El Perro y Elena Lannister
Elena odiaba a su hermana con toda su alma. ¿Por qué aparte de ser una jodida perra tenía que tener un hijo tan estúpido e insoportable como Joffrey? Al menos a Mircella y a Tommen los hizo bien. Quizá es porque se parecían más a su padre, Jaimito. O porque tenían algo de su tío Tyrion. Iba sumida en esos pensamientos cuando vio al Perro.
Hace poco había terminado la batalla de Aguasnegras, y ya corrían los rumores de que Sandor había dejado la lucha por miedo al fuego y se había fugado para siempre. Pero la segunda no podía ser verdad, ya que estaba allí. Muerto de miedo, pero estaba.
Sandor cuando vio a Elena se paró. Tenía que mostrarse respetuoso con toda la familia Lannister, siempre. Él solía intentarlo. Con ella por suerte no tenía que fingir su agrado. Porque realmente lo sentía. Era la persona con mejor carácter de todo el palacio. La única que no le miraba con odio o repulsión. La única que le trataba bien. Qué le respetaba. Qué se interesaba por él. Qué le cuidaba. Qué no le trataba como a un maldito chucho. La única que disfrutaba de su compañía y le sonreía con sinceridad.-Sin animo de ofender, pero... por los Dioses, ¡te ves horrible! Déjame que te ayude, te llevaré a otro lugar.
Elena se apresuró a marcharse del palacio y se fue hacia una torre oculta a simple vista.
-Llegamos. Quítate la armadura. Si no me será imposible curarte bien.
-No hace falta -suspiró Clegane con su habitual tono ronco-. En serio.
-Lo dices porque no te has visto en un espejo. Si que hace falta. Y también tienes que calmarte. Aquí no hay fuego, Sandor, sólo estamos tú y yo -Elena se acercó y le acarició la parte buena de su cara. Le dijo que se sentara en el colchón que había en el suelo, y tras obedecerle empezó a desnudarse. Ella cogió los utensilios que creyó que iba a necesitar y se sentó a lado de él.
-Gracias.
-No es nada. Además, sé que tú harías lo mismo por mí -dijo Elena levantando la cabeza de su torso para mirarle a los ojos. Le sonrió y Sandor hizo una mueca-. Ya casi sabes sonreír. Presiento que vamos por buen camino.
-¿Te crees muy graciosa, granuja?
-Pues hombre, si te sigues riendo al final voy a terminar creyéndomelo.
-No me he reído.
-No, claro que no. Qué locuras se me ocurren. Tú no te has reído y te encantan los caballeros -bromeó Elena volviendo a concentrarse en la herida. Estuvieron así, discutiendo medio en broma medio en serio, hasta que la muchacha terminó de sanarlo.
Elena agotada se tumbó al lado de Sandor, quién le rodeó la cintura con sus brazos. Elena aprovechó el momento para apoyar su cabeza en el pecho del Clegane. Había pocas ocasiones como aquella, y ella no era de las que desperdiciaban sus oportunidades.
Los dos estaban agotados, así que enseguida se quedaron dormidos.Cuando Sandor despertó Elena aún dormía. Así que sin querer arrebatarle el sueño, la movió con delicadeza. Se levantó del colchón y empezó a ponerse sus armaduras. Todo con el mayor sigilo posible. Pero la chica tenía un oído agudo, así que se desveló de todos modos. Elena se incorporó y vio que Sandor ya estaba cruzando la puerta. Fue en ese momento que supo que él se iría lejos, muy lejos de todo aquello.
-¿Y ya? ¿Me abandonas sin más? Ni siquiera pensabas despedirte, eres...
-Era lo mejor para ambos. Sabía que si te avisaba me detendrías. Y no me equivocaba.
-Pues llévame contigo. Si haces eso no tendría ninguna razón para detenerte -musitó Elena poniéndose al lado suyo, impidiéndole salir.
-Tú estás mejor aquí. Aquí estás segura.
-¿Y para que quiero seguridad si no puedo ser feliz? Cersei es una maldita, su hijo un niñato consentido. Jaime está perdidamente enamorado de su hermana que es idéntica a él. A Tywin solo le interesa el poder. Varys dice que está "de lado del pueblo", pero cambia más de bando que ni sé. A Baelish solo le importa él mismo. Al maestre le van las niñas. Y luego están los caballeros del rey, que nos cortarían la cabeza a todos si su rey así lo quisiera. Creo que ni siquiera estoy tan segura aquí como tú piensas.
-Que le jodan al rey -bufó, astiado-. ¿Pero porqué ibas a estar más feliz conmigo?
-Porque aunque tú seas un idiota como para darte cuenta, te amo. Desde el primer momento que vi tus ojos tristes lo hice -Sandor se quedó quieto al oír esa palabras. Nunca pensó que nadie le diría eso. Él era una horrible persona por dentro y por fuera, mientras que ella era una persona genial en todos los aspectos. No tenía ningún sentido-. Así que ahora vamos a irnos, pero juntos. ¿Vale?
Sandor asintió, aún asimilando la situación. La Lannister se acercó y le plantó un beso en los labios. Luego empezó a caminar. Sandor se apresuró a seguirle.
-Yo también te amo.
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Game of thrones: one shots
Fiksi Penggemar¿Te gusta Juego de tronos? Si es así seguro que has fantaseado más de alguna vez con alguno de sus personajes. Aquí encontrarás tus sueños convertidos en realidad.