Estoy demasiado nerviosa.
Tranquilizate. No pasa nada, solo vamos a dar una vuelta- me digo a mi misma.
Paso varios minutos delante del armario. Al final elijo mi pantalón corto preferido y una camiseta nueva de color morado con unas Converse a juego.
Me hago tirabuzones en el pelo y me maquillo un poco, no me gusta ir demasiado pintada. Me miro en el espejo, estoy lista. Justo en ese momento llaman al timbre.
Voooooy- grito bajando las escaleras a toda prisa.
Tranquilizate, que a este paso no llegas viva a la cita con Álvaro- dice Laura a la vez que huye riendo.
NO ES UNA CITA- grito antes de llegar al fondo del pasillo.
Respiro hondo y abro la puerta.
Álvaro se me queda mirando con los ojos muy abiertos.
¡Vaya! estás.....increíble- tartamudea Álvaro mientras se pasa la mano por la nuca.
Miro al suelo durante un momento y después no puedo evitar volver a mirarlo.
Tiene el pelo alborotado intencionadamente, se nota que a estado un buen rato colocándoselo.Lleva unos vaqueros ajustados y una camisa blanca con el último botón desabrochado y mangas hasta el codo. Está guapísimo.
Gracias. Tú estás genial - contesto con mi mejor sonrisa.
¿Vamos? - me dice abriéndome la puerta del coche.
Eres todo un caballero- contesto riendo a la vez que entro en el coche - ¿a dónde vamos? - pregunto con curiosidad.
¡Sorpresa!- dice él poniendo una cara malvada.
Joooooo.... dímelo porfaaa! - pongo voz de niña y mi cara más inocente.
-Si te lo digo ya no sería una sorpresa, y deja de ponerme esa carita que si no se me acabará escapando.
-Esa era mi intención.
-No vale chantaje guapa, enseguida llegamos y lo verás con tus propios ojos.
Le saco la lengua.
-Bueeeeeeno, vale, me aguantaré.
La carretera asciende durante un rato, estamos llegando a una zona bastante elevada.
Al cabo de unos minutos llegamos a un lugar que no me suena haber visitado.
Nos bajamos del coche y él se cuelga su mochila a la espalda.
Es uno de esos sitios de Madrid que me encanta - dice Álvaro- espero poder enseñarte los demás algún día.