❄🎆Jonerys

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Jon Snow (Aegon Targaryen) y Daenerys

Ambos jóvenes no lo sabían, pero a pesar de que el uno fuera hielo y el otro fuego, eran bastante parecidos.
Jon perdió a su amada Ygritte, y no había día que no pensara que deberían haberse quedado en esa cueva. Si hubiera echo caso a la salvaje, ella aún estaría viva, y él por lo tanto seguiría siendo feliz.

Daenerys, por su parte, perdió a su sol y estrellas -Khal Drogo-.  Pensó que después de eso había vuelto a enamorarse, pues tuvo una relación con Daario, pero al final se dio cuenta que lo que sentía por él no podía llamarse así.

Todo cambió para ambos cuando se conocieron. Sí, al principio las cosas no fueron fáciles ya que Jon, alias el que no sabe nada, no quería doblar su rodilla. Después pareció darse cuenta de que ese movimiento era muy sencillo de hacer, y pues... Lo hizo.

Daenerys pasó a ser su reina, pero pronto se dió cuenta de que sentía algo más que devoción por aquella platinada que tantas cosas había logrado con sus hijos dragones.

Un día, cuando estaba admirando a Rhaegal, se dió cuenta de que estaba siendo espiado por su sonriente reina.

—Hola Dany, no te había visto llegar —Curvó sus labios levemente hacia arriba. Sí, ya tenían esa confianza de tutearse y acortarse los nombres.

—Parece que les caes bien a mis niños, algo poco usual, la verdad —rió—. ¿Quieres probar a montar?

—¿El qué? —inquirió alzando una ceja, sin entender. Daenerys empezó a reírse descontroladamente. Ese hombre era un caso aparte, pero le gustaba.

—El dragón, Jon, el Dragón.

—Oh —exclamó, incómodo—. Mmm.... Bueno, vale. 

Daenerys le sujetó por el abdomen al ver que tenía unos pequeños problemas para poder subir.
Cuando vio a Jon con cara de terror en medio de su gran Rhaegal, tuvo unas ganas de volver a reírse de él, pero se contuvo porque no quería ser tan mala. Con su cara más seria posible, le dijo como debería "manejar al dragón".

—¿Lo captas? —le preguntó cuando terminó su explicación.

—No sé, más o menos supongo que sí.

—Bien, pues ya estás listo para volar —Aplaudió, contenta.
Con todos los demás debía comportarse como una reina haría, pero con Jon dejaba salir su lado más alegre e infantil.

—¿Qué? Pero tú dijiste montar, y ya estoy montando. No dijiste nada de volar —acusó, entrando en pánico. Había luchado contra muertos, locos, y grandes guerreros, pero no estaba preparado para planear sobre el cielo con una criatura tan enorme. Bastante tenía ya con poder acariciarle sin miedo.

—¡Oh, vamos! —exclamó ella frustrada—. ¿Para qué subirte a un dragón si no es para volar (o decir Dracarys)?

—¡Y yo que sé!

Dany le dedicó unas palabras de ánimo, y dándole la espalda, se subió sin complicación alguna a lomos de Drogon, quién rugió contento.

Los tres dragones, (Viserion, Rhaegal y Drogon) empezaron a ascender, dejando el suelo atrás. Jon gritó como el macho que era y su reina soltó una exclamación de euforia.

Cuando el pelinegro sintió que ya podía tocar las nubes, se percató de que había dejado de tener miedo. Sonrió como hacía tiempo no lo hacía y miró a la Khaleesi, que le devolvió la sonrisa.


En esos momentos solo importaban ellos dos, nadie más.
Ninguno dejaría de amar a su respectivo primer amor, era imposible, pero ambos se dieron la oportunidad de volver a abrir sus corazones para que ahí entrara alguien más.

Merecían ser felices, y se iban a dar el gusto de serlo.

Menos mal que lo hicieron, porque luego del arcoiris, vendría la tormenta. Y no saldrían bien parados de ella.

Aunque una cosa era clara. Suya era la canción de hielo y fuego.

 Suya era la canción de hielo y fuego

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Game of thrones: one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora