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Narra Natalia.

Desperté al siguiente día y supe que cambiaría, basta de la niña de antes que pensaba en tener un amor cómo los cuentos de hadas y esas mamadas que hoy inventan, cambiaré eso, justo ahora.

Me levanté de la cama en cuánto sonó mi despertador y fui a mi armario, saqué un short corto, un top blanco, me puse una chamarra de mezclilla y mis converse blancos. Y así me fui a la escuela, jamás me había atrevido a irme así pero ahora todo cambió.

Entré a la escuela y me miraban todos como si fuera nueva y jamás me hubiesen visto antes, me sentía bien, me sentía fuerte después de lo de ayer.

-¿Heyii, eres tú? -Mario.

-Si, sólo yo, pero otra yo.

-Wow, jamás te habías vestido así.

-Lo sé.

-¿Es por lo de Mateo?

-No.

-No, que va.

Comenzó la primera clase, luego la segunda... y a la tercera nos habían dicho los prefectos que no había venido el maestro de Lenguaje así que teníamos 2 horas libres pero cómo no nos dejan salir de los salones, propuse a algunos niños (guapos) y una niñas del salón a jugar botella de besos.

-¿Estas segura? -Mario.

-Súper segura.

Mario no jugó porque tiene novia, pero yo si jugué.
Bese como a 4 chavos y todos querían seguir jugando, mientras besaba a los niños pensaba que eran Mateo y me metía mucho en el beso, después varios querían besarme y acepté hasta que Mario me apartó.

-Ya basta.

-¿Qué?

-Deja de andarte besando con todos pareces puta.

-¿Y eso que importa? Mateo se besó con una niña, ¿yo no puedo besarme con alguien más?

Mario no dijo nada y dejó que siguiera en lo mío.

Pasaban las semanas y ya era amiga de más de la mitad de secundaria. ¿Porqué no hice esto desde antes? Poco a poco olvidé a Mateo y sólo pensaba en divertirme, mis calificaciones bajaron un poco pero aún mantenía la beca.

9.0 en calificación final de segundo año de secundaria.

Ahora si venia lo bueno... tercer año de secundaria.

••••••••••••

Narra Mateo.

Ok, adiós segundo año. Hola tercer año.

En las vacaciones no fui a ningún curso, no quería hacerlo, me la pasaba con mis amigos y ellos me invitaban a fiestas dónde los chavos toman y fuman y esas cosas, aveces me ofrecían cerveza o cigarro pero siempre decía que no, soy deportista y los deportistas no hacemos esas cosas. Debemos estar sanos.

Casi siempre veía a Carlos y a veces me recordaba a Natalia, y es que el seguía pensando en ella. Solía contarme de cuando salían, ellos si se veían seguido y eran buenos amigos.

-Deberías de verla ahora. Ya no es una niña. Parece de preparatoria y apenas pasará a Tercer año de secundaria. -Me decía Carlos.

-¿Como qué ya no es niña?

-Te lo juro que cambio un buen. Todos babean por ella, casi toda su escuela.

-Es normal.

-No lo entiendes, si la volvieras a ver...

Eres para mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora