💀Ramsay

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Ramsay Bolton y Beatrice Stark.

Beatrice conoció a Ramsay en su niñez. En esa etapa fueron muy cercanos, pero luego por circunstancias de la vida se vieron obligados a separarse. Bea a vuelto a saber de él años después, con la noticia de que tenía a su hermana Sansa secuestrada. Cuando eran amigos, él era un niño normal. Ahora al parecer era un sádico al que le gustaba hacer sufrir a la gente.

Bea se encontraba en el palacio que antes había pertenecido a su casa, Invernalia. Pero ahora eso era el menor de sus problemas. Los guaridas la dejaron pasar, por lo que se dirigió a la supuesta habitación de su antiguo amigo.

-¡Ramsay abre la maldita puerta!

-¿Por qué debería? -dijo pero aún así abrió la puerta con curiosidad-. ¿A qué se debe tú agradable visita? ¿Humm te conozco?

Ramsay sonrió con esa sonrisa cínica que tanto lo caracterizaba.

-Sí. De echo soy la hermana de la chica que has secuestrado, imbécil.

-No fastidies, ¿Bea? -dijo Ramsay completamente sorprendido. Abrió más la puerta y abrazó fuertemente a la pelinegra-. Mírate, si estás hecha toda una mujer. Ni siquiera te había reconocido.

Beatriz no le devolvió el gesto, sin embargo se dejó abrazar. Aunque le doliese admitirlo se sentía bien estar entre sus brazos. Y ella que pensaba que sus hormonas ya se habían calmado.

-Llévame a ver a Sansa. Ahora.

-También estás hecha una gruñona, ¿lo sabías? -refunfuñó Ramsay, pero aún así salió de su habitación y empezó a caminar. Bea se apresuró a seguirle.

-Cómo le hayas hecho algo, descubrirás que me he convertido en algo más que gruñona.

-Buo, buo. Pero que fierecilla. Cálmate, has venido tan rápido que no me has dejado tiempo para tocarle ni un solo pelo.

-Tengo entendido que te ibas a casar con ella.

-Sep, pero creo que acabo de cambiar de opinión.

-¿Porque...?

-¿Porque para que conformarse con el bronce si hay oro?

Los dos siguieron caminando en silencio, hasta dar con la habitación indicada.

-La dejaré marchar si tú te quedas conmigo. Piénsatelo y dime la respuesta. Te espero a las siete en mi cuarto -dijo Ramsay justo antes de irse. Bea se apresuró a tocar la puerta y a preguntar por Sansa. Cuando la abrió y la vio, las dos se fundieron en un cálido abrazo. Las dos hermanas habían esperado mucho ese momento.

-¿Te ha hecho daño? -preguntó Bea y la pelirroja negó con la cabeza-. ¿Estás bien?

-Sí, sí. Solo que he pasado mucho miedo.

Ambas se sentaron en la esquina de la cama. Cuando la pelinegra consiguió calmar a su hermana, pudieron hablar tranquilamente de todo un poco. Se les hizo tan tarde que a Bea casi no le dió tiempo a llegar a la hora acordada. Tocó la puerta de Ramsay y este le abrió sonriente.

-Llegas un minuto pronto, pero pasa -Beatrice le hizo caso y se quedó parada de pies, pero ante la insistencia del Bolton se sentó en la esquina de la cama. Ramay hizo lo mismo al lado suyo. Sus piernas se tocaban, y eso a la chica le ponía nerviosa, pero no lo iba a dejar ver. No le daría semejante ventaja.

-Acepto. Pero tengo una condición: que liberes también a Theon Greyjoy.

-Pero es mi sirviente.

-Y tu esclavo. ¿O te piensas que soy idiota? O todo o nada -dijo Bea mirándole a los ojos, él también la miraba. Se quedaron en silencio por unos interminables segundos.

-Joder, está bien. Total no sirve de gran cosa.

-Bien, entonces mañana al amanecer partirán. Juntos. Él la acompañará y se asegurará de que no le pase nada durante el trayecto. Ya he hablado con él y no tiene problema.

Ramsay se rió. Su Bea tenía todo completamente preparado. Se había anticipado a todo. Hasta sabía que él aceptaría su trato antes de aceptarlo.
Bea sabía que lo tenía en su control. Y es que nunca pudo evitarlo, desde siempre esa chiquilla fue su maldita debilidad. Estaba loco por ella.

-Gracias, Ramsay. Sabía que recapacitarías y harías lo correcto -dijo dándole un beso sutil en su mejilla. Se separó de él y le miró. Luego volvió a besarle, pero esta vez la frente, la nariz y finalmente sus labios. Después de agarrarle la parte inferior del labio con sus dientes y acariciarle en pecho, se separó definitivamente de él. Ramsay aún estático, soltó un suspiro de placer-. Duerme bien, Ramsay. Aún quedan muchas cosas que mejorar y muchas otras por hacer.

Definitivamente, Ramsay Bolton estaba a la merced de Beatrice Stark.

Game of thrones: one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora