Date prisa, llegamos tarde! - me grita Laura desde el salón.
Es culpa tuya, no me has avisado con tiempo suficiente - contesto mientras acabo de ponerme las Converse a toda velocidad.
Rodri a llamado, quiere saber por que siempre somos las últimas en llegar a todos los sitios- dice Laura riéndose.
Cojo mis gafas de sol y bajo corriendo las escaleras.
Estoy lista- anuncio saltando la última escalera.
Salimos a la calle. Hace un sol abrasador, por lo que me he puesto una camiseta de tirantes y un pantalón corto a juego.
Laura ha hecho lo mismo.
Nos montamos en el coche y ponemos la música a todo volumen.
Yo tengo la vista fija en la carretera, mientras Laura, como siempre, empieza a cantar como loca.
Ella es mi mejor amiga desde hace por lo menos 6 años. Cuando se mudó a mi barrio no conocía a nadie, así que yo le enseñé todos los rincones de Madrid y pronto nos hicimos amigas. Ahora compartimos piso en en centro. Ella es de piel blanca, ojos marrones y pelo muy oscuro. Tenemos gustos muy parecidos y nos entendemos muy bien, somos como hermanas.
Cuando llegamos a casa de Rodri, este nos recibe aplaudiendo.
Milagro! Ya pensábamos que no teníais intención de venir- dice riéndose mientras levanta a Laura como si fuera un trofeo y la lleva hasta el jardín mientras ella grita para que la baje.
Al cabo de unos segundos Rubén, Cristina, Marc y Alex vienen a saludarnos. Todos están empapados de pies a cabeza.
¿Por qué estáis todos mojados? - preguntamos Laura y yo al unísono.
Rubén saca un globo lleno de agua y lo agita en el aire.
¿Quereis probar? Es divertido- dice poniendo una cara malvada.
¿No sois un poco mayores para jugar con eso?- comento entre risas, aunque la verdad es que con el calor que hace no me importaría refrescarme un poco.
Todos llevamos un niño dentro-Marc se acerca a mi y me abraza, mojándome la camiseta y la cara. Incluida tú- dice sonriente.
Cris y Laura simulan corazones con las manos y yo pongo los ojos en blanco.
Todos creen que Marc y yo acabaremos siendo novios porque pasamos mucho tiempo juntos y pensamos de la misma manera. Pero entre nosotros no hay nada, solo somos buenos amigos. Lo conozco desde que eramos muy pequeños. Siempre nos lo hemos contado todo, se que puedo confiar en él. Es de ojos marrones, pelo castaño claro y tiene una sonrisa perfecta. Además, le encantan la fotografía y el fútbol. Por todo eso, durante nuestros años de colegio e instituto, ha habido más de una chica que se ha fijado en Marc, aunque él no parece darse cuenta.
Intento darle un empujón a Marc, pero este se aleja riéndose.
Sin pensármelo dos veces, cojo uno de los globos que Rubén tiene en la mano y lo lanzo en dirección a Marc, pero él ya se ha dado cuenta de mis intenciones, es más rápido y se agacha justo en el momento en el que el globo va a impactar contra su cabeza.
Todos seguimos con la mirada la trayectoria del globo, que avanza hacia las hamacas que están junto a la piscina. Entre sorprendidos y divertidos, vemos como el globo cae encima de un chico que, ajeno a todo lo sucedido, descansa con los ojos cerrados en una de las hamacas.