a mi y aparto la mirada.
Volvemos andando hacia la entrada de la casa donde nos esperan todos los demás.
Bonita forma de hacer amigos _____- comenta Alex. Yo le miro mal.
Me pido la última hamaca- grita Rubén corriendo hacia la piscina.
Llega el primero y se tumba en la hamaca y todos los demás nos tiramos encima aplastándolo.
Él empieza a maldecir hasta que nos apartamos para dejarle respirar y nos sentamos en el suelo a su alrededor.
¿A quien le apetece un baño?- grita Cristina y empuja a Rodri hacia la piscina. Después, él me agarra a mi y me tira, y todos acabamos dentro del agua haciendo el tonto entre colchonetas hinchables y pelotas de playa.
Llego hasta la colchoneta en la que Álvaro está tumbado y antes de que le de tiempo a reaccionar está en el agua con la colchoneta flotando sobre su cabeza.
-Joder, si que eres vengativa.
-Te dije que lo haría.
Te tomas las cosas muy en serio.-dice Álvaro mientras pone una sonrisa que me encanta.
Así te lo pensarás mejor antes de volver a perseguirme- le devuelvo la sonrisa.
Pasamos el resto de la tarde en la piscina hasta que empieza a anochecer y Rodri nos invita a quedarnos a dormir.
-Podeis coger alguna de mis camisetas si no tenéis pijama.
Hace calor así que Cris, Laura y yo le hacemos caso y decidimos dormir cada una con una camiseta de Rodri, aunque nos estén demasiado grandes.
Llenamos el suelo de colchones y nos repartimos por toda la casa para dormir.
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Algo muy pesado me cae encima aplastándome por completo.
QUITAROS DE ENCIMA JODEEEER- grito sorprendida.
Solo veo piernas y brazos y la cara de dolor de Alex, que tiene a Marc encima.
Ya os dije que siempre se despierta de mal humor-comenta Laura bajándose de mi colchón.
Y más si lo primero que siento por la mañana son a unos gilipollas saltando sobre mi- digo empujando a Marc y tirándolo al suelo.
-Será mejor que nos vayamos antes de que nos mates, baja cuando termines, Álvaro y David están haciendo el desayuno.
Todos se levantan entre risas y se dirigen hacia la puerta, dejandome sola.