La comida transcurre de una forma muy entretenida y todos hablamos animadamente.
Durante el postre recibo un Whatsapp de mi madre. Me había olvidado de que había prometido ir a verla hoy, ya que pasará unos días en Madrid.
Acabamos de comer y tras un rato de conversación me despido de todos, cojo mi bolso y me dirijo a la puerta. Antes de salir me permito mirar a Álvaro por última vez. Sus penetrantes ojos me observan serios. Desvía la mirada y coje su móvil. Cierro la puerta y espero a que llegue el ascensor. Antes de que eso suceda me llega un mensaje de Álvaro:
-Ya echo de menos tu sonrisa :(
Me quedo totalmente paralizada. Es tan perfecto, tan adorable, tan....
¿Pero que estás diciendo? Álvaro solo está intentando ser amable, seguro que ya tiene novia.... ¡Que más da! Álvaro no me gusta, para nada, solo somos amigos, si, solo amigos - me digo a mi misma mientras salgo del portal.
Vuelvo a mirar el móvil sin saber que contestarle. Busco el icono sonrojado del Whatsapp y añado:
- No será para tanto eh Alvarito... ya nos veremos otro día, que aún quedan días de vacaciones para que me enseñes esos sitios tan bonitos de Madrid.
Él contesta al momento:
-Pero es que yo quiero verte ahora.
-Pues no creo que te apetezca venir a casa de mi madre así que....
Álvaro comienza a poner emoticonos tristes y yo me río sola.
Tras un largo rato conduciendo llego a la cafetería en la que mi madre me espera.
En cuanto me ve se levanta y avanza corriendo hacia mi para abrazarme. Enseguida comienzan las preguntas sobre cómo me va por Madrid, que tal se vive compartiendo piso, sobre mis amigos...
Pasamos lo que queda de tarde hablando sobre diversos temas hasta que es hora de despedirme de mi madre. Le prometo que iré a visitarla pronto y le dedico una última sonrisa antes de marcharme.
Laura aún no ha llegado así que ceno algo rápido y ojeo sin demasiado interés las redes sociales en las que apenas escribo. Me entra el sueño y estoy ya prácticamente dormida cuando oigo las llaves de Laura en la cerradura.